Teorías y consignas
por Daniel Link para Perfil
En 1933, en un ensayo titulado "Estado, Movimiento, Pueblo" (subtitulado "La Tripartición de la Unidad Política"), Carl Schmitt definía la función política constitucional del "Movimiento" al mismo tiempo que proponía hipótesis sobre la estructura constitucional del Reich nazi. Para el jurista, la unidad política del Reich se fundaba en tres elementos: Estado, movimiento y pueblo. El Estado (el aparato de las instituciones) constituye el polo político estático. El pueblo, por otro lado, ocupa el polo impolítico: crece a la sombra y bajo la protección del movimiento, que es el elemento político real y dinámico cuya forma específica adopta en relación con el Partido Nacional Socialista y su dirección (Schmitt sugiere que esta tripartición está también presente en el aparato constitucional del Estado soviético).
El movimiento puede convertirse en un concepto político decisivo sólo cuando el concepto democrático del pueblo, como cuerpo político, entra en decadencia y pasa a ser considerado como elemento impolítico cuyo crecimiento el movimiento debe proteger y sostener mediante políticas de cría y reproducción. Es la transformación del pueblo en población: una mera entidad demográfica y biológica.
Lo que garantiza el carácter político del movimiento sería su capacidad para identificar un enemigo dentro del pueblo (un elemento, en el caso de Schmitt, radicalmente extraño). Donde hay movimiento siempre hay una cesura que corta a través y divide al pueblo identificando un enemigo*. La pregunta (obvia) que una teoría semejante nos obliga a formularnos: en tanto umbral de politización de lo impolítico, ¿puede haber un movimiento que sea diferente de la guerra civil? Como ha señalado Giorgio Agamben: "La democracia termina cuando el movimiento emerge".
En nuestro país, teorías como ésa tuvieron forma de consigna: "Primero la Patria, después el Movimiento, y luego los hombres", reza la octava proposición de las "Veinte verdades peronistas" (1950). Y la tercera: "El peronista trabaja para el Movimiento. El que en su nombre sirve a un círculo, o a un caudillo, lo es sólo de nombre".
* "Ser peronista es vigilar, dentro del peronismo, a los hombres que no cumplen con su deber, a los peronistas vergonzantes, a los infiltrados y a los aprovechadores, para ser con ellos totalmente intolerantes" (Gladys Pitrau).
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Hace 13 horas.
7 comentarios:
Don Link, le parece que es extrapolable a la situación política actual?
No lo hacía tan cerca de Borges. ¿Que tal si reescribe "La fiesta del monstruo"?
Afectuosamente y con la absurda creencia de que la gente inteligente lo sea realmente.
No hace falta extrapolar, nunca se ha salido del "polo" en la política occidental.
¿Qué tiene que ver con ser o no ser gorila?
daniel, se extrañan los comentarios inteligentes sobre lost. que vuelvan, que vuelvan.
el 17 de octubre todos a bailar por la revolución rusa que se viene Depeche Mode
vestí la corbatita con dibujos animados que vos me regalaste para el día del colectivero
aguante georgie, juira peronchos!!!
Por la verdad Nº 7 Cris andaría bien oligarca, no?
¡Qué manera tan elegante de decir que el peronismo es un Movimiento nazifascista!
Felicitaciones: de Codovilla, lo mejor que leí de literatura marciana.
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