viernes, 3 de abril de 2020

Diario de la peste, día 16

(anterior)

Las curvas han crecido estrepitosamente. Comparo los registros del 30.3 con los del 03.04: el crecimiento es exponencial.

Me refiero, claro, al crecimiento de los lectores de este blog. 
Es cierto que hizo falta una circunstancia excepcional para que yo pudiera dedicarla la energía de otras épocas. 
Además, supongo que todos estamos en la misma situación de estupor como para necesitar poner en orden nuestros pensamientos.
Repaso lo que sabemos del coronavirus y la enfermedad que provoca:

1.  El virus no tiene, por ahora, vacuna y no hay obstáculo para su propagación (o los hay, pero los cráneos que gobiernan el sector sanitario son suficientemente pusilánimes como para ponerlos a disposición).
2. Contagiará por lo menos al 60 % de la población mundial, sin diferencia de países. Las autoridades ecuatorianas y alemanas han coincidido en ese porcentaje.
3. De los contagiados, el 80 % sobrellevará la enfermedad prácticamente sin darse cuenta, el 20 % restante sufrirá complicaciones graves y el 5 % deberá depender de la disponibilidad de unidades de terapia intensiva para sobrevivir.
4. Las tasas de mortalidad son muy variables porque dependen de la cantidad de testeados y contagiados confirmados. Pero las estimaciones rondan en alrededor del 3 por mil de contagiados.

Dicho esto, hay que repetir: todos nos contagiaremos y cuándo nos contagiaremos es la única incógnita y aquello sobre lo cual se puede ejercer algún tipo de política de mitigación. ¿Para qué? Precisamente para que no colapsen los sistemas sanitarios, como sucedió en Italia, en España, en Nueva York, en Guayaquil.
Las cuarentenas obligatorias no tienen como función evitar el contagio, sino postergarlo
Es por eso que muchos países (Suecia, Alemania, México) no adoptaron el manualcito distribuido por la OMS (lo mismo que se hizo en España se hizo en Panamá, en Egipto) y optaron por soluciones más de acuerdo con las características de cada una de esas sociedades.
Argentina decidió seguir las instrucciones de la OMS a rajatabla y desarrolló una campaña de "educación" masiva basada en las creencias de esa organización y aplicó todo el rigor de la ley en la aplicación de la cuarentena (secuestrando autos, judicializando a los "untadores", quienes contagiaron, etc.).
Además, adoptó la política anti-barbijo de manera irreflexiva, sobre todo teniendo en cuenta que el adminículo dio buenos resultados en algunos países orientales pero sobre todo en República Checa (donde su uso en público es obligatorio).
Y como es un país empobrecido y, además, embrutecido, no hubo forma de que se compraran o consiguieran la cantidad de tests necesarios para 1) diagnosticar la cantidad de contagiados y 2) establecer las zonas de expansión del virus con una cierta consistencia.

Esa política de "fascismo telesanitarista" saltó por los aires hoy, cuando miles de viejos salieron a la calle para intentar cobrar algún peso que les permita alimentarse y comprar remedios.
Los atroces epidemiólogos e infectólogos que inundaron las pantallas con su monomanía propia de The Matrix deberían sufrir escarnio en la plaza pública: fueron ellos los que incitaron al encierro, ellos los que negaron la utilidad del barbijo, ellos los que no reclamaron los testeos masivos.
Lo único que nos dijeron es: quédense inmóviles, lávense las manos.
Pues bien, no nos lavamos las manos (en el sentido ético) y salimos a buscar información que ellos nunca nos dieron
Sobre el aplanamiento de la curva, aparentemente las cosas serían así (subrayo el potencial porque no soy autoridad en la materia y apenas si reproduzco información fidedigna de otras latitudes):

Si el ratio de duplicación de contagiados es de 10 días (cada diez días se duplican los casos confirmados), el sistema sanitario puede responder adecuadamente a la epidemia. Alemania está (o estaba hace unos días) en 7, Argentina en 5, USA y México en 4.


Esos simples números explican la diferencia de actitud frente a una pandemia que no funciona igual en todos los países ni en todas los lugares (de Italia se nos cuenta todo sobre el Norte, pero del Sur, donde hay tranquilidad, no se nos dice nada). 
Los diarios, que reproducen partes oficiales, dicen cosas sin sentido como ésta: "
"3. Escenario intermedio tardío: Duplicación de los casos cada 3 días hasta el 15 de Abril y comportamiento posterior según RIC de China. Sería lograr el aplanamiento que logró China pero más tarde (15 de abril)". (Infobae). ¿Cuál el RIC de China? ¿Les cuesta mucho a los periodistas aclarar esa información de capital importancia?
Chile tiene una tasa de mortalidad muy baja (porque hace más testeos que Argentina) pero no he podido averiguar la ratio de duplicación de casos. 

Lo que necesitamos, con urgencia, es información de calidad, barbijos y mapas de circulación del virus, para establecer nuestros propios recorridos.



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