10 de octubre. Repetición. En un panel cuyo escenario es la Feria de Frankfurt (juro no hablar sobre el retrato de Maradona ni las fotos del colorido álbum oficial), alguien dice que nadie ha entendido el peronismo. Me sorprendo por la ancianidad de la afirmación. Menciono libros, investigaciones, artículos, escritos en las últimas dos décadas por lo menos. El panelista, que no da señas de tomarlos en serio, insiste: "Sí, pero nadie lo entendió". No es un fantasma del pasado; es un político de sesenta años, una edad que, salvo enfermedad grave, no impide la lectura ni la comprensión de textos. Después pasa a dar su teoría del peronismo, una síntesis que confunde significante vacío con significante flotante (debe tener un déficit de atención). No voy a contestarle que lo que acaba de decir es un mal resumen de Laclau, porque he respetado a este panelista cuando fue un político independiente, original y audaz. Lo que dice sobre la cualidad incomprensible del peronismo (o por lo menos incomprensible para quienes no son peronistas) es propio de la mística o del romanticismo poético. Tampoco se lo digo porque tengo miedo de que, acostumbrado a que no le discutan mucho, empiece a explicarme que nadie entendió el romanticismo ni supo leer bien a los místicos, que hay que ser romántico para entender a Victor Hugo y místico para leer a San Juan de la Cruz. Unanimismo.
(por Beatriz Sarlo para Libreta/ Sarlo en Bazaramericano.com)
Las tres gracias
-
Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario