domingo, 30 de mayo de 2010

La isla barroca

Y Lost terminó por todo lo alto: con desmoronamientos de acantilados, religiones ecuménicas, reencuentros de personas muertas y enamoradas, disparates sin ton ni son, multiplicados según una lógica exponencial de la que no se tiene memoria en la historia de los relatos audiovisuales.
¡Explicaciones, explicaciones! Muchos esperaban las “explicaciones” que la serie había venido prolijamente escamoteando. El dilatado episodio final (dos horas y media) hizo lo que la serie mejor supo hacer siempre: diseñar escenas de intensidad sin igual (quien no haya lagrimeado ni una sola vez viéndolas, carece de sentimientos y de cualquier resto de humanidad) y abandonar la sutura entre unas y otras a una elipsis generalizada que Severo Sarduy (teórico de la elipsis-elipse barroca) habría celebrado con esa voz de ultratumba que lo caracterizaba (y tan adecuada al objeto de estos comentarios).

Y ya que estamos: Sarduy dedicó un libro entero a la política de la simulación, respecto de la cual Lost jugó durante sus seis temporadas: simuló teorías conspirativas, simuló fundamentos científicos, simuló (sobre todo) una cohesión narrativa que si funcionó bien fue por la astucia con la cual se manejaron las escenas sueltas, las elipsis narrativas y los presupuestos del relato: sí, Lost adhirió a la política del disimulo mimético e hizo de la mímesis audiovisual algo hasta ahora desconocido: no un dispositivo de representación, sino una máquina de conectar todo con todo, cualquier cosa con cualquier cosa. Agenciamientos desquiciados dominados siempre por la ironía exquisita de los diálogos, que ya repetían nuestras propias perplejidades o ya se burlaban de ellas mediante soluciones absolutamente insostenibles.
El costado más melancólico de una política semejante es la añoranza por las historias largas, la novela, los “grandes relatos” cuya crisis ya fue señalada varias veces (y que siempre fue entendida como correlativa de un cierta pérdida de referencia de la Historia y sus determinaciones). Lo heroico: haber sostenido contra viento y marea el deseo de relato y haber experimentado soluciones “postnarrativas” de alcance hoy insospechado.

(continuará...)

13 comentarios:

Anónimo dijo...

se nota que no te cancelaron una serie a vos. dale, elipsis.

F. dijo...

¿se podría, en todo caso, hablar de políticas de histeriqueo?

Juan Pablo Cozzi dijo...

Lost fue un juego. Un juego entre escritores y espectadores. Quienes supimos entender las reglas de ese juego lo disfrutamos hasta el último capítulo. Ahora, los que se creían dueños de la pelota y no aceptaron las reglas, tuvieron que verselas con la desazón del silencio, con la no explicación, la no metafora, el relato por el relato. Coincido con vos, Daniel, hablo de eso en mi blog.
http://impuratos.blogspot.com

saludos!

linquillo dijo...

Creo que es una justificación deleuziana berreta del folletín "lost". Una cosa es que una serie te atrape y te tome por boludo y otra muy distinta, y más instructiva, es leer todos los libros que citas en apoyo de una tontería.

Anónimo dijo...

me gustó eso de "continuará..."

Andy Fechi dijo...

"Ahora, los que se creían dueños de la pelota y no aceptaron las reglas, tuvieron que verselas con la desazón del silencio, con la no explicación, la no metafora, el relato por el relato."

Sostuve algo como esto con mis compañeros de aventura losteana. Y ahi me di cuenta. Lo nuevo, lo diferente de Lost es compartir la aventura de ver/leer una novela, quizas algo que con los libros es imposible de hacer. No son las explicaciones, la concreción de todas las dudas. Las dudas es lo mas real que tuvo esta ficción.
Algo parecido me pasó con HISTORIAS EXTRAORDINARIAS de Mariano Llinas. La narración por el gusto de la aventura de vivir una historia de la cual NO SOMOS PARTE sostenida por personajes a las que vamos conociendo, hasta que se termina la historia. THE END.

Pienso que, si hay gente frustrada por este final, es por dos razones. Una, como dijo JPC, nunca aceptaron las reglas del juego. Disfrutar las escenas sueltas, la intriga, el asombro y no la explicación. Dos, se vió mucho final "con vuelta de tuerca" en estos ultimos años, donde no todo era como lo pensabas (SEXTO SENTIDO, MATRIX, ETC...), en realidad, en estas películas se termina develando, con un giro del punto de vista, la manipulación hitchockeana de la cual somos victimas en cualquier ficcón. Creo que Lost deliveradamente evita esto, solo podría haberlo hecho si de repente los guionistas aparecían en escena. Ese era el juego. Un ejercicio de Ficción donde, literalmente, una nueva historia podía caer desde el cielo.

Al final me sentí como cuando terminé de leer EL SEÑOR DE LOS ANILLOS. Se terminó la aventura, algún dia tenía que terminar. No cambia el mundo luego de la aventura, quizas, algo en nosotros cambia. Pero no busco una metafora sobre la vida. Eso lo dió cada personaje, y por eso la extensión en 6 temporadas me parece válida. Porque nos contaron mas de una aventura, conocimos a cada uno de los personajes y asistimos al final de sus historias en este ultimo capitulo. Luego... Luego nada, este es el FIN que toda historia tiene.

F. dijo...

me parece algo lamentable seguir leyendo cómo Lost (su final) ahora funciona para que unos X se sientan superiores a otros Y porque les gustó el final y entonces están en sintonía con los escritores. ejem, es como, really? leo un comment y... en serio tenés que decir que al que no le gustó el final nunca entendió las reglas de juego? no te puede gustar y ya? no podés decir lo mismo sin andar salpicando?
esta imposibilidad de representación del goce del otro (en este caso, su ausencia de goce) es, además, lo menos lost ever. Lost dejó un par de cosas bastante claras: live together, let go, y lo más importante, superar por completo la mentalidad "us vs. them".
Es más lindo el espíritu didáctico que la violencia simbólica.
Otra cosa que voy a agregar, es que Lost no es (y by far) el único producto audiovisual en el cual el relato se maneja por principios de no explicación, que es algo que a mí personalmente me encanta. Películas, series de los 60s y 70s, y e infinidad de obras de teatro.
Quizás, podemos concebir la posibilidad de que a alguien no le haya gustado por otros motivos? Puede ser? Es posible pensar que existen otras razones por las cuales al otro no le gustó?

muy hippie, no?

Linkillo: cosas mías dijo...

No, muy snob, como siempre...

Diego dijo...

Barroco? jeje, mirá:

http://www.youtube.com/watch?v=IJVSRqltKsU&feature=

Debret Viana dijo...

Un enigma no tiene nada que ver con su respuesta.
De dónde proviene esa infantil torpeza, ese impulso primitivo de, en lugar de habitar el gozoso espacio de una incertidumbre fértil, pretender clausurar esa dicha con una resolución?

Anónimo dijo...

Puros sofismas y generalidades que podrían servir de apología de cualquier serie. Con un poco de teoría literaria y lenguaje posmoderno hasta un boleto de colectivo podría describirse como una obra genial y transgresora.

El final de Lost también fue una generalidad, un comodín que podría servir de final de cualquier serie. "Estamos todos muertos y nos reencontramos en el cielo". Los Soprano o, no sé, Betty la Fea podrían haber terminado así. Un final que cierra correctamente el misterio de la insulsa línea paralela, pero que como conclusión de la serie es totalmente insatisfactorio.

Yo no me siento decepcionado precisamente por la falta de explicaciones. De hecho, durante las últimas dos temporadas explicaron casi todo: Jacob, el monstruo, Dharma, Richard, por qué estaban en la isla, etc. Lo único que dejaron sin explicar fueron los plot holes inexplicables.

El final me decepcionó porque continuó con la línea de mediocridad de las últimas temporadas. No hubo redención, fue más de lo mismo. Desde hacía tiempo muchas cosas me estaban resultando ridículas, arbitrarias, casi intolerables (como por ejemplo la manera en que echaron a perder el mejor personaje de la serie, Benjamin Linus), pero continuaba mirando con la vana esperanza de que esos sinsentidos tuvieran una razón que hiciera que valga la pena soportarlos. Una razón distinta de "nos quedamos sin ideas, pero seguimos inventado boludeces porque nos pidieron estirar la serie hasta el 2010".

Pero bueno, las primeras tres temporadas siguen siendo gloriosas. Voy a hacer de cuenta que las últimas tres nunca existieron, como hago con las precuelas de Star Wars.

Xtian dijo...

A mí poneme en el insólito bando de los que quedó conforme o por lo menos no ferozmente enojado con Lost. Pero tampoco lo considero una maravilla. Lo que sí me parece raro es que te enojes con la serie al terminar el último capítulo. No era recontra obvio que ya desde la temporada 4 la cosa no era final con explicación "el humito negro es el mayordomo"? Creo que pasó un poco eso, la serie para algunos fue derivando a un juego puramente narrativo y ahí algunos dejaron. No me parece mal eso. Y me parece que la serie tiene cosas torpes. Algunas transiciones de personajes (nadie pide psicologismo, pero tampoco la pavada), la repetición de los molinetes de subte, el faro y templos pedorros cada dos capítulso, el uso repetitivo del salto del tiempo para adelante, el costado, la vuelta carnero. Festejo la libertad y el juego, pero se ponían un poco pesados, y la serie, aun pensada como puro bluff contra ese espectador "Jack" también tenía baches. Al final me divirtieron los chistes a lo televisivo de la cuestión (el uso cuasi mágico de la cinta adhesiva!) pero la serie no me produjo esa catarata de disfrute que le produjo a otros. Lloré, obvio, porque hay personajes que me pegan. Y soy sensible a la cámara lenta y la musiquita. Y me gustaba la serie. Pero estuve lejos de sentir la apoteosis. Y en cierto sentido estaba listo para que Lost terminara. Y para mí le sobran bastante flecos.

Anónimo dijo...

daniel,

tu post sobre el final de lost me deja la misma sensación que el último capítulo de la serie.

lo hiciste a propósito?

tengo que darme cuenta de algo?

estarás jugando conmigo y sólo me queda disfrutarlo?

saludos y gracias por tantos buenos post sobre lost.