miércoles, 19 de julio de 2006

El autito

por Ariel Schettini

Ahora me auto transporto con el auto por el que

peleamos como si fuéramos parte de la burguesía

como si no hubiéramos sido jamás

un mal chiste para la especie.

Me transporto y me llevo a otra parte,

porque peleamos por el auto en un combate

que involucró parientes, abogados y amigos.

Como si no hubiéramos sido para la clase

una caricatura de institución burguesa.

La batalla, que no pasó de escaramuzas de las partes

y de dictámenes judiciales,

no involucró la sangre.

Pero yo hubiera denunciado

destrucción total.

El decreto de Unión Civil era suficiente y

oportuno para demolernos

pero hicimos abstracción del cuerpo: forcejeamos por una cosa

como pelean los que tienen algo y los que tienen repuesto.

Y gané, claro, con dinero, préstamos y humillaciones.

Gané como los que siempre ganan:

sometiéndome.

Gané como se gana adentro de la civilización

pidiendo clemencia y por favor

y cumpliendo formas.

Ahora me llevo y me transporto en el botín de guerra típico

de la conyugalidad, del laberinto amoroso

y de las demandas de divorcio.

Hey... alguna vez ese móvil fue una propiedad en común

¿te acordás?

Insostenible y evasivo, como el amor pactado.

Porque el desvío de ese matrimonio estaba inscripto

en el registro automotor.

Y solo ahora en la recta autopista, mientras escucho música,

entiendo que lo compramos

para ir a otra parte de nosotros mismos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ariel sos lo mas del mundo

Anónimo dijo...

Non, Rien De Rien, Non, Je Ne Regrette Rien
Ni Le Bien Qu`on M`a Fait, Ni Le Mal
Tout Ca M`est Bien Egal
Non, Rien De Rien, Non, Je Ne Regrette Rien
C`est Paye, Balaye, Oublie, Je Me Fous Du Passe