Carta a Franco Farolfi de julio de 1940: "no sé cómo vestirme ni cómo pensar dentro de mí, ni cómo comportarme con los otros; las horas, los sucesos y los hábitos, cosas que querría destruir, vuelven a atraparme en su movimiento".
Carta a Franco Farolfi del invierno de 1941: "he visto un film nórdico: Laila, que une cualidades maravillosas a defectos irremediables. El director es un poeta que no sabe usar la cámara; intuye secuencias bellísimas, y a veces las realiza. El montaje es torpe. En conjunto, el film me ha turbado mucho y ha abierto nuevos pliegues en mi fantasía (sueño con renos, deshielos, fiordos, bramidos de lobos y la vida folklórica de jovencitos que en primavera se adornan con collares y, vestidos con pieles, cantan con voz dulcísima chapoteando con los pies en el luciente fango)".
Carta a Franco Farolfi del otoño de 1941: "En cuanto a las muchachas, las cosas iban maravillosamente con cierta Merina, dactilógrafa, con una rarísima melena rubia natural; esbelta; de buena familia. Cultivé hacia ella una pequeña pasión".
Primer libro (Poesías a Casarsa) en 1943
Carta a Franco Farolfi de la primavera de 1943: "La única filosofía de la que me siento muy próximo es el existencialismo, con su poético (y otra vez muy próximo a mí) concepto de `angustia´y su identificación existencia-filosofía"
Carta a Franco Farolfi del 22 de agosto de 1945: "Confiar un secreto pone en riesgo sobre todo a aquel a quien se lo ha confiado. Si no fuese así, no tendría yo temor en hablar claramente de la podredumbre que he heredado de mis antepasados"
Furor poeticus (en carta a Sergio Maldini del 6 de junio de 1947)
Carta a Franco Farolfi de septiembre de 1948: "para mí ha terminado el período de la vida en la que uno cree que es sabio por haber superado la crisis y satisfecho ciertas terribles necesidades (sexuales) de la adolescencia y la primera juventud. Estoy dispuesto a volver a intentar rehacer mis ilusiones y deseos; soy, definitivamente, un pequeño Villon o un pequeño Rimbaud". "Quizá me mantenga muy parecido al Pier Paolo de aquellos tiempos (siendo mi caso clínico el infantilismo)".
Carta a Gianfranco Contini del 7 de julio de 1949: "Hace tiempo, leí en un diario suizo una columna de Benda que me llenó de remordimiento: allí se decía, en efecto `desde un punto de vista muy pesimista´ que los hombres escriben cartas solamente para pedir, que no existe una correspondencia `pura´"
Carta a Silvana Mauri del 10 de febrero de 1950: "Mi vida futura no será la vida de un profesor universitario: ahora sobre mí se encuentra el signo de Rimbaud o de Campana o de Wilde, lo quiera o no lo quiera, lo acepten los demás o no. Es algo incómodo, chocante, inadmisible, pero es así".
Carta a Silvana Mauri del 11 de febrero de 1950: "Las novelas que estoy escribiendo son tres. No te asustes. En estos meses no he hecho más que escribir, incluso diez horas por día (...) En cambio, aquí estoy, incapaz de escribir aunque sea un período claro. Pero espero que mi astenia sea pasajera".
Carta a Silvana Mauri del 6 de marzo de 1950: "Como temías, realmente tu silencio me había espantado, pero me echaba la culpa a mí mismo por la imprudencia de enfermo con que te había escrito esas cartas".
En carta a Luigi Ciceri del 13 de enero de 1953, Pasolini es ya un estructuralista.
Obsesión numerológica: "Además, sobre la distribución general [del libro] (un poco maníaca, te repito), ten en cuenta que se trata de cuatro secciones, con cuatro poesías cada una".
Carta a Luigi Ciceri del 29 de enero de 1953: "Al `sufrir´ demasiado por estos problemas [la desaparición del friulano], se corre el riesgo de poner en juego no ya un sentimiento, sino un sentimentalismo, es decir, un vicio: el vicio en que se funda todo conservadurismo".
Carta a Carlo Bertocchi del 17 de noviembre de 1954: "Para mí, en este momento las palabras de Cristo: `Ama a tu prójimo como a ti mismo´ significan `Haz reformas estructurales´".
Carta a Livio Garzanti del 2 de julio de 1955: A propósito de Ragazzi di vita: "De todas maneras, usted buscaba un slogan, ¿verdad? Cecchi nos regalaba uno muy lindo (se entiende que sin quererlo) y, me parece, eficaz comercialmente: El Corazón en negro, que, con la firma de Emilio Cecchi, funcionaría a las mil maravillas"
Carta a Massimo Ferretti del 13 de enero de 1958 [1959]: "yo me enamoro exclusivamente de muchachos de menos de veinte años, y muy ingenuos, diría que sólo del pueblo (ingenuos desde el punto de vista cultural, no erótico): es necesario que haya una diferencia, ¿no? La mía es una diferencia social, cultural (no tanto de edad, en tanto yo me mantengo `fijo´ en la adolescencia, además del período del complejo edípico: caí bajo la cruz dos veces, y desde la segunda ya no me levanté más). En todo caso, todo ello tiene una importancia maravillosa para mí: es un hecho privado. Una vida extemadamente libre y disipada no ha desgastado mi inocencia ni siquiera un milímetro: soy realmente virgen y muchacho desde ese punto de vista".
En carta a Edoardo Bruno de 1959 habla de su obra (a caballo entre el guión de cine y la novela) como un "verdadero monstrum de las nuevas letras".
Carta a Luciano Anceschi de enero de 1960: "el cinematógrafo plantea procesos de sintaxis narrativa que desde hace tiempo la literatura no se autoplanteaba".
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
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