por Daniel Link
El que es pobre o se considera pobre anhela lo que no tiene, lo que nunca tendrá. Hay una parte de la pobreza que no es material, sino un estado de conciencia: ésa es la parte que nos arroja en la desesperación.
El sencillo enunciado "Yo fui pobre" reclamaría algunas explicaciones: ¿en qué momento cesó de ejercer su tiranía la miseria y cuál fue el golpe de fortuna que permite a este “yo” que hoy soy un ejercicio retrospectivo de la imaginación?
Mi infancia en la ciudad de Córdoba, donde pasé (lo pienso ahora) los mejores años de mi vida, fue extremadamente pobre. Recuerdo el frío intenso que cada invierno me enfermaba y las conjuntivitis crónicas que padecía todos los años por la sequedad de la estación maldita. Pero eso puede pasarle a cualquier niño de constitución débil. Yo era pobre y enfermizo: todavía no me explico cómo sobreviví a mi infancia (si es que estar aquí, reconstruyéndola aproximativamente, significa haberla sobrevivido de algún modo). Seguramente fue mi responsabilidad ante los otros lo que me impidió dejarme morir de frío o de tristeza.
El texto completo, acá.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
1 comentario:
Yo en cambio fui rica de toda riqueza.
Habre sobrevivido pobre y harapienta como estoy a la destruccion, el fuego de mi fortuna y mi fortunio, por la responsabilidad ante los otros?
Mmm... Entonces todo ira en la direccion de recuperar aquel bienestar irresponsable.
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