martes, 31 de julio de 2012

Paciencia recompensada

¿Se acuerdan de Tom Daley? El niño creció, ya tiene pelo en pecho, y cuatro años después podemos renovar nuestros votos de fidelidad hacia él.









































































Y, como el niño ya no es tal, alabarle las patas no constituye delito:

lunes, 30 de julio de 2012

¿Y este chongo...

... con cara de "me voy a pasear el perrito y vuelvo" y "si me seguís mirando te parto en cuatro"?







































Foto: Guillermo Bertossi (¡el foco, el foco!)

domingo, 29 de julio de 2012

Habla, memoria

por Daniel Link para Perfil Cultura

Aunque el realismo mágico (que inventó el cubano Alejo Carpentier con el nombre de "realismo maravilloso") haya causado estragos en la literatura latinoamericana, Cien años de soledad sigue siendo un monumento insoslayable de la imaginación novomundana.
Como se recordará (si es que alguien sigue leyendo...), Rebeca, la niña huérfana que llega a Macondo cargando los huesos de sus padres en un morral y es adoptada por los Buendía, sufre de un insomnio agudo que se asocia con la peste del olvido que comienzan a sufrir los Buendía en primer término y todo Macondo, después. José Arcadio decide etiquetar los objetos con su nombre para saber qué son. El método (que subordina la función al nombre, es decir, que pone el nominalismo lingüístico en primer término) falla a partir del momento en que los habitantes de Macondo empiezan a olvidarse, también, de la lectura.
Melquíades (vuelto de la muerte) salva al pueblo de la peste de la desmemoria con una pócima mágica. Se queda a vivir con los Buendia y comienza a escribir los manuscritos que, al final de los tiempos (al final de la novela), descifrará Aureliano Babilonia (Babel es el mito central del nominalismo), el úlltimo de los Buendía y cuyo final dice que "las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra".
Ahora, el hermano menor de Gabriel García Márquez, el autor de aquella novela deslumbrante, ha señalado que Gabo ha sido arrastrado por la peste del olvido (que, en nuestro triste mundo, se llama "demencia senil"). Aunque algunos nieguen la especie (el cronista colombiano Antonio José Caballero para el diario El País de Cali, el director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y amigo del escritor, Jaime Abello), parece cierto que Gabriel García Márquez ya no publicará más novelas.
En todo caso, sea que "la realidad imita al arte" o que la imaginación desbocada de Cien años de soledad ha arrastrado al autor hacia las aguas del olvido intermitente, no es él quien necesita de una segunda oportunidad sobre la tierra sino aquellos que se han olvidado de leerlo, es decir: de leer (cualquier cosa).

sábado, 28 de julio de 2012

Efecto Saldaña

por Daniel Link para Perfil

Vuelto de un viaje me sorprende día a día el deterioro de nuestra sociedad. Tenemos que ir a visitar a un sobrino que cumplió años en nuestra ausencia y decidimos tomar un taxi porque, haciendo cuentas, sale más barato que la cochera que deberíamos alquilar para dejar el vehículo al cuidado de los pillos. Nos paramos en la intersección de Carlos Calvo y Sáenz Peña. Por Carlos Calvo viene un taxi, pero desistimos de tomarlo porque el chofer está acompañado de una niña (seguramente una hija que no ha podido dejar con nadie en vacaciones de invierno). Tomamos el que viene por Sáenz Peña, sin advertir (advirtiendo tarde, cuando el auto ya ha arrancado) que el chofer va acompañado de un perro al que grita y amedrenta todo el tiempo para que no lloriquee: “cuántos perros querrían estar paseando”, le dice.
A la vuelta de esa cena, y porque me puse al día con las noticias últimas de la política local, le escribo un largo correo electrónico a mi contadora para preguntarle en qué situación está mi presentación de declaraciones juradas ante la AFIP. De los pagos del monotributo me encargo yo y sé que no debo ninguna cuota, pero antes de mi viaje estuvimos intercambiando información en relación con “bienes personales” y “ganancias”, que debo presentar como empleado en relación de dependencia.
La declaración de bienes personales fue presentada en tiempo y forma y (como era de suponer) no tengo que pagar suma alguna al fisco (lo poco que tengo, no vale nada).
Pero aparentemente de mi sueldo me han retenido mal el impuesto a las ganancias (de menos), por lo que tendría que pagar una suma considerable.
Le pido a mi contadora que apuremos ese pago porque temo que la Sra. Fernández me nombre un día de éstos, no por mi talento literario, sino como integrante de la lista de evasores mayúsculos encabezada por el Sr. Saldaña.

viernes, 27 de julio de 2012

Call me, baby

martes, 24 de julio de 2012

No comprrrrrendo




sábado, 21 de julio de 2012

Palos en la rueda

por Daniel Link para Perfil

Yo me acuerdo. Yo vi a la Sra. Fernández llorar por televisión cuando dijo que le ponían palos en la rueda de la implementación de la tarjeta SUBE en la que venía trabajando desde hacía años. Pobrecita, pensé. Además de todo lo que le pasa, los palos en la rueda de la SUBE.
¿Quién le ponía palos en la rueda? ¿Y por qué cuesta tanto implementar algo tan fácil de imaginar? La SUBE, con otro nombre, fue imaginada por los ingleses, que no son, precisamente, las personas más imaginativas del planeta (Joyce y Beckett eran irlandeses). Es cierto que los ingleses también imaginan que las Malvinas se llaman Falkland, pero eso es porque su imaginario es viejo y está atado a una concepción de la geopolítica según la cual hay que dominar los pasos marítimos (Magallanes, Gibraltar), para que el mundo no se les escape de entre los dedos. Habiendo aviones, trasbordadores y cohetes...
Pero la famosa Oyster card (que puede sacar cualquiera, en dos segundos, en cualquier estación londinense, con un trámite sencillísimo e instantáneo: yo tengo una y la presto a cualquier viajero ocasional, porque siempre le queda algún saldito y no es cuestión de andar desperdiciando céntiimos de libras) no es un gran invento. Es más bien la consecuencia lógica de un sistema integral de transporte, como el que tienen todas las ciudades civilizadas del mundo. En Berlín no existe tal tarjeta, pero en cambio hay boletos mensuales (semanales y anuales) sobre cuyas bondades ya he escrito y que vuelven los pasajes baratísimos (a valores argentinos). Lo mismo sucede en París (hebdomadaire llaman los franceses tanto al boleto semanal como al desodorante que usan los reacios al baño diario), en Nueva York, donde se mire.
O sea: primero el sistema integral de transporte y después el sistema de peaje.
Yo creo que la Sra. Fernández, cuando lloró por televisión a propósito de este tema, se equivocó. Se equivoca casi siempre cuando llora, pero en este caso particular no por una cuestión de imagen sino por una mala elección lingüística. No es que le pongan palos en la rueda, es que pusieron el carro delante del burro. Y son tantos los burros que el carro no se mueve, o se mueve para cualquier lado y nunca para donde uno quiere.
¿Por qué el sistema de subterráneos de la ciudad de Buenos Aires debe estar a cargo de la Nación y no de la ciudad? Pues porque la Nación habita la ciudad, es su inquilina (nunca hubo cambio de sede de la soberanía, como estaba previsto, con lo cual la autonomización de Buenos Aires es ilusoria). Es, por lo tanto, la Nación la que debe imaginar, primero, un sistema de transporte integral y, luego, la forma de implementar el sistema de peaje. Agregar al sistema una variable más (las mil compañías de omnibuses, las concesionarias de los ferrocarriles y además, las de los subterráneos) es un delirio que ningún inglés puede venir a resolver, por más sabiduría que en materia de islas (¡Stevenson!) y de pasos (Magallanes, Gibraltar) les reconozcamos.
Por supuesto, como Buenos Aires no es la ciudad provinciana que el Sr. Macri gobierna con lentitud e imaginación de alcalde turístico, sino una megalópolis compleja, el sistema integral de transporte debe incluir al conurbano (esos trenes siniestros que llegan a Moreno, Berazategui, San Fernando... que son los que mueven tanta gente). De modo que los palos en la rueda que imagina la Sra. Fernández son imaginarios: son palos de la imaginación de la gente vil e incompetente que la rodea y que no puede pensar soluciones a problemas concretos y que recurre, por lo tanto, a soluciones de compromiso, a golpes de publicidad, esas cosas que ya sabemos cuánto duran: lo que tarda un burro en cansarse de empujar un carro que no se sabe bien para qué lado tiene que ir (porque hay otros burros que empujan para otro lado).
Basta de burradas. Ya que quieren discutir la constitución liberal (como si una constitución pudiera salvarnos del capitalismo, en fin... qué gente), que incluyan en el orden del día la provincialización del conurbano. Con eso resuelven el entredicho que tienen con el Sr. Scioli y, entonces sí, podrán pensar un sistema auténticamente integral para la "provincia" cuya capital será la ciudad de Buenos Aires.
Y a partir de ahí se puede empezar a pensar en los burros que tendrían que tirar del carro: el burro del sistema integral de salud, el burro del sistema integral de transporte... Pero los burros delante y, en todo caso, burros por su capacidad de carga (es decir, de trabajo) y no burros por su afición a la zanahoria y por su escasa capacidad imaginativa.
 

viernes, 20 de julio de 2012

Lo que vendrá


Flema británica, escupitajo en el ojo

por Stephen Chandler

1. Sr. Schiavi, ¿estaba usted al tanto cuando hizo el anuncio público el 16 de Julio de 2012 que es un hecho completamente falso que yo cobro las muy altas sumas que usted alega?
2. Sr. Schiavi, ¿estaba usted al tanto cuando hizo el anuncio público el 16 de Julio de 2012 que las sumas que estoy autorizado a facturar son considerablemente menores a las que usted mencionó, por muchos órdenes de magnitud, un error que no es marginal? Y que no estoy autorizado a facturarle directamente al Gobierno como usted alega, pero que he sido forzado a facturarle a los socios locales IATASA, IRV y GFA quienes tienen el total control financiero del proyecto y no me permiten ver las facturas que ellos emiten? Sabe usted por qué ellos querían oscurecer las cosas de esta manera?
3. Sr. Schiavi, ¿estaba usted al tanto cuando hizo el anuncio público el 16 de Julio de 2012 que es un hecho completamente falso que mi compañía factura en dólares estadounidenses, y que en realidad lo hace en pesos argentinos a las compañías mencionadas en la pregunta anterior?
4. Sr. Schiavi, ¿estaba usted al tanto cuando hizo el anuncio público el 16 de Julio de 2012 que estas compañías argentinas IATASA, IRV y GFA que fueron aprobadas por usted en su puesto anterior de Secretario de Transporte, no me han pagado estas sumas considerablemente menores por varios períodos dejándome con graves daños económicos?
5. Sr. Schiavi, ¿estaba usted al tanto cuando hizo el anuncio público el 16 de Julio de 2012 que el contrato fue finalmente firmado por sus funcionarios y las compañías argentinas IATASA, IRV y GFA el 4 de Marzo de 2011 sin mi presencia o firma, cuando yo ni siquiera estaba en el país? ¿Y que ninguna de las compañías o sus funcionarios se contactaron conmigo para decirme que necesitaba estar en la Argentina para tener la posibilidad de firmar el contrato? ¿Y que estaban absolutamente al tanto de que necesitaba realizar cambios al contrato y que me encontraba impedido de hacerlo? ¿Considera que estas acciones de sus funcionarios son éticas o prudente, o incluso técnicamente legales?
6. Sr. Schiavi, ¿estaba usted al tanto cuando hizo el anuncio público el 16 de Julio de 2012 que estas acusaciones falsas y engañosas llegarían a millones de personas en el mundo, y por ende me perjudicarían a mi y a mi pequeña empresa de consultoría estratégica y técnica de manera catastrófica?
Si usted no estaba al tanto de esta información entonces le solicito que por favor me informe quién le suministró esta información incorrecta, o quién le indicó realizar esta declaración. Notará que las preguntas anteriores son indiscutibles y (a diferencia de su declaración) no están diseñadas para engañar al público, ni tampoco lo estoy acusando de nada. Por lo que tengo una sóla pregunta más, por ahora, y solicito su indulgencia para permitirme hacerle una pregunta general, un punto de advertencia para la ley argentina en la cual no soy un experto pero usted seguramente lo sea, y cuya respuesta me sería de mucha utilidad conocer:
7. Sr. Schiavi, puede que usted tenga conocimiento de que en varios países el acto de realizar declaraciones públicas que dañen a otros y divulgar hechos que se saben falsos al momento de la declaración, es un acto criminal plausible de severas penas incluida la prisión. ¿Puedo preguntarle, si es tan amable, de decirme si esas leyes existen en Argentina?

La carta completa, acá.

jueves, 19 de julio de 2012

El progresismo reaccionario

por Alejandro Katz para La Nación

Hace ya más de ocho años que el gobierno de los asuntos públicos ha recaído en un grupo que, tímidamente al principio, y más estruendosamente a medida que percibía los réditos de la estrategia, ha venido reclamando para sí la titularidad del ideario progresista. Voluntariamente no programático, suficientemente impreciso como para poder acomodar allí aquello más oportuno en cada situación, ese ideario está alternativa o simultáneamente integrado por conceptos, valores o emociones que proceden del peronismo tradicional, de un izquierdismo rudimentario o de un nacionalismo ramplón.
Con escasa sofisticación intelectual, pero con alta eficacia política, el discurso oficial organizó dos campos simbólicos: el de los buenos y lo bueno, ocupado por el pueblo y sus abnegados gobernantes, acompañados por una creciente nomenklatura y secundados por grupos de académicos e intelectuales que ocupan los medios escritos, personajes famosos de una cultura glamorosa que se expanden por la radio y la televisión y un lumpemproletariado útil para disputar la calle, y el de quienes encarnan el mal: los medios "monopólicos", los empresarios ambiciosos, los nostálgicos del neoliberalismo, los lacayos del pensamiento hegemónico, los imprecisos imperios siempre amenazantes.
(,,,)
El gobierno kirchnerista es, a diferencia del conservadurismo popular menemista de raíz tatcheriana (en el que abrevaron, no está de más recordarlo, buena parte de quienes son funcionarios actualmente), un gobierno profundamente reaccionario: al agudizar la desigual distribución de la riqueza y empeorar la distribución del poder político, establece las condiciones para la permanencia de un régimen autocrático cada vez más corrupto, ineficiente y autoritario. Un régimen que intentó convencernos de que su política se inscribía en el ideario progresista, pero del cual es necesario recordar, parafraseando a Gore Vidal, que forma parte de una escena política en la que actúa un solo partido, un partido de derecha con dos alas: el peronismo conservador y el kirchnerismo reaccionario.

 (la nota completa, acá)


martes, 17 de julio de 2012

Sabiduría gaditana

Para Edgardo

Quiso la necesidad que, al abandonar Cádiz yo necesitara cambiar unos pocos dólares por euros. En la Caixa pusieron reparos porque no era cliente. En el BBVA, en cambio, me dijeron que podía hacer el trámite. Saqué mi número y esperé que me llamaran de una de las dos cajas habilitadas.
Cuando expuse mi propósito, la cajera gritó a la que tenía a tres metros: "Carmen, ¿te puedes encargar de este cabaiero, que en ehto io voy mah perdia que el barco del arró?". 
Como la expresión me llamó la atención, le pregunté qué quería decir y me explicó que era "un disho muy común, fundao en una vieja leienda.... Había un barco con un cargamento de arró, que se perdió en la bahía y nunca nadie más lo vio".
Me reí con ella pensando que en verdad la comparación carecía de sentido: el barco seguramente se había hundido, y no había perdido el rumbo, que es lo que le pasaba a la cajera, poco acostumbrada a lidiar con extracomunitarios y operaciones de cambio diferentes de la disparatada y persistente conversión de euros a pesetas con la que la España toda se entretiene.
Esperé que Carmen me atendiera y, mientras lo hacía, escuché que la anterior cajera, a quien le había tocado ahora una negra (mínimamente senegalesa) que se presentaba ante ella con una carta en la que aparecía estampado un sello rojo ominoso, le gritaba a Carmen: "No te digo io, que hoy me toca todo lo raro".



lunes, 16 de julio de 2012

Calle de las sierpes

por Oliverio Girondo
 

                           A D. Ramón Gómez de la Serna

Una corriente de brazos y de espaldas
nos encauza
y nos hace desembocar
bajo los abanicos,
las pipas,
los anteojos enormes
colgados en medio de la calle;
únicos testimonios de una raza
desaparecida de gigantes.
            
Sentados al borde de las sillas,
cual si fueran a dar un brinco
y ponerse a bailar,
los parroquianos de los cafés
aplauden la actividad del camarero,
mientras los limpiabotas les lustran los zapatos
hasta que pueda leerse
el anuncio de la corrida del domingo.
            
Con sus caras de mascarón de proa,
el habano hace las veces de bauprés,
los hacendados penetran
en los despachos de bebidas,
a muletear los argumentos
como si entraran a matar;
y acodados en los mostradores,
que simulan barreras,
brindan a la concurrencia
el miura disecado
que asoma la cabeza en la pared.
            
Ceñidos en sus capas, como toreros,
los curas entran en las peluquerías
a afeitarse en cuatrocientos espejos a la vez
y cuando salen a la calle
ya tienen una barba de tres días.
            
En los invernáculos
edificados por los círculos,
la pereza se da como en ninguna parte
y los socios la ingieren
con churros o con horchata,
para encallar en los sillones
sus abulias y sus laxitudes de fantoches.
            
Cada doscientos cuarenta y siete hombres,
trescientos doce curas
y doscientos noventa y tres soldados,
pasa una mujer.
A medida que nos aproximamos
las piedras se van dando mejor.

domingo, 15 de julio de 2012

Choripete, no

Uno de los negocios que nos llevaron a Andalucía requería nuestra supervisión de un franchaising que pretendemos desparramar por el mundo: el criollísimo choripete.
Lamentablemente, en Cádiz les pareció que no era negocio (o, en todo caso, no era un negocio del cual jactarse) y, por eso, cambiaron un poco el concepto.






































Nos negamos terminantemente a aprobar una deformación semejante.


Tras los pasos de Amidala



Hay gente que de sólo sentirse en Naboo se pone a mil:


sábado, 14 de julio de 2012

Cuarta categoría


por Daniel Link para Perfil

Dicen que de lejos se ve más claro. No es mi caso. Estoy lejos desde hace unas semanas (al principio por trabajo, ahora para aprovechar el tiempo lento del verano europeo, por primera vez en mi vida) y cada vez que leo los diarios argentinos (cosa que hago espasmódicamente y francamente desinteresado por los pormenores de la política patria) entiendo menos, veo todo más oscuro. Es como escuchar la fm marroquí desde las playas de Cádiz.
Aparentemente se ha impuesto en Argentina un clima destituyente cuya víctima sería el gobernador de la provincia de Buenos Aires, cuya autoridad política reposa tanto en su capacidad para tejer alianzas como en esa entelequia enarbolada ya tantas veces, la soberanía del voto popular.
¿Entonces, qué? Hay soberanía popular en algunos casos y en otros no? Aparentemente, no. Lo que hay es miedo a que la figura del Sr. Scioli interfiera en las aspiraciones universalistas y teleológicas (hasta el fin de la Historia) del kirchnerismo (no necesariamente de la Sra. Fernández, que no se priva de manifestar su cansancio casi crítico ante cada ocasión que se le presenta).
Por lo mismo se explicaría la extraordinaria inquina del oficialismo todo contra el Sr. Macri: es un rival político y sólo eso. Y el kirchnerismo teme a sus rivales y preferiría no tener ninguno para entregarse plácidamente a su política.
Qué raro, pienso, que el oficialismo tema a dos figuras tan insignificantes (para mí, al menos) como el Sr. Macri y el Sr. Scioli, cuyas (pocas) ideas no resistirían un análisis a vuelo de pájaro.
Pero, entonces, tal vez no sean ideas las que se debaten sino meramente tajadas de poder y de fortuna. Después de todo, el oficialismo ha sido también bastante desatinado en la aplicación de muchas de sus políticas, guiadas únicamente por un afán propagandístico que sus enemigos han identificado con el ideario goebbelsiano.
No sé... No alcanzo a entender ni al peronismo, ni a sus seguidores, ni a sus detractores, de lejos. Es más: casi me atrevería a decir que me importa más bien poco.
Pero los días pasan y se acerca la hora de volver a casa a pelearme con el día a día (la cuarta categoría, bla, bla, bla).

viernes, 13 de julio de 2012

Condiciones de posibilidad de lo viviente

Para que un planeta pueda albergar vida se necesitan deterninadas condiciones, como se sabe. Una de ellas es la característica de la estrella alrededor de la cual orbita.
Las playas andaluzas están llenas de planetas (lugares en los que la vida es posible, o no) y estrellas. Las enanas blancas abundan en grado mayúsculo (son las estrellas más abundantes del universo playero), junto con las enanas rojas, uno de cuyos ejemplares fotografiamos (clic para agrandar) en la paradisíaca playa de Caños de Meca:















La enana roja es pequeña, viste sunga colorada y es fría (no deja de moverse, pero no calienta casi nada).




















Por fortuna, existen las estrellas peculiares, capaces de satisfacer toda curiosidad científica. Nuestra estrella peculiar playera se llama Rafa,  es de Córdoba (Andalucía) y recorre como un bólido el universo playero catalogando especímenes y derramando sabiduría cordobesa (¿acaso hay otra?).
Las más temibles estrellas (las más buscadas, también) son los agujeros negros.
Yo avisté uno desde mi cueva de observación:

 



















jueves, 12 de julio de 2012

Hay que reconocerlo...

Gracias a un gran consejo de Edgardo, en Cádiz comimos muy bien...

























miércoles, 11 de julio de 2012

Nouvelles Impressions Du Petit Maroc























Vejer de la Frontera
Fotos: Sebastián Freire


En peligro de extinción

Sashimi de atún rojo:


martes, 10 de julio de 2012

Lo que se dice "Europa"

 

lunes, 9 de julio de 2012

Nunca fui a Granada

Venid los que nunca fuisteis a Granada.
Hay sangre caída, sangre que me llama.
Nunca entré en Granada.

(Rafael Alberti)

domingo, 8 de julio de 2012

La guetificación

A diferencia de la cantidad de Marianellas, Valentinas y Garridas que hemos visto en nuestro recorrido antropológico, no habíamos visto Pechinas, lo que nos había llamado poderosamente la atención.
Por supuesto, ya hemos descubierto la razón de un semejante desequilibrio ecológico: aparentemente las pechinas han fundado su propio pueblo en el corazón de la sierra Alhamilla (es decir: debajo de la Sierra Nevada) y allí se aglutinan con Dios sabe qué extrañísimos objetivos:

Por cierto, por más doctas que se crean, nosotros no compartimos el impulso separatista de 
las pechinas y pensamos volver a la aldea para convencerlas de que se integren a nuestra sociedad (podría ser mejor, pero es lo que hay, y la guetificación, como se sabe, conduce a lo peó).



sábado, 7 de julio de 2012

Salud pública


por Daniel Link para Perfil

Hay tantas opciones... Podría escribir una columna a la Rafael Spregelburd, comentando la deslucida puesta de Tannhäuser en el teatro Capitole de Toulouse, que abusó del contact y otras piruetas pseudocoreográficas para representar el Venusberg y dar cuenta de uno de los momentos de inflexión más dramáticos de Occidente: la opción wagneriana por el amor en su forma cristiana, en vez del amor en su forma griega (lo que, como se sabe, enfureció a Nietzsche). O, como Angélica Gorodischer, podría comentar mi relación con los gorriones de la isla europea donde me encuentro, la triste confianza que en mi (que soy, en definitiva, un predador implacable) depositan durante cada desayuno. O, a la manera de Martín Kohan, podría comentar los monótonos e irracionales festejos españoles ante un nuevo triunfo en la Eurocopa.
Pero no, debo retractarme. La semana pasada auguré para los europeos un futuro parecido al nuestro, en un rapto de melancolía patriótica (es decir: cristinista). Pero la microeconomía me obliga a corregir mi percepción equivocada.
España acaba de implementar un sistema de copagos progresivos para los medicamentos: los jubilados, pensionados y desocupados no pagan nada. Los que más ganan, pagan un sesenta por ciento de los medicamentos en las farmacias.
Yo mismo, que arrastro por el mundo una lesión lumbar irremediable, me he visto obligado a comprar medicamentos a precio de lista. Para mi sorpresa, un relajante muscular que es además un ansiolítico /(recetado por una veterinaria francesa que se dedica al teatro, con suerte despareja en ambas disciplinas) me costó menos de cinco euros.
Luego, en ciudades menos cautas en el expendio de analgésicos, compré una caja de cuarenta ibuprofenos de seiscientos miligramos y otra de cuarenta diclofenacos de cincuenta mligramos (la imaginación española para los nombres de fantasía de las drogas deja bastante que desear: compárese con nuestro mitológico dioxaflex) por tres euros con ochenta.
Definitivamente, ni en materia de transporte ni en materia de salud pública los europeos pueden alcanzar las cimas de fracaso en las que nosotros nos desenvolvemos.


miércoles, 4 de julio de 2012

Fauna peninsular

No me atrevo a generalizar, pero estoy casi convencido de que las especies (de locas) que mejor se dan en estas latitudes (la costa mediterránea de la península ibérica) son tres: las Marianellas, las Garridas y las Valentinas.
Las Marianellas son argentinas que, como corresponde al género, aparecen siempre coladas en grupos de extranjeros, derrochando simpatía a cambio de acomodación, revoleando sus sombreros de paja, eligiendo para sentarse en los micros los lugares al lado de los mejores chongos.
Las Garridas son, aparentemente, objeto de comercio internacional, y hemos visto camiones repletos en gran número de Garridas con sus bermudas de colores fuertes o sus pantalones chupines, sus flequillos listos para la discoteca, moviéndose por las autovías españolas:


























Las más sorprendentes, sin embargo, son las Valentinas, una verdadera marea que obtura el campo visual en toda dirección y que nos desconciertan (a nosotros, claro) porque hablan catalán, o valenciano, o mallorquí o ibicenco (soy incapaz de reconocer tantas variedades de la insignificancia lingüística). Eso sí, tienen siempre la misma cara de adolescencia eterna y unos peinados cuyo lucimiento (incluso en la borda de los barcos) parece ser su objetivo primordial.
Se dio el caso de que encontráramos una Valentina garchando entre los yuyos, atrás del Chiringay de Ibiza (y lo bien que se la comía), e incluso (¿mutación genética? ¿milagro científico?) una Valentina vieja, que S. localizó a través de esos programas espantosos que carga en su "celular inteligente" y que pretendía moverse desde Alicante, donde vive, hasta Elx, donde estamos, para confraternizar con nosotros.
Ternura nos dio, pero decidimos abstenernos porque nos pareció un poco incestuoso.