miércoles, 10 de noviembre de 2010

Brujas y hechiceros

Merlin está de moda. Además de la serie, anda dando vueltas una película, El aprendiz de brujo, que actualiza algunos contenidos de aquella mitología. No me he animado a verla todavía, porque figura en el cast el abominable Nicolas Cage quien, si bien no está todavía sujeto a ninguna regla (tan poca es su importancia), tira pa' atrás cualquier proyecto que lo involucre.
Volvamos a la serie, cuya primera temporada (2008) ya hemos dejado atrás para sumergirnos en la más llevadera segunda temporada (2009), donde los "casos" de magia, hechicería y encantamiento dejan de sucederse con la arbitrariedad y la monotonía de antes y todo parece encarrilarse hacia un relato más estructurado.
Por supuesto, sin Colin Morgan en el papel del aprendiz de hechicero (locuela perdida en el armario de la magia, feliz feliz feliz de que en sus talentos y habilidades ocultas repose la suerte de Arthur, desempeñado por un Bradley James con el pelo cada vez más desmechado y cada vez más alejado de los arrebatos soberanos de su padre ficcional) y su arrolladora simpatía la serie perdería gran parte de su encanto. Pero esto quedaba claro ya en la primera temporada.
Lo que revela la segunda es la necesidad de Katie McGrath en el papel de Morgana, volviendose cada vez más loca a medida que su predisposición a la brujería la arrastra progresivamente hacia donde ella no sabe si quiere ir. La belleza de Katie es tan perturbadora (sus ojos son tan claros y, al mismo tiempo, de una profundidad tan insondable, etc., etc.) que, para muchos, la actriz (bastante mayor que sus colegas masculinos) ya se ha robado el show. Yo, que de esto sé bastante, creo que el irlandés Colin Morgan todavía está en carrera y aspiro a verlo protagonizar, en el futuro, Dr. Who, donde ya ha hecho algún bolo. En todo caso, entre ella y él, podrían crear un planeta entero de bellezas superiores.
En una época tan mezquina como la nuestra, que porque no tiene cine tampoco es capaz de sostener sistema de estrellas alguno, el descubrimiento de Katie, Colin (en 2007 hizo de Esteban en la adaptación teatral de la almodovariana Todo sobre mi madre producida por el Old Vic y ni el photoshop le arruina la cara), y Bradley (impecable "boca de fresa"), en ese orden, reportan la ilusión de que tenemos 14 años de nuevo y que el mundo tiene, todavía, algún sentido de la imagen.
Los canales de cable, tan reacios a mis consejos, deberían seguir éste y comprar ya los derechos de Merlin para América Latina, antes de que sea demasiado tarde, antes de que la magia se apague por completo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

nicholas cage en wild at heart.

Aitor | autohipnosis dijo...

Pues no he tenido la oportunidad de ver esa serie de merlin. Haber si me pongo al día en estas cosas, que las de magia y así me suelen gustar.
Un saludo.