jueves, 21 de mayo de 2009

La terra trema



LA TIERRA INESTABLE


por Diego Bentivegna*

Viaggo in Italia es el titulo de una de las grandes películas de Roberto Rossellini. Protagonizado por George Sanders y por Ingrid Bergman, fue filmada en Nápoles y en varias localidades del golfo al que se asoma esa ciudad y estrenada en 1953. Por entones, el neorrealismo, el movimiento cinematográfico "nazional-popolare" que el propio Rossellini había codificado en películas como Roma. Città aperta, se encontraba en sus estertores. La película narra un momento crucial en la vida de una pareja británica (que, sintomáticamente, lleva el apellido Joyce) que debe descender desde su confortable existencia nórdica a los mares del sur en busca de una esquiva herencia. El destino de los viajeros es el golfo dominado por el Vesubio, una de las metas soñadas, con sus reminiscencias griegas y latinas, de los viajeros del norte de Europa, aunque, en el momento de filmación de la película, ya levemente anacrónico.
Nápoles, en la visión de Rossellini, cuya cámara registra la ciudad y su mundo con la mirada extrañada de la pareja británica, es una tierra enigmática, hasta cierto punto inescrutable para los ojos de la pareja extranjera. Así, en la película se entrecruza la historia de una disolución subjetiva de los personajes y la historia, o quizá la Historia, depositada en el territorio como una serie de sucesivas capas geológicas: una historia hojaldrada, desde los restos de modernidad que pueden verse en los barrios populares de la ciudad, hasta las estatuas del período griego y latino salvadas de las ruinas y de las olas mediterráneas.
Nápoles y su golfo es, pues, un lugar de vacilaciones y de transmutaciones. De la tierra de la Campania, a pocos kilómetros del ruinoso parque borbónico que contiene los monumentos mortuorios de Virgilio (illo Vergilium me tempore dulces alebat / Parthenope, canta el poeta al final de las Geórgicas, "En aquel tiempo a mí, Virgilio, la apacible Parténope/ nutría...") y de Leopardi, se difuma literalmente en el aire, en el humo de la sulfatara. Las ciudades mueren y en ocasiones renacen entre el mar y la montaña con la ira del exterminador Vesubio, como lo llama Leopardi. Más al sur, en las costas de Calabria o de Sicilia, surgen islas, como en los relatos maravillosos de los monjes viajeros de la Edad Media o en Stromboli. Terra di Dio, otro de los films de Rossellini interpretados por la Bergman, de las entrañas del Mediterráneo, que al poco tiempo el mismo mar devora. El territorio de Italia es un paisaje vacilante. En cierto sentido, es una tierra en fuga.
De una similar condición móvil, de una parecida geología movimentada es el panorama que este pequeño libro dibuja. El territorio que exploramos está habitado por ocho voces, ocho maneras de la poesía italiana estrictamente contemporánea, posterior a los poetas consolidados entre fines de los '70 y fines de los '80 (Patrizia Cavalli, Milo de Angelis, Patrizia Valduga, Valerio Magrelli). Se trata, en todos los casos, de poetas inmersos en plena producción poética. Sus trayectorias de escritura son, por ello, trayectorias abiertas, derroteros que se rozan por un segundo en este libro. El lector no está, por lo tanto, ni ante una selección puramente generacional, ni ante un conjunto de poetas que responden a una poética común más o menos delimitada, sino ante una mirada panorámica de la producción poética en lengua italiana que privilegia experiencias con esa lengua distantes entre sí y, en algunos casos, antagónicas.
(...)
En principio, el viaje que propone este libro debe mucho a la navegación errática por Internet, especialmente por sitios como Il primo amore, Nazione indiana o Ulisse, que suelen alojar fragmentos de la reciente producción poética italiana, fragmentos de la poesía que hoy se escribe en Italia particularmente preciosos para lectores para quienes, por cuestiones geográficas y económicas, el acceso a los libros publicados en Europa resulta problemático.
La mayor parte de los textos que incluimos en estas páginas fue leída en versiones electrónicas y, en menor medida, en antologías en papel de poesía italiana contemporánea. Sólo más tarde, a través del contacto con los autores, accedí a versiones electrónicas de libros enteros y, en algunos casos, a versiones impresas de ellos. Este libro es el resultado, pues, de una lectura en deriva, una exploración en gran parte aleatoria como la que permite la Web, una deriva que confía en lo que puede deparar la fortuna, en los hallazgos fortuitos que jalonan toda navegación y que obligan a repensar, creo, el estatuto mismo del trabajo de selección y traducción, es decir, el trabajo de curación.

* Bentivegna, Diego. "Prólogo" (fragmento) a Viaggio in Italia. Ocho poetas italianos contemporáneos. Buenos Aires, Sigamos Enamoradas, 2009, ISBN 978.987.24419.2.0, 160 págs.

3 comentarios:

Daniel Rinaldi dijo...

Qué interesante

Linkillo: cosas mías dijo...

¡Por favor, Dani! ¡Qué tarado!

girlontape dijo...

qué lindo texto, me encantó