domingo, 31 de julio de 2011

Un soplo de vida


Sopro 55
[Julho/2011]

Espelho
Flávia Cera

"Somos todos, portanto, a princí­pio, imagem e é a partir dela que formaremos nossos laços, é a partir dela que assumiremos um modo de vida, enfim, é a partir dela que iniciamos uma ficção sobre quem somos."

Notas para a reconstrução de um mundo perdido (IX e X)
por Flávio de Carvalho

IX: A simulação, a Floresta e o Primeiro Temperamento - A Descida da Árvore

X: A mentira e o Solução do Mundo - A Dança Nasceu na Floresta

[Visualizar o Sopro 55 em PDF - recomendado]




sábado, 30 de julio de 2011

Estilos de derecha

por Daniel Link para Perfil

Los estilos no deberían evaluarse en el universo propiamente político, donde lo único que importa es del orden de la acción: los programas de gobierno que se patrocinan en las plataformas electorales y el modo en que se los sostiene (o se los olvida para siempre) una vez alcanzado, gracias a la confianza del electorado, el lugar de gestión (ejecutivo o legislativo).

Tal vez la misma noción de “estilo”, que en relación con el discurso designa una propiedad más de los enunciados (como el género y el tema), aplicado a la política no sea sino una noción de derecha, más ligada a una ilusoria “distinción” que a cualquier otra cosa.

Y sin embargo, cuanto más añoramos una política estilísticamente neutra, sobria, eficaz precisamente en su silencio, más se nos imponen las chillonerías insensatas como patrón privilegiado de la decisión política.

Por supuesto, los estilos (incluso los políticos) son artefactos culturales que se inscriben en un horizonte técnico.

Si la democracia volvió a nosotros como un teatro (y, en particular, una variedad trágica) y si, ayer nomás, se hablaba de la “tinellización de la política” para constatar la adopción por parte de la casta de gobernantes y aspirantes a serlo de los modos más vulgares y viles del discurso televisivo, hoy la ruina de la televisión (que es ya cosa del pasado, consumo sólo de los sectores menos favorecidos de las sociedades, que en nuestro país siguen siendo mayoría) obliga a los políticos a la adopción de nuevos formatos de comportamiento audiovisual, todavía más desasosegantes que los previos, porque parecen alcanzar un umbral de formalización que nunca fue pensado para la cosa pública (ni política, ni teatral, ni televisiva, ni cinematográfica): la celebración pequeñoburguesa de los esponsales y su registro.

Yo no censuro al macrismo por su “estilo”, sino por su estrechez de miras y la imaginación de pacotilla con la que tiende a administrar los bienes nuestros (de la ciudadanía, es decir: de todos). Pero tal vez el “estilo” macrista-delsellista sea correlativo de esa obsesión hacia el empequeñecimiento (bronce jamás; ahora youtube) del cual han dado muestras también otras fuerzas: un grupo de artistas, hace algunos días, envió su respaldo al candidato santafecino Agustín Rossi. Al hacerlo por la vía del registro videográfico, esa adherencia (discutible o no) puesta bajo el título "Sí, quiero", adoptó el formato y el estilo del video de casamiento en el cual los invitados a la boda dejan sus (mejores) deseos para los contrayentes.

Pocos días antes, un penoso Macri (como novio o padrino un poco tomado) bailaba bajo una lluvia de globos las canciones de Gilda que no faltan en la bandeja de ningún dj de salón de fiestas. Por un momento la ilusión fue tan perfecta que temimos la abominable secuencia de “carnaval carioca”, con cotillón incluido, y el ganador encabezando el trencito tarareando “pe-peee-pe-peee-pe-peee”.

Más triste aún que la sospecha de que todo estilo (incluido el peronista) tal vez sea de derecha es la constatación de que entre nosotros triunfa una derecha sin estilo (sin pasado, sin imaginación, y sin futuro).

viernes, 29 de julio de 2011

Sorpresa y rechazo

por Oscar del Barco para La voz del interior

Como profesor de la Universidad Nacional de Córdoba, precisamente en estos momentos de su acentuada participación en la lucha por los derechos humanos y por la democracia, no puedo dejar de expresar públicamente mi sorpresa y mi rechazo al homenaje que se le rinde a Juan Gelman conmemorando los 400 años de la fundación de la universidad.

Y no se trata aquí de discutir el innegable valor de su poesía sino de señalar la contradicción implícita en el hecho de que nuestra universidad, que vive plenamente una democracia por la que ha luchado históricamente y a la que construye día a día, otorgue un premio de honor a un hombre que, como Gelman, fue y es notoriamente partidario de la dictadura existente en Cuba, gobernada desde hace más de 50 años por un dictador como Fidel Castro, quien instauró un régimen de represión política, de persecución cultural y de discriminación sexual.

Por otra parte Gelman participó en cargos de responsabilidad de un movimiento político-militar (Montoneros) que asesinó a sindicalistas, políticos, policías e incluso a miembros de la propia organización acusados de indisciplina.

Nunca Gelman hizo un acto público de autocrítica explicando cómo se tomaban y se ejecutaban las condenas a muerte, y mucho menos pidió perdón a los familiares de las víctimas de las acciones guerrilleras. También esas víctimas tenía padres que las lloraban como él ha llorado la trágica y despiadada muerte de sus hijos. No se trata de política ni de poesía, sino del acto esencial de toda comunidad, el acto de soberanía ética. No un deber ser abstracto y trascendente sino una responsabilidad viva frente al semejante.

Esta crítica a un premio que contradice el fundamento democrático de la propia universidad actual, a la que pertenezco y en la que participo, no puede ser utilizado en contra de la misma ni para descalificar las acciones del gobierno de nuestro país.

(Gracias, Diego)

Ledesma se escribe con sangre

fuente: lavaca.orgEnlace
Cuatro muertos, un hombre en coma profundo, más de 30 heridos, 10 mujeres y 12 hombres detenidos es el saldo de una violenta represión que trató de desocupar 15 de las 135 mil hectáreas que la familia Ledesma posee en Jujuy. “Una carnicería”, según define la abogada Mariana Vargas, en charla teléfonica con lavaca desde ese mismo predio de Libertador General San Martín que, media hora después, fue nuevamente ocupado por 300 familias. Las voces de fondo hacen saber que a las 21.30 de hoy, jueves, el lugar era sitio de protesta y resistencia. “Porque no queda otra. El tema es tan claro que no deja lugar a interpretaciones: esta gente no tiene opción”. Didáctica, la abogada describe por qué: “Imagínese un huevo frito. La yema es el pueblo y la clara, es Ledesma. Todo lo que nos rodea es de ellos. Entonces, si la gente no tiene dónde vivir o se va o tiene que ocupar”. Las cifras también son así de claras: “De las 135 mil hectáreas que Ledesma tiene en la provincia, solo produce caña de azúcar en 25 mil. Este predio tiene apenas 15 hectáreas. Para ellos no representa nada. O, mejor dicho, representa nada más ni nada menos, una sola cosa: de quién es este pueblo”.

Un conflicto con historia

El conflicto se desató hace tres años y, por entonces, se abrió una negociación “de la que fueron testigos la autoridades de la provincia”, aclara la abogada. Hubo, incluso, una oferta para comprar esas tierras, a la que Ledesma se negó. En tanto, avanzó la causa judicial. El juez Sammar firmó la orden de desalojo el pasado 22 de julio, cuando 700 familias decidieron re-ocupar, a la vista de que Ledesma no cumplía con las promesas de transferir esas tierras. Aún con la orden firmada, se había abierto un espacio de diálogo que fue roto sin aviso previo cuando a las 6 de la mañana de hoy, jueves 28, irrumpió la policía con gases lacrimógenos y disparos. “Acá hay de todo: gente que pertenece a la CCC (Corriente Clasista y Combativa), que es desocupada, pero también hay familiares de maestros y hasta de policías. El tema de la vivienda es tan grave que atraviesa a todo el pueblo y esto lo saben mejor que nadie.” No se refiere sólo a las autoridades provinciales, que conocen de cerca el tema desde hace 3 años. “Ledesma hace inteligencia y conoce a cada uno de los que reclama. Es como un Estado paralelo: funciona con su propia logística. Y ese Estado paralelo cuando lo necesita, hace trabajar al Estado formal para dejar en claro quién manda a quién. Esto fue una carnicería en nombre de la defensa de la propiedad privada”.
Mañana habrá una movilización en Jujuy hacia las oficinas de la empresa Ledesma. Reclamará la destitución del juez Sammas (”firmó la orden de desalojo y se fue de vacaciones”), la del jefe de policía (”Sabía que se estaba negociando y aún así ordenó la represión”) y la del ministro de Seguridad provincial.
Poco después de las 22, comenzaban a ser liberados los detenidos, 10 mujeres y 12 hombres, que la policía retuvo bajo la figura de “averiguación de antecedentes”. Algunos permanecían aun en el hospital, en su doble calidad: heridos y presos.


jueves, 28 de julio de 2011

El pensamiento del afuera

Soy, en el horóscopo chino, chancho de tierra. Me arremango, pues, y me arrojo al lodo con felicidad, para cumplir un deber, porque sé que los críticos locales de cine sólo son sensibles al mainstream norteamericano y al independentismo festivalero. Lo mío es el in-between: ni tanto, ni tan poco. Persigo el sentido del arte allí donde aparentemente éste se resiste a desaparecer (o, donde sostiene, en su desaparición, un pensamiento), se trate ya de uno de los ejercicios de estilo de mi amiga Cate o de una película que jamás se estrenará comercialmente en esta provincia ultramarina.
Existe un tipo de películas cuyo formato (determinado por limitaciones de producción) llamamos "de container". La acción transcurre en un espacio cerrado (un container acondicionado como...), fuera del cual suceden amenazas de toda índole: catástrofes naturales, movimientos dimensionales, invasiones extraterrestres, guerras nucleares, plagas. Algún que otro plano (hecho con las migajas que sobraron de los ahorros en el catering) muestra ese exterior, pero lo principal sucede adentro (de la cápsula espacial, el laboratorio, el bunker, el sótano o lo que fuere: con un par de pantallas de pc, o unos caños de desagüe e iluminación intermitente se consigue cualquier cosa), donde una serie de caracteres más o menos arquetípicos son sucesivamente llevados a la muerte (mientras discuten y se enfrentan por minucias), hasta que el final (si es que uno es capaz de soportar tanto) llega la salvación a los protagonistas.
Por supuesto, en el género ha habido joyas inolvidables como Alien (1979), que era estrictamente "de container" (sólo se lo abandonaba una vez, por uno más grande). Ese hito justifica la persistencia del género en las producciones baratas del canal sci-fi, por ejemplo, que aspiran a pegarla alguna vez con esas adaptaciones no del todo comprensivas de la lógica aberrante y metafórica del género Huis Clos.
El reverso exacto de las películas "de container" son las superproducciones turísticas del estilo James Bond, donde se nos ahorra siempre la permanencia del protagonista en la cápsula cerrada (el avión, paradigmáticamente) para mejor mostrarlo en escenarios espectaculares que cambian con velocidad de vértigo (Reikiavik, Río de Janeiro, Estambul, Londres, "Villa Gesell", etc...) y donde, a diferencia de las películas "de container", las persecuciones (esa cosa abominable) suceden a cielo abierto y no a través de un monitor.
De modo que si existiera una película que, por su guión, apelara al espacio cerrado y, sin embargo, su realización incurriera en la exterioridad más antojadiza, esa película sería una anomalía digna de consideración.
Esa película existe y se llama Game (2011), una producción bollywoodense que muestra en relación con los géneros (y las determinaciones de guión, de producción, etc...) un tal desparpajo que resulta encantadora desde el primer minuto hasta el último.
La historia, urdida aparentemente por Farhan Akhtar (los créditos son confusos), es simple: un millonario convoca a una isla griega a cuatro personas que no lo conocen para ejercer cierta clase de justicia. El millonario muere en circunstancias misteriosas. Hay una investigación.
Agatha Christie, por cierto, es el antecendente más a mano (o, para sentirnos más cool: P. D. James). Para resolver una trama semejante no hace falta sino una casa en una isla y una distribución más o menos inteligente de la información. Como la muerte (¿suicidio?, ¿asesinato?) del millonario sucede en un cuarto cerrado, es evidente que el guión (que cita por esa vía el motivo "container") no necesita más que de un espacio cerrado y debidamente acondicionado para su desarrollo. Y sin embargo...
La pasión por el lujo del director Abhinay Deo parece ser tan grande, que la película (con la misma lógica que en cualquier entrega de la saga de James Bond o su versión femenina, desempeñada por Angelina Jolie) atraviesa los mares y los continentes en una loca oscilación desde Londres (donde hay unos extraños "cuarteles centrales" de investigación en los que se desempeñan exclusivamente detectives indios) hasta Malasia (donde hay políticos indios), pasando por Estambul (que nos entrega sus mejores vistas como marco de un romance... entre indios), una ciudad de India cuyo nombre no recuerdo y una isla (que no necesita ser griega, pero que lo parece, habitada por... indios), sin que el guion reclame propiamente una movilidad semejante. Es un capricho y, como tal, merece ser respetado.
Lo que no sé si será un capricho o no (apenas empiezo a familiarizarme con el cine más poderoso del planeta), es el ideolecto de la película: hablada en hindú (o el rótulo lingüístico que convenga aplicar a lo que allí se habla) y en inglés. Quiero decir:
en la misma frase se pasa de una lengua a otra, como si, al mismo tiempo que se atraviesan los cielos en viaje insensatos, las fronteras lingüísticas y los modelos genéricos, con ellas, se deshicieran.
Los convocados por el millonario son cuatro: un político corrupto, una estrella de Bollywood (la película no cesa de subrayar sus propias condiciones de existencia, en un gesto tal vez anacrónico en el cine occidental, pero que resulta muy estimulante por razones tal vez misteriosas que dependen sobre todo con la gracia buscada y conseguida por Deo), un traficante de drogas y una joven cronista de policiales dada al trago. Como caracteres secundarios se suman la troupe de los investigadores y una secretaria de la que conviene sospechar desde el comienzo porque es igual, igual a Luna Paiva (y la belleza y el crimen, ay, ya se sabe...).
Por supuesto, nadie es lo que parece y a lo largo de la película (¡que tiene intervalo!) se revelarán sucesivas verdades que (des)orientarán a los investigadores (todo tiene que ver con una hipótesis geminal de las identidades, claro).
Cada tanto, como corresponde, hay musicales tanto o más extemporáneos como los viajes. Éste es uno:



Y, junto con los créditos, se nos regala este otro:



Abhishek Bachchan no es sólo la estrella de la película sino una de las piezas claves de la industria bollywoodense actual. Suma, a su irresistible aura de tigre bengalí (¿qué comé, bulone?), el hecho de ser nieto de uno de los más grandes representantes de la poesía hindi y urdu, Harivansh Rai Bachchan.
En todo caso, hay más pensamiento cinematográfico en esta caprichosa superproducción totalmente excéntrica (donde el cine parece involucrar, todavía, algo del orden de la seducción y una tensión irresponsable hacia lo abierto), que en las mil mierdas que Occidente nos entrega cada año, ya sea en sus circuitos mainstream o, Ganesha nos ampare, independientes.

miércoles, 27 de julio de 2011

El fin del sexo


martes, 26 de julio de 2011

Convocatoria

Frente al intento de proscripción de la izquierda y para discutir la forma de enfrentarlo, llamamos a todos los intelectuales, docentes y trabajadores de la cultura que se reivindican del espectro de la izquierda y rechazan el intento proscriptivo impuesto por el gobierno y la oposición, a sumarse activamente a la lucha contra la proscripción, impulsando el voto por el Frente de Izquier­da en las internas del 14 de agosto y participando de la nueva Asamblea de docentes, intelectuales y artistas en apoyo al Frente de Izquierda y los Trabajadores el miérco­les 3 de agosto en la Facultad de Sociales.

MIÉRCOLES 3 DE AGOSTO, 19.00 HS. | FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES (UBA), SEDE M.T. DE ALVEAR 2230, AULA 300.

Diccionario argentino

lunes, 25 de julio de 2011

Una alegría no se le niega a naides


... y yo, para olvidar que mi yerno es de Venado Tuerto, me fui al obelisco a alentar a la torcida yoruba (mientras Martín Cáceres se sobaba el ganso en el vestuario).

Vivir así

"...electorados que no quieren movimientos volcánicos ni piensen a la política como una dimensión que debe atravesar emocionalmente sus vidas, sino que, con el menor ruido posible, cree las condiciones administrativas para que éstas se desarrollen de la mejor manera."

Beatriz Sarlo. "Una votación rara", para La Nación

Y llegaron los extraterrestres...


Muta, by Lucrecia Martel
(gracias, Silvia)

domingo, 24 de julio de 2011

¿Experiencia o literatura?

por Daniel Link para Perfil Cultura

¿Por qué nos convendría leer en los márgenes de la literatura o, incluso, leer marginalmente el centro de lo literario (es decir: el canon)? ¿Debe entenderse esa manía revisora (no quiero decir “revisionista”, pero se trata de eso) como una impugnación a las concepciones hegemónicas de la literatura, como resistencia al poder que, al mismo tiempo que fabrica modelos, establece sutiles dispositivos de censura? Eso, desde ya: pero también podría señalarse que tanto en las ampliaciones y desplazamiento de lo que se considera canónico en una literatura (por lo general, nacionalmente considerada) y la iluminación de zonas antes en penumbras, lo que se pretende es una vivificación de experiencias de la literatura (todas singulares) más que una versión corregida de un ordenamiento supuesto perfectible.
El canon supone procesos de selección, atribución de propiedades y de modelización (lo mismo para los santos que para los textos). Un texto o una vida, por lo tanto, no serían singulares, sino que son singularizados por un proceso complejo. La singularización afecta a una vida o a un texto que luego, en un segundo paso (ya no un paso de vida, sino un paso a la institución literaria), se volverán representativos y ejemplares. La vida de Rodolfo Walsh, la obra de Walsh, se dice, representa una manera de articular experiencias y sentidos, un modelo (positivo o negativo).
Algo del orden de lo particular (la vida vivida, el texto escrito) se singulariza, y luego de ese proceso de singularización se vuelve, de algún modo, universal. Una vida representa “la vida”, un texto representa “la literatura” (en cortes periódicos, al menos). Es así como la historia consagra una obra.
Una obra es ese encuentro real entre una masa de discurso y una vida: el nombre propio (Borges, Walsh) no es sino una forma de denominar un encuentro entre lo literario y lo viviente en el que un sujeto pone en juego su vida (como un apostador se juega su vida). Luego, el canon clasifica: asigna un lugar, una posición, una clase. Pero también transforma en clásico. ¿Todas las obras que integran el canon son clásicos? ¿Lo son del mismo modo? La clasificación se realiza de acuerdo con un ordo, que no es sólo posicional, sino jerárquico. Hay órdenes (entre los santos, entre los ángeles, entre las obras) y podría decirse que el clásico ocupa la jerarquía de primer rango dentro del canon (Hernández, Borges, Walsh). El clásico se propone como un modelo definitivo y para siempre (aun cuando, lo sabemos, el canon esté sujeto a revisiones, modificaciones, disputas, aniquilamientos).
Una obra se construye en dos dimensiones. Y la obra, como objeto de análisis, supone, pues, un doble sujeto. Por un lado, quien progresiva e imaginariamente otorga sentidos a su propia experiencia. Es el autor (no tanto la “persona”, sino el modo en que el sujeto se constituye en garante de ciertos textos). Por otro lado, quien retrospectivamente otorga sentidos a una práctica ajena. Son los críticos, los editores, los maestros. La obra será, pues, el espacio de articulación de dos subjetividades bien diferentes y es por eso que leer desde los márgenes (a contrapelo, si se quiere, de las lecturas hegemónicas, establecidas) puede ser tanto o más revelador que leer lo marginal.
Esa articulación puede ser a veces problemática, como en el caso de Rodolfo Walsh, porque al postular su nombre como una pieza decisiva del canon argentino, tal vez haya que definir previamente qué tipo de experiencia es la que se quiere leer en la articulación entre los textos y la vida de Walsh. El canon homogeneiza las diferencias entre las obras o los autores, precisamente para poder proponer modelos (que, a posteriori, se leerán como consistentes entre sí).
Angel Rama, por ejemplo, nos ha persuadido de que Walsh es el heredero de Borges, el que vuelve a hacer en los sesenta y los setenta lo que Borges hizo en los treinta (“Rodolfo Walsh: la narrativa en el conflicto de las culturas” en Literatura y clase social. México, Folios, 1983). Sea. Pero eso supone una operación de homogeneización propia del canon que pone a la experiencia que reconocemos como Walsh, retrospectivamente, en un lugar que tal vez le resulte incómodo.
La experiencia literaria de Borges es, lo sabemos, una experiencia del agotamiento. La de Walsh, por el contrario, es la experiencia de la imposibilidad (de menor intensidad que la de Beckett, pero con el mismo alcance) y, aunque la diferencia parezca muy sutil, es sin embargo inconmensurable (sin que esto implique, naturalmente, un juicio de valor, dado que la experiencia se sustrae, por principio, al dominio de lo estético).
Esa inconmensurabilidad significa, también, que no hay entre dos experiencias semejantes una relación genética (como quien dijera: después del agotamiento, la imposibilidad), porque la experiencia de la imposibilidad tal vez haya sido declarada mucho antes (por lo pronto, en Beckett).

No es que Angel Rama se equivocara al juzgar a Walsh, en algún sentido, borgeano. Es que lo tomaba, ya, en otro lugar (el lugar de la posteridad) que no era el lugar de la propia experiencia de Walsh.
De modo que la construcción de una obra es un proceso complejo y delicado. Un sujeto, el escritor, realiza opciones en relación con los textos, marca lugares de pertenencia, elige circuitos de circulación, formas adecuadas a un proyecto literario, juega su vida en relación con una masa de discurso (o ciertas imágenes). La institución reacciona de un modo o de otro, pero lo cierto es que vuelve a imprimir los valores universales del arte.
El canon estetiza. Facundo, por ejemplo, carece ya, para nosotros, de todo valor político (recuérdese que para muchos de sus contemporáneos, entre ellos José Hernández, se trataba de la obra de un asesino, de lo que podrían ser prueba circunstancial los fragmentos de correspondencia sarmientina sobre los gauchos y los paraguayos).
Fuera del horizonte histórico de actuación política de Sarmiento, el canon nos autoriza a admirar la prosa de Facundo con absoluta prescindencia de los contenidos políticos que explicaron su emergencia (del mismo modo que no leemos ya La Ilíada en relación con su eficacia respecto de los modos de organización de la vida en el período jónico). El canon exige que los fundamentos de una obra sean sólo los universales del arte. Autonomiza (y, por lo tanto, estetiza) aquello que, en un nivel o en otro, formará parte de la institución literaria.
Porque el canon es esencialmente una construcción pedagógica (el tesoro de la humanidad, de la raza o de la patria) es que debe homogeneizar, monumentalizar y estetizar los textos que lo integran. Para quien pretenda una experiencia de lo literario (siempre singular, aun en la repetición), el canon puede resultar opresivo, porque tiende a normalizar y clasificar lo inclasificable. “YO YA NO ESCRIBO MAS”, exclama Walsh (con mayúsculas, en Ese hombre y otros papeles personales). Pero siguió escribiendo.
Escribir es seguir escribiendo pese a todo, porque hay que hacerlo, aunque no se pueda escribir, aunque no se encuentre la forma, la novela, el momento histórico, el público o, simplemente, el deseo. No acordarse es el motor. No acordarse de nadie ni de nada. Escribir en el vacío, contra el canon, o en sus márgenes.

Otro “hecho revolucionario” K para las pantallas de TV

por TVPTSEnlace
Desde que se votó la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, el gobierno K hace propaganda reivindicándola como el instrumento que viene a terminar con el monopolio de la información, para que se puedan difundir las voces no escuchadas y democratizar los medios, hasta ahora siempre en manos de un puñado de empresas. La “ley de medios de la democracia” sería la bandera del pluralismo mediático por venir.
Hace unos días se publicaron las resoluciones 685 y 686 mediante las cuales la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) llama a concurso público para la adjudicación de licencias para 220 señales de TV digital. El titular del Afsca Gabriel Mariotto (candidato a vicegobernador de Scioli) declaró que el llamado “es un hecho revolucionario que garantiza la pluralidad y la diversidad”. Pero al contrario de cualquier declaración revolucionaria, el concurso es un verdadero insulto a cualquiera que quiera realmente la democratización de los medios. De las 220 señales, 110 serán asignadas “al sector privado” y otras 110 a las “organizaciones sin fines de lucro”. Por adjudicación directa le fue otorgada una señal a cada gobierno provincial y una a cada universidad nacional.
¿Qué dice la resolución respecto de las “organizaciones sin fines de lucro” que quieran participar en la licitación de una señal?
1) Para participar en el concurso se debe “comprar un pliego” que varía entre $42.000 y $140.000 dependiendo de la ciudad.
2) Una vez pagado esto, hay que poner “a modo de garantía” una vez y medio el monto del pliego comprado. Supongamos que una “organización popular” compra su pliego de $140.000… entonces debe graciosamente sumarle $210.000 más para seguir.
3) Lo que se abona por “el pliego” no se recupera se gane o se pierda, es plata que se debe poner sólo para poder participar como organización popular y “sin fines de lucro” en el concurso.
4) Se establece “la democracia del pliego” (por llamarla de alguna manera), que estipula que sólo se pueden hacer pedidos, aclaraciones, consultas sobre el concurso si se pagó el pliego (democracia del dinero).
5) Para llegar a concursar hay que presentar declaraciones juradas, balances, patrimonio, equipos, etc. que avalen la inversión que se va a realizar. Supongamos que una “organización sin fines de lucro” tenía toda esa plata ahorrada y compra el pliego. Supongamos también que el jurado le otorga una señal… En ese caso se devuelve la garantía inicial, pero debe pagar otra que es el 15 % de la inversión pautada.
6) Más allá de todo esto, que para una “organización sin fines de lucro” es imposible costear, en caso de ganar una señal de TV digital, hay que pagarle a ARSAT (la empresa que tiene el monopolio de la distribución de la señal digital) la “popular” suma de $24.000 por mes.
Evidentemente las resoluciones 685 y 686 muestran que, más allá de la verborragia y los adjetivos con que se las presenta, dejan afuera a cualquier organización obrera, popular, de DDHH, “sin fines de lucro” real. Al contrario le abren el paso a las PYMES, por qué no a la Fundación Noble, a la Iglesia o a la burocracia sindical. Con estas resoluciones esos sectores son los únicos beneficiados.
Desde TVPTS repudiamos las normas restrictivas impuestas por el AFSCA y Mariotto que no hacen más que mantener la hegemonía de las empresas mediáticas. Llamamos a todos los medios alternativos y comunitarios, periodistas, artistas, trabajadores de la cultura y a todos los que apoyaron “la ley de medios” por considerar que era verdaderamente democrática a repudiar estas normas restrictivas. Debemos organizarnos para voltear estas restricciones, será en las calles donde lograremos imponer las voces silenciadas por el gobierno y los medios hegemónicos.

sábado, 23 de julio de 2011

Unplugged

El fin de los tiempos

por Daniel Link para Perfil

El Papa negro acaba de anunciar, ante el Congreso de los Estados Unidos, que el tiempo se acaba: "No tenemos más tiempo para embarcarnos en gestos simbólicos". Mientras Atenas, Roma y Madrid se precipitan al abismo y Londres espera su propio derrumbe, Washington titubea ante la fenomenal contracción del tiempo mesiánico. Hace poco más de dos años, yo recordaba, en esta misma página (el 28.03.2009), mientras el FMI se preparaba para "salvar" a un país europeo de la "crisis" (que es, por cierto, una guerra solapada, una guerra civil mundializada) y el presidente de la Unión Europea advertía que el presidente norteamericano “no es el Mesías”, que, aunque el Papa negro no fuera tampoco el Anticristo, de todos modos convenía colocarse en situación de "día después de mañana", porque si, como parece, el tiempo (del capitalismo) se reduce radicalmente, la condición mesiánica de los tiempos (que establece una zona absolutamente indiscernible entre este mundo y el futuro) supone una radical transformación particular de todas las relaciones jurídicas.
¿El capitalismo se contrae? Más bien parece una contracción de parto de la que nacerá un monstruo todavía más incivil y menos gobernable, un mundo más injusto en donde la ciudadanía será sistemáticamente expoliada para favorecer a los usureros del mundo. Políticas de reducción de gastos, austeridad:
eso se dice. En realidad se trata de la más formidable transferencia de recursos del sector productivo al sector financiero de la que se tenga memoria. No en vano el presidente del apocalipsis insistió en que su país “saldrá fortalecido de la crisis” a poco de asumir. Entonces parecía que le habían servido la debacle para que fortaleciera lo que se quería fortalecer (la lacra del mundo) y debilitar todo lo otro (lo viviente). Hoy no es tan seguro que, una vez liberada la Bestia de las cadenas que la atenazaban, vaya a quedar algo en pie, una vez que su furor se haya aplacado. Tal vez la China, ese Oriente insondable que no tuvo su Hegel ni, por lo tanto, "final de la historia" que le marcara el paso, tenga la varita mágica de nuestro futuro.
¿Cómo nos aconseja operar la vocación mesiánica? Como, en rigor, nos vuelve inoperantes, nos lleva a asumir la forma del
como no (el vaciamiento y la nulificación de todas las divisiones jurídico-fácticas). No contemplar el mundo como si estuviera ya salvado, sino contemplar la salvación mientras se pierde en lo insalvable: así de complicada es la llamada mesiánica.

viernes, 22 de julio de 2011

¡Otra denuncia estremecedora!

miércoles, 20 de julio de 2011

La radio




Desde cualquier lugar del mundo, es como estar en casa, sin la intensidad tan nuestra y tan inaguantable: la radio de Trincado.

martes, 19 de julio de 2011

Espías en acción

Catarsis de Carta Abierta con duras críticas a Filmus, Páez y 678

La agrupación kirchnerista Carta Abierta se reunió el sábado último para analizar el resultado de la primera vuelta electoral en la ciudad de Buenos Aires que terminó con la dura derrota de Daniel Filmus por 19 puntos de diferencia ante Mauricio Macri.
La sesión de catarsis incluyó durísimas críticas a la campaña del candidato del Frente para la Victoria, a Fito Paéz, que pocas horas después de la elección dijo sentir "asco" por los porteños que habían elegido al líder de Pro, y al programa ultra oficialista 678.

lunes, 18 de julio de 2011

Primera clase

Por fortuna Bryan Singer volvió a la criatura que había abandonado inopinadamente por un extraterrestre (¡Superman!, ese alienígena al que sólo la obediencia ciega de las audiencias puede seguir confundiendo con un superhéroe). La saga de X-Men languidecía desde su abandono (X-Men 3 fue penosa; Wolverine, burocrática) y parecía que nos habíamos equivocado, allá lejos y hace tiempo, en nuestra debilidad irresistible por las dos que guionó y dirigió. Ahora, con la colaboración de los productores de Fringe, Singer ideo una historia pletórica de delicias, delicadezas, inteligencias, que no dirigió (pero a la que le impuso su sello indiscutible).
Lo más incómodo de la película es Villa Gesell. En algún momento, el joven Magneto (desempeñado por un estremecedor Michael Fassbender que devuleve al personaje a los círculos de heroismo y verdad en el que lo habíamos colocado), se entera de que quien le ha arruinado la vida se ha exiliado (gracias a la generosidad de Perón) en esa villa costera. ¡Qué asesoramiento sutil!, piensa uno. ¡Cuántos estudiantes de doctorado convocados para legitimar una línea trivial de diálogo! ¡Qué investigación histórica irreprochable! Nada de eso: el plano que muestra a la tal Villa Gesell quita el aliento:


Naturalmente, no se trata de un error de guion (o producción), sino uno de esos guiños cinéfilos que en cualquier otro caso nos harían perder la paciencia: se cita a Los cuatro jinetes del Apocalipsis o a Gilda, donde la Argentina y sus ciudades son meros nombres que pueden llenarse de cualquier sentido y se dejan arrastrar por cualquier imagen.
De ese espíritu burlón, citacional y retro, X Men First Class obtiene gran parte de su encanto: los títulos finales copian los de 007 contra el Dr. No, saga heterosexual a la que X Men no se cansa de aludir, desde el nombre de la chica de las tetas de diamante (Emma Frost, si bien es parte del universo canónico de X-Men, cita a Miranda Frost, de Die Another Die) hasta el submarino decorado con los mejores artilugios de Los caballeros de la cama redonda (bulín espejado incluido).
Sí, definitivamente la industria se vuelve retro, pero al menos en este caso, lo hace con gracia.
Mientras se planea una remake de Footloose (1984), su protagonista desempeña aquí un rol para quien (para el actor, tampoco) el tiempo no pasa. Lo que X Men viene a pensar es la relación entre imaginación y archivo, entre Villa Gesell y "Villa Gesell", entre la norma y su desvío (o bien: entre la dialéctica y la ascesis), entre Stryker y Fassbinder (volveremos sobre el punto).
Como se sabe, First Class toma a Magneto y Xavier jóvenes, cuando todavía no portan esos nombres ni han adoptado las posiciones irreconciliables que les conocemos, en un campo de batalla que es el nuestro: ¿integración o resistencia?
Lo que la película explica, con lujo de detalles, es que pasó entre estos dos héroes de la política contemporánea: pues bien, luego de un apasionado e intenso romance, toman caminos divergentes (aunque Magneto se aferre al cuerpo ya semiparalizado de su novio y se culpe de su suerte, ya nada volverá a ser lo mismo entre ellos).
No todos los aciertos son de narración. También el diseño de personajes y el casting son impecables. La mutante libélula que arroja escupijatos explosivos es un hallazgo de freakismo, tanto como el joven que vuela impulsado por sus grititos superpoderosos.
Pero Magneto/ Fassbender se llava las palmas: el personaje es un prodigio de síntesis caracterológica y, aún cuando al principio no lo parece, hacia el final queda claro que Michael Fassbender (a quien habíamos visto morir en un sótano en Inglorious Bastards) se adueñó para siempre de su piel, su trauma y su rencor (y le prestó su rara intensidad, su aristocratismo "continental", sus atributos físicos).
Lo que en una película que, finalmente, no puede ignorar del todo la mirada infantil, apenas se insinúa:




Fassbender's big dick
y que Fassbender ha exhibido en otras películas e, incluso, en alegres sesiones neoyorkinas,






Fassbender's dick

es lo que enloquece al joven millonario que luego será Xavier, que arriesga su vida para salvar a su enamorado de una muerte segura y, luego, lo pone, literalmente, a sus pies y a sus órdenes. Can I be your Bratwurst, please? se llamaba la película de Rosa Von Praunheim protagonizada por "la Garbo" del porno gay, Jeff Stryker.
Como aquí Stryker ocupa un papel totalmente secundario, y no se trata del porno sino de la potencia (política) del amor entre varones (Fassbinder), no podría haber otra elección que la de Michael Fassbinder. Por esa vía, First Class cita toda la historia del cine gay y la pone al alcance de los niños, que es la obligación ética de todo cine de verdad, como el que a Bryan Singer le gusta imaginar (para nosotros). "¡Be proud!

"

domingo, 17 de julio de 2011

Fisuras en la cáscara que recubre al modelo

por Susana Viau para Clarín

(...)
Uno de los correos revelados estos días en Leakymails ilustra a la perfección cuál es el patrón, la matriz, de las maniobras con que el kirchnerismo se galvaniza. Habría sido escrito el 29 de junio de 2010, en plena efervescencia de las denuncias por lo que se dio en llamar “la embajada paralela”. Lo habría enviado Andrea de Arza, esposa del ex canciller Rafael Bielsa, a Rafael Follonier, coordinador de Asuntos Técnicos de la Unidad Presidente, cuya relación con la cúpula de poder se ha enfriado tras la muerte de Néstor Kirchner. De Arza sugiere: “Querido Rafita: la idea es ésta: a) pedirle al Comandante Hugo Rafael Chávez Frías por vía “inviolable” que se “enoje” con Argentina . b) Ese enojo tiene fundamentos: desde legisladores electos hasta monopolios mediáticos han escarnecido a su gobierno hasta el límite de lo tolerable, cerniendo sobre él las sospechas infundadas más despreciables. c) el grado del “enojo” puede empezar por la llamada en consulta a su embajador en Buenos Aires a Caracas por tiempo indeterminado, hasta la suspensión por tiempo indeterminado de toda operación comercial con nuestro país, excluidos los combustibles. d) Inmediatamente de conocida esta última medida, la UOM te corta la ruta 9: todas las metalmecánicas de Santa Fe venden a Venezuela. e) El Gobierno hace saber a la oposición su responsabilidad en el episodio. f) Se instaura con toda crudeza el debate acerca de por qué la Constitución pone exclusivamente en cabeza del Jefe del Estado las Relaciones Internacionales. g) Con ello, la imprudencia e irresponsabilidad de que una Comisión Legislativa que debería ser de asesoramiento al Pleno, cual es la de Relaciones Exteriores de diputados se instaure como Comisión Investigadora en la práctica, no sólo no guardando el secreto dispuesto sino tergiversando declaraciones y operando en la prensa. h) El presidente de la Unasur, Néstor Kirchner arregla el problema, con la comprensión y generosidad del Comandante Chávez. Esta es la médula esencial (sic) de la idea. Abrazos de Rafa (Bielsa)”.
Lo que se dice, un canto a la transparencia en el manejo del poder.


Remember "Heroina"

¡Quelle finesse!


The Excuse
Concierto de Invierno
Let our Hearts aspire

Música de Cámara de los siglos XVII y XVIII en Europa e Inglaterra
Obras de Marais, Purcell, Monteverdi, Haendel y otros.
Isol Misenta (soprano)
Ignacio Diorio (barítono)
Laura Giachini (flauta dulce)
María Emilia Otero (flauta dulce)
Pablo Stofblat (archilaúd)
Ingrid Mailing (cello)
Mariano Irschick (clave, dirección musical)
Cantante invitado: Claudio Ceballos Cid (contratenor)
Presentador: Rafael Spregelburd

sábado, 16 de julio de 2011

La capitana

Por Daniel Link para PerfilEnlace


Yo había vuelto volando para integrarme sin éxito a la epopeya democrática de la que participamos (no para votar al FpV, ni tampoco al PRO, porque la disputa entre populismo y liberalismo me parece muy del siglo pasado, sino para aportar mi voto habitual a la izquierda -lo más moderno al alcance del elector y la electriz).

El preembarque fue una pesadilla de controles (¿crema?, ¿shampoo?, ¿pasta de dientes?, ¿alicate?), agravado por el hecho de que me acompañaba una turba de adolescentes que no habían puesto nunca un pie en un avión e ignoraban que cargaban armas letales en sus mochilas. Ya en vuelo (había obtenido, gracias a mi simpatía arrolladora, el asiento 1C) vi que el comandante salía de su cubículo y, con la puerta abierta, se entretenía en conversaciones intrascendentes con el azafataje, contradiciendo de facto las precauciones que, horas antes, nos habían sostenido en suplicio.

Por la puerta abierta, una melena desencadenó mi duda. Le pregunté a la azafata (¿o sobrecarga?) si el piloto (o pilota) era una mujer. “Sí, es una mujer, hay muchas”, me contestó orgullosa y cómplice (porque mi simpatía, etc.). Le pregunté si ella creía que debería decirse “la señora comandante” o “la señora comandanta”.

La primera opción era la correcta, la segunda palabra no existe, dictaminó mi amiga del aire, de quien me acordé el domingo por la noche cuando, entre la cantidad abismal de tonterías que dijo Daniel Filmus en el discurso en el que reconoció la derrota de su ¿proyecto? de gobierno (¿autoestima popular?, ¿invasiones inglesas?, ¿Alfredo Palacios?, ¿ballotage?), lo vimos enredarse en las problemáticas de género gramatical, en un afán mimético que, como suele suceder, no le salió del todo bien.

viernes, 15 de julio de 2011

¡Qué modernas las señoras!








Video streaming by Ustream

Por amor al arte

Por Daniel Link para Soy


Escribir es la transformación de una enfermedad (maniática) en salud. Como le pasa siempre a quienes escriben, mientras lo hago me transformo. Experimento, investigo, curioseo. Cierta vez, investigando las posibilidades de las nuevas tecnologías en relación con la literatura, inauguré una bitácora cuyas primeras entradas constituyeron un diario de viajes. Cuando se transformó en libro adoptó un título (Diario de un reciencasado) que me obligó a responder al significante.

Vuelto de un viaje más o menos mágico (en realidad, fue un viaje de trabajo, pero entre la magia y el trabajo yo no sé bien qué diferencias hay), Andi Nachon, que había venido siguiendo mis peripecias italianas, me pidió el texto para la instalación "Algún jueves, un domingo. Usted está aquí" que estaba preparando. Como me parecía índice de pereza participar con algo ya leído (al menos, en mi imaginación) por todo el mundo, le propuse a Sebastián Freire que armáramos un libro en conjunto y así surgió Diario de un reciencasado, que fue expuesto primero junto con el grupo Suscripción del que Andi participaba, en aquel evento, y después en la Feria de Libros de Fotografía del Espacio Ecléctico. Alberto Goldenstein tuvo la generosidad suficiente como para ver, en ese libro, una muestra para la Fotogalería del Rojas, en septiembre de 2004.

De modo que mucho antes de que la doctrina kirchnerista adoptara la forma de un modelo de producción de subjetividades políticas, con Sebastián Freire ya habíamos iniciado ciertas investigaciones éticas en las mieles de la homosexual cohabitación (ya que el matrimonio nos estaba vedado) . Cuando la ley que universalizó el derecho matrimonial se hizo realidad, hace un año, decidimos concurrir al Registro Civil porque ya habíamos hecho un libro juntos.

En la fiesta de bodas, un pequeño televisor que casi ninguno de los convidados notó, exhibía fotografías de nuestra cohabitación (de la historia de nuestra cohabitación), puestas bajo el título “Por amor al arte”. Nos casamos por las mismas razones sentimentales que cualquiera (por amor, por imposibilidad de vivir el uno sin el otro), por frivolidad (¡queríamos una fiesta!), pero también, porque de esa manera amplificábamos políticamente la helicoide abierta por aquel libro, cinco años antes de la institucionalización del vínculo. Ahora casarse, en algún sentido, significa (para todos y cualquiera) la posibilidad de transformar una enfermedad (maniática) en salud (ya nadie podrá llamarse, nunca más, a engaño).

¿Qué pasó después? Casi nada digno de ser contado. Y como nada sucedía, nos dejamos llevar por cierta melancolía (la nostalgia de un heroísmo que nunca cultivamos). ¿Y si la manada crece? Previsores, cambiamos la cama (del estándar de 1.40 pasamos al formato regio de 1.80), lo que nos obligó a rediseñar el dormitorio. Aunque nuestras gatas, Tita Merello y Cartulina Freire, mirarán con celos bien fundados a la nueva integrante de la manada, Maria Emilia (cuando llegue) ya tendrá espacio suficiente para ser arrullada entre nosotros.

jueves, 14 de julio de 2011

Bajo el volcán

Lectura de sentencia a represores de "El Vesubio"
El Archivo Nacional de la Memoria convoca a presenciar la lectura de la sentencia en la causa por los crímenes cometidos en el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio "El Vesubio", la cual se llevará a cabo el jueves 14 de julio desde las 16 en los Tribunales de Retiro (Comodoro Py 2002 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires).

Cabe destacar que la Secretaría de Derechos Humanos, querellante en el juicio, pidió prisión perpetua para los imputados Gamen y Pascarelli; 25 años de prisión para Erlán, Chemes, Maidana y Martínez y 20 años para Zeolitti.

Entre los 156 casos de detenciones ilegales, torturas y desapariciones que se investigan en la causa, se encuentran los de Héctor Oesterheld, Raymundo Gleyzer, Haroldo Conti, y los de María Teresa Trotta y Roberto Castelli -padres de nuestra compañera Verónica Castelli, "Verito", integrante de H.I.J.O.S.-.



Dicen que...

El purgatorio porteño

por Daniel Molina para Ñ

(...)
El libro se acompaña de fotografías que tomó Sebastián Freire. Hay un fuerte contrapunto entre la angustia perpetua del narrador y las imágenes.
Las fotos de Freire apelan a un estilo kitsch de porno soft: todos los modelos son típicos chongos de página web de acompañantes. Estilo étnico, músculos, juventud, pelo largo. Lo que contrataría como acompañante una loca cincuentona de Idaho de visita en la ciudad. El histérico narrador de la crónica quizá se identificaría con ese deseo si su deseo pudiera desear el placer.
(...)
La ciudad y el deseo da cuenta de esta deriva trágica: hacia el fin de la homosexualidad y hacia el fin del placer por las catacumbas de Buenos Aires. Es la recorrida por un Purgatorio infinito que no llega jamás a devenir Paraíso ni Infierno.

miércoles, 13 de julio de 2011

¿Quiere tener esmowing?

Es muy raro que un periódico como Página/12, donde todos los editores (trabajé con ellos) tienen un agudo sentido del presente y una profunda sensibilidad a los efectos del discurso, haya publicado una columna tan desafortunada como la que Feto Páez consideró oportuno entregar a la imprenta. Hay muchas cosas que no se entienden en esa columna (empezando por la alusión a Mujica Láinez o el uso peninsular del plural para las identidades políticas, "de derechas", y terminando por una invocación al "ser" y el desafortunado recuerdo de quienes votaron a Menem, es decir: los peronistas, en primer término*).
Nada de eso sería demasiado grave si el texto, en última instancia, no llevara agua para el molino equivocado. Quiero decir: pretendiendo apoyar una opción electoral, termina juntando votos para otra. Páez le ha regalado, en un acto de prestidigitación, un buen porcentaje de votos al alcalde en ejercicio. Que él haga lo que quiera con sus movimientos estomacales, pero es raro, insisto, que en Página/12 no hayan notado el efecto de una tal apelación al swing. O, a lo mejor, lo notaron, pero tratándose de un "artista", les pareció intrascendente.


* el enunciado "las fuerzas ocultas inmanentes de la Argentina" carece de sentido.


Medios sin fin


Entrevista de Joana Tavares a Antonio Candido

(...)
E o que o senhor lê hoje em dia?

Eu releio. História, um pouco de política... mesmo meus livros de socialismo eu dei tudo. Agora estou querendo reler alguns mestres socialistas, sobretudo Eduard Bernstein, aquele que os comunistas tinham ódio. Ele era marxista, mas dizia que o marxismo tem um defeito, achar que a gente pode chegar no paraíso terrestre. Então ele partiu da ideia do filósofo Immanuel Kant da finalidade sem fim. O socialismo é uma finalidade sem fim. Você tem que agir todos os dias como se fosse possível chegar no paraíso, mas você não chegará. Mas se não fizer essa luta, você cai no inferno.

O senhor é socialista?

Ah, claro, inteiramente. Aliás, eu acho que o socialismo é uma doutrina totalmente triunfante no mundo. E não é paradoxo. O que é o socialismo? É o irmão-gêmeo do capitalismo, nasceram juntos, na revolução industrial. É indescritível o que era a indústria no começo. Os operários ingleses dormiam debaixo da máquina e eram acordados de madrugada com o chicote do contramestre. Isso era a indústria. Aí começou a aparecer o socialismo. Chamo de socialismo todas as tendências que dizem que o homem tem que caminhar para a igualdade e ele é o criador de riquezas e não pode ser explorado. Comunismo, socialismo democrático, anarquismo, solidarismo, cristianismo social, cooperativismo... tudo isso. Esse pessoal começou a lutar, para o operário não ser mais chicoteado, depois para não trabalhar mais que doze horas, depois para não trabalhar mais que dez, oito; para a mulher grávida não ter que trabalhar, para os trabalhadores terem férias, para ter escola para as crianças. Coisas que hoje são banais. Conversando com um antigo aluno meu, que é um rapaz rico, industrial, ele disse: “o senhor não pode negar que o capitalismo tem uma face humana”. O capitalismo não tem face humana nenhuma. O capitalismo é baseado na mais-valia e no exército de reserva, como Marx definiu. É preciso ter sempre miseráveis para tirar o excesso que o capital precisar. E a mais-valia não tem limite. Marx diz na “Ideologia Alemã”: as necessidades humanas são cumulativas e irreversíveis. Quando você anda descalço, você anda descalço. Quando você descobre a sandália, não quer mais andar descalço. Quando descobre o sapato, não quer mais a sandália. Quando descobre a meia, quer sapato com meia e por aí não tem mais fim. E o capitalismo está baseado nisso. O que se pensa que é face humana do capitalismo é o que o socialismo arrancou dele com suor, lágrimas e sangue. Hoje é normal o operário trabalhar oito horas, ter férias... tudo é conquista do socialismo. O socialismo só não deu certo na Rússia.

Por quê?

Virou capitalismo. A revolução russa serviu para formar o capitalismo. O socialismo deu certo onde não foi ao poder. O socialismo hoje está infiltrado em todo lugar.

(gracias, Ariel)

martes, 12 de julio de 2011

¡Callen al idiota!

La mitad

Por Fito Páez* para Página/12

Nunca Buenos Aires estuvo menos misteriosa que hoy. Nunca estuvo más lejos de ser esa ciudad deseada por todos. Hoy hecha un estropajo, convertida en una feria de globos que vende libros igual que hamburguesas, la mitad de sus habitantes vuelve a celebrar su fiesta de pequeñas conveniencias. A la mitad de los porteños le gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa. A la mitad de los porteños le encanta aparentar más que ser. No porque no puedan. Es que no quieren ser. Y lo que esa mitad está siendo o en lo que se está transformando, cada vez con más vehemencia desde hace unas décadas, repugna. Hablo por la aplastante mayoría macrista que se impuso con el límpido voto republicano, que hoy probablemente se esconda bajo algún disfraz progresista, como lo hicieron los que “no votaron a Menem la segunda vez”, por la vergüenza que implica saberse mezquinos.
Aquí la mitad de los porteños prefiere seguir intentando resolver el mundo desde las mesas de los bares, los taxis, atontándose cada vez más con profetas del vacío disfrazados de entretenedores familiares televisivos porque “a la gente le gusta divertirse”, asistir a cualquier evento público a cambio de aparecer en una fotografía en revistas de ¿moda?, sentirse molesto ante cualquier idea ligada a los derechos humanos, casi como si se hablara de “lo que no se puede nombrar” o pasar el día tuiteando estupideces que no le interesan a nadie. Mirar para otro lado si es necesario y afecta los intereses morales y económicos del jefe de la tribu y siempre, siempre hacer caso a lo que mandan Dios y las buenas costumbres.
Da asco la mitad de Buenos Aires. Hace tiempo que lo vengo sintiendo. Es difícil de diagnosticarse algo tan pesado. Pero por el momento no cabe otra. Dícese así: “Repulsión por la mitad de una ciudad que supo ser maravillosa con gente maravillosa”, “efecto de decepción profunda ante la necedad general de una ciudad que supo ser modelo de casa y vanguardia en el mundo entero”, “acceso de risa histérica que aniquila el humor y conduce a la sicosis”, “efecto manicomio”. Siento que el cuerpo celeste de la ciudad se retuerce en arcadas al ver a toda esta jauría de ineptos e incapaces llevar por sus calles una corona de oro, que hoy les corresponde por el voto popular pero que no está hecha a su medida.
No quiero eufemismos.
Buenos Aires quiere un gobierno de derechas. Pero de derechas con paperas. Simplones escondiéndose detrás de la máscara siniestra de las fuerzas ocultas inmanentes de la Argentina, que no van a entregar tan fácilmente lo que siempre tuvieron: las riendas del dolor, la ignorancia y la hipocresía de este país. Gente con ideas para pocos. Gente egoísta. Gente sin swing. Eso es lo que la mitad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires quiere para sí misma.

* Vecino de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

lunes, 11 de julio de 2011

Un canto del cisne

Dice Anarkoperonismo:

Las elecciones no se perdieron el Domingo, se perdieron en Diciembre, y la primer piña fue el Parque Indoamericano.
El progresismo está muerto, con todo su evangelio ético, y quien no lo comprenda será arrastrado a la tumba con el último cadáver insepulto de Cromagnón (quien por cierto ayer obtuvo un 6% apelando al Voto Chicato). Aprendamos de esto y dejemos de hacer campañas electorales para elusivos sectores medios urbanos de ideas progresistas que habitan un país que hace más de 10 años dejó de existir. Macri lo entendió, y bailó Gilda en un escenario. Nosotros lloramos por Facundo Cabral...
(PD: Filmus, evitá el papelón y bajate mañana mismo. Si te bajás mañana tenemos una tapa durísima de Clarín, una semana de festejos y a otra cosa mariposa. Si la seguís, arrastramos esta derrota por un mes entero y quedamos a una semana de las primarias con un 60% a 40% en contra)

Último momento

15:53› CASO NOBLE HERRERA

El primer cotejo de ADN dio negativo

De acuerdo con lo ordenado por la jueza Sandra Arroyo Salgado, el Banco Nacional de Datos Genéticos comenzó hoy la tarea de cruzar el mapa genético de Marcela y Felipe Noble Herrera con las dos familias querellantes en la causa, los Lanouscou Miranda y los Gualdero García. Luego, los expertos harán lo mismo con las familias cuyas hijas o hijos fueron secuestradas en 1975 y 1976 y, por último, realizarán el cotejo con todo el resto de los casos.

Invitación

sábado, 9 de julio de 2011

Militarización o Reconquista

Por Daniel Link para Perfil


Hoy debería estar volviendo del extranjero, porque, previendo la votación municipal, esta vez me dejé llevar por un entusiasmo irresistible hacia la urna.

Tampoco es seguro que lo consiga, porque a lo mejor no pude irme (le pasó la semana pasada a un amigo que participa de la misma ronda de presentaciones). Y, si hubo una ventana en la nube de cenizas y el avión pudo despegar, tal vez quedé varado afuera, como le pasó a un actor hace algunas semanas (yo fui testigo). Todo depende de los vientos y las cenizas volcánicas. De modo que mañana votaré o no votaré.

Pero, además, creo que no estoy en el padrón electoral. Quiero decir: en el momento en que escribo esto, los padrones electorales disponibles en internet no me encuentran, tal vez porque mi último cambio de domicilio, hace más de un año, todavía no fue registrado. Yo siempre había votado (o no), hasta ahora, en el partido de Vicente López (provincia de Buenos Aires), y me entusiasmaba el cambio de distrito. De modo que mañana, esté o no en Buenos Aires, votaré o no votaré.

Ante una incertidumbre semejante, que suspende el sentido del acto (votaré o no votaré), quedo, como Cicerón ante su última Catilinaria, girando en el vacío. O mejor: quedo girando sin centro y, a mi alrededor, como en la linterna mágica, veo figuritas cuya extrañeza crece a medida que se acelera la velocidad de giro.

Por ejemplo, me parece muy rara la importancia desmedida que se le otorga a la elección porteña. Desde el punto de vista estrictamente gubernamental, Buenos Aires y Vicente López son unidades de democracia idénticas, que involucran las mismas obligaciones de gestión y los mismos problemas por resolver.

La Ley 23.512, que aparentemente sigue vigente, al mismo tiempo que establecía la mudanza de la Capital Federal, legislaba la “provincialización” de Buenos Aires como consecuencia necesaria y lógica de aquel impulso traslaticio.

El traslado de la sede de gobierno nacional, ideada por el Proyecto Patagonia en 1986 (junto con la provincialización de Tierra del Fuego), constituía la tercera pata del proyecto en el que se fundó (siquiera imaginariamente) “La segunda república”.

Más allá de las valoraciones, los actuales procesos de integración regional profundizan y amplifican los planteos de la Declaración de Foz de Iguazú de 1985 y el Mercosur/ Mercosul/ Ñemby Ñemuha de 1991, consecuencia de aquella Declaración; los actuales procesos de enjuiciamiento de represores profundizan y amplifican el Juicio a las Juntas; pero nada tiende a profundizar y amplificar el fallido traslado de la Capital Federal. El resultado es una “gobernación autónoma”, pero que no ha dejado de ser sede del gobierno federal.

Y así, cuando proyectos antagónicas disputan, en el mismo espacio, diferentes objetos de la democracia (no es lo mismo el Estado que la Ciudad), se produce un conflicto propiamente territorial entre fuerzas que se consideran antagónicas pero que no lo son porque operan en estratos o campos de operación inconmensurables.

Los analistas se desesperan porque no entienden cómo el electorado puede optar por una opción de gobierno en una elección municipal, y por otra en una elección nacional. Todos preferirían una superposición total y absoluta entre ambas predilecciones. Pero entonces, ¿para qué molestarse en sostener un proceso eleccionario separado y postular una autonomía que, después, resulta intolerable para todos, en particular los sufridos habitantes de Buenos Aires?

La Reina del Plata, aunque quiera brillar con todo su derecho como metrópoli cultural latinoamericana (capital del libro, festivales de cine, ropa barata, conciertos, glamour, disponibilidad sexual, protesta, diversidad, cosmobolitismo, Spregelburd), es sólo una ciudad (aunque se crea provincia), con menos de tres millones de habitantes y un 40% de su población integrada por migrantes. En la medida en que el electorado porteño quiera subrayar su vocación separatista, será una ciudad cada vez más imposible de ser habitada (Angélica Gorodischer no deja de recordárnoslo), y militarizada en niveles alarmantes (3 fuerzas la controlan).

Como nadie aceptaría lo más obvio (retrotraer la capital a su situación federal), y el traslado de la sede del gobierno nacional es una empresa olvidada, habría que buscar soluciones alternativas para que Buenos Aires recupere su posibilidad de ciudad y para que cualquier gobierno nacional pueda sacarse de encima esa pesadilla incomprensible de un distrito que se cree más de lo que es. Instalaría, si de mi dependiera, todo lo que se pudiera en el Tercer Anillo de Circunvalación del área metropolitana, a la vera del Reconquista.