martes, 27 de junio de 2006

Despiden a los directores de Ciudad Abierta

Buenos Aires, 26 de junio de 2006

Estimados Amigos:

El generoso y oportuno apoyo brindado a la experiencia de televisión pública que tuvimos la suerte de integrar, impidió en el mes de marzo de 2006 la liquidación del proyecto que llevaba adelante Ciudad Abierta.
Durante estos dos años condujimos el canal con espíritu independiente, no gubernamental, lo que permitió producir una televisión pública abierta a nuevas miradas, otras estéticas, y a discursos sobre la Ciudad de poca o nula circulación en los grandes medios. Tuvimos la vocación de representar un amplio arco cultural, artístico y sociopolítico, conscientes de que una ciudad compleja como Buenos Aires, solo puede ser representada de modo complejo.
Con cierta ingenuidad, llegamos a imaginar que el actual gobierno de la Ciudad, podría valorar semejante respaldo a la experiencia Ciudad Abierta, como una forma de abrir, al fin, una discusión social sobre las políticas de comunicación pública en Buenos Aires.
Ocurrió todo lo contrario. Pasaron cuatro meses en los que no fuimos atendidos siquiera una vez por alguna autoridad del área de comunicación, en los que ni siquiera recibimos la más mínima opinión sobre el perfil de la programación o sobre la política de comunicación del nuevo gobierno, si éste la tuviera.
Durante esos meses fuimos objeto del maltrato oficial, de toda clase de recortes de recursos, de banales conspiraciones cotidianas, de falta de financiamiento, hasta el punto de tener que detener la producción de los programas.
El gobierno pareció visiblemente más interesado en hacer fracasar esta experiencia apoyada por todos ustedes, que en mejorarla. Sobre el canal parece haberse abatido una ley de la vieja política: en cuanto una gestión funciona bien, se le hace la vida imposible.
Finalmente, la semana pasada nos solicitaron la renuncia sin apelar a otro argumento que "la voluntad del Jefe de Gobierno". No podemos, entonces, conocer las razones que sustentan actitudes y decisiones tomadas. Quizás los responsables puedan explicarlas oportunamente.
En Argentina no existe una tradición sostenida de televisión pública de calidad, inteligente e independiente. Ciudad Abierta quiso hacer su aporte en esa dirección. ¿Resulta esto una imperdonable osadía?
Desde marzo (fecha en que comenzó la hostilidad del gobierno), y gracias a la continuidad que obtuvimos debido al apoyo de ustedes, hemos podido llevar a cabo una serie de proyectos, que profundizaron lo realizado durante el 2005.

-La puesta en pantalla de nuestro sistema de columnistas: David Viñas, Liliana Herrero, Tomás Abraham, Eugenio Zaffaroni, Cristian Alarcón, Julián Gorodischer, Pablo Marchetti, Rafael Cippolini.

-La producción de cuatro telefilms de ficción, dirigidos por Julia Solomonoff, Gustavo Postiglione, Lucía Cedrón y Rocío Fernández, a los que hubieran continuado Octavio Gettino, Sergio Bellotti, Ricardo Bartis y Fito Páez.

-El documental ya finalizado y listo para su estreno de Martín Rejtman, sobre la comunidad boliviana en el Bajo Flores. Lo mismo en cuanto a los trabajos en curso de Lucrecia Martel, Lisandro Alonso, Luis Ortega, Sergio Bizzio.

-El ciclo especial sobre los 30 años del golpe, que incluyó documentales y entrevistas, con un nivel de repercusión extraño para un pequeño canal de cable.

-La emisión de la señal latinoamericana Telesur, que se incluye en el espacio que el canal brinda a las televisoras públicas latinoamericanas.

Al interrumpirse la gestión de manera intempestiva, nos vamos sin poder estrenar nuevos programas y experiencias. Fabio Alberti y su programa sobre cultura popular, el Dr. Elías Neumann y su mirada progresista sobre el delito, Albertina Carri y sus deseos de producir televisión con chicos de barrios populares, Alejandro Kaufman y su particular visión sobre la seguridad. Lamentablemente no pudimos garantizar la realización de estos proyectos.

Todo lo hecho fue conseguido con el apoyo de ustedes y de muchos otros como ustedes. Es decir: con el apoyo de artistas, escritores, militantes, trabajadores sociales, intelectuales, videastas, realizadores, urbanistas, músicos, profesores universitarios, periodistas, diseñadores gráficos,
actores. Y sobre todo, con el apoyo de los vecinos de la ciudad.
Lo hemos conseguido con un equipo de trabajo joven, dinámico, creativo. Con una audiencia cada día más numerosa, que superaba con creces a la de otros canales de perfil cultural.
Una ciudad como Buenos Aires pierde mucho cuando un gobierno decide arbitrariamente abortar de un modo tan violento una experiencia original.
Lo ocurrido deja una enseñanza: la necesidad de una urgente discusión social sobre qué significa una política pública en temas culturales y de comunicación.
Esperemos que más allá de nuestro obligado alejamiento, el gobierno entienda que Ciudad Abierta es un canal de todos. Que tiene un lugar ganado entre los espectadores a base de trabajo, honestidad, creatividad, pluralismo, y una mirada que intentó ser crítica y aguda, sobre nuestro tiempo.
Para nosotros, más allá del final, Ciudad Abierta fue una experiencia estimulante y exitosa. Muchas gracias por el apoyo recibido a lo largo de estos años.

Alejandro Montalbán
Gabriel Reches
Damián Tabarovsky

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