Uno de los negocios que nos llevaron a Andalucía requería nuestra supervisión de un franchaising que pretendemos desparramar por el mundo: el criollísimo choripete.
Lamentablemente, en Cádiz les pareció que no era negocio (o, en todo caso, no era un negocio del cual jactarse) y, por eso, cambiaron un poco el concepto.
Nos negamos terminantemente a aprobar una deformación semejante.
1 comentario:
me encantan estos posts tinellescos que te estás mandando: el Menu con Pijotas de plato, los agujeros negros que pululan por la playa y ahora el choripete! Corona no lo hubiera contado mejor!
Por lo demás siempre es preferible ser un viejo verde que un viejo cascarrabias, así que... mazel tov!
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