viernes, 23 de junio de 2006

Correspondencia

Les mando un poema muy lindo de John Wilmot, Conde de Rochester, cuya biografía veremos esta semana en el cine actuada por Johnny Deep. La idea del poema es una señora que odia los orgasmos (o no los tiene) y entonces entiende más del amor y de su singularidad, porque es un amor que no incluye, como los otros, la muerte.

La prueba de ello es que los hombres, luego de los orgasmos, se convierten en zánganos, es decir, en abejas sin aguijón. Y merecen ser tratados como tales.

Su coartada es que ese amor sin eyaculación es filosófico. Además, el amor sin orgasmo, incluye, igual que en Foucault cuando habla de las prácticas sexuales, un amor levemente sadomasoquista.

La película se llama El libertino.

Un comentario final:

Al final de su vida, cuando estaba muriendo de sífilis, la madre lo convenció de que se arrepientiera de su vida como ateo y entregara su alma al Señor, cosa que hizo y fue publicada en los diarios de la época.

A.

The Platonic Lady

I could love thee till I die,
Would'st thou love me modestly,
And ne'er press, whilst I live,
For more than willingly I would give:
Which should sufficient be to prove
I'd understand the art of love.

I hate the thing is called enjoyment:
Besides it is a dull employment,
It cuts off all that's life and fire
From that which may be termed desire;
Just like the bee whose sting is gone
Converts the owner to a drone.

I love a youth will give me leave
His body in my arms to wreathe;
To press him gently, and to kiss;
To sigh, and look with eyes that wish
For what, if I could once obtain,
I would neglect with flat disdain.

I'd give him liberty to toy
And play with me, and count it joy.
Our freedom should be full complete,
And nothing wanting but the feat.
Let's practice, then, and we shall prove
These are the only sweets of love.

La Dama platónica

Podría amarte hasta morir,
Me amarías con modestia,
Y nunca forzara mientras viva,
Puesto que te daría con gusto:
Lo que es prueba suficiente
De que entiendo del arte de amar
Odio esa cosa llamada goce:
Que es, sin duda, oficio rutinario,
que acaba con la vida y el ardor
de lo que llaman deseo,
como una abeja sin aguijón,
convierte al dueño en un zángano.
Amo a un joven que me tenderá
Sus brazos para entrelazarlos,
Que suavemente me atará y besará;
Me verá con ojos que desean
Aquello que cuando lo obtenga,
Con desdén será tratado.
Le daría la libertad de jugar
Y de hacerme, alegre, su juguete.
Nuestra libertad sería completa
Y nada deseado sino ese hecho.
Practiquemos, entonces y probemos
Que sólo estas son las impares dulzuras del amor

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante... amor sin goce.

Anónimo dijo...

¿La traducción es tuya?

Linkillo: cosas mías dijo...

¿Tuya, de quién?
De quien mandó el correo, en todo caso: A.

Anónimo dijo...

quiero mas poesias de wilmot por favor

romeo.yjulieta@hotmail.com

Anónimo dijo...

por favor si tienes enviame alguna poesía mas de john wilmot david_1991_16@hotmail.com

gracias