“El barco se hunde”, dije en una
sobremesa campestre de enero cuando me pidieron que leyera la borra
del café. Algunos pensaron que me refería a la Fragata Libertad,
otros a la gestión del gobierno nacional. Como yo soy sólo un
medium, me limito a transmitir mis visiones, no las
interpreto: “El barco se hunde”, repetí.
Ayer me llamaron mis amigos para
felicitarme por mi precisa predicción, mientras el Santísima
Trinidad (la “horrenda sociedad trina”, la llamaba Borges) se
hundía sin clemencia en el puerto de Bahía Blanca.
En todo caso, vivimos estos meses
vacíos de grandes contenidos con una tendencia amable a la
predicción (haré esto, sucederá aquello, iré a, me dirán que).
Hay cosas que pueden proponerse como
hipótesis una vez que se han deducido las variables.
Por ejemplo: es más o menos lógico
que en un año electoral, vaya a producirse un acontecimiento
inquietante y de consecuencias inconmensurables que saque al partido
gobernante de la atonía en que se encuentra.
Aparentemente imposibilitada de
sucederse a si misma, la Sra. Fernández buscará por todos los
medios pasar a la historia como “la presidente que”. Tiene que
ser un acontecimiento más o menos puro e indeleble.
Alfonsín es el presidente que ordenó
el juicio a las juntas, Menem es el presidente del desguace del
estado, independientemente de todo lo demás; Kirchner es el
presidente que devolvió la autonomía política a la Corte Suprema
de Justicia. La Sra. Fernández podría ocupar el lugar de la
presidente que promulgó el matrimonio universal y la ley de
identidad de género, pero creo que pretende algo menos minoritario.
La causa de Malvinas es una apuesta, pero nada hace previsible la
recuperación de las islas y la inmortalización de la Sra. Fernández
como la restauradora de esa herida patriótica (de todos modos, es
correcto que continúe su prédica). El polo audiovisual es muy
sectorial y de resultado tan incierto como la Ley de Medios, el
Código Civil es muy abstracto...
Entonces, ¿qué? A toda costa hay que
evitar la etiqueta de la tragedia de once, la de la inflación y el
rodrigazo, etc... Pronostico, por ese lado, un anuncio inquietante,
inesperado y de inconmensurables consecuencias.
A nivel municipal, las cosas son más
fáciles. Ahí si que “el barco se hunde”. Nunca se vio a la
ciudad de Buenos Aires tan abandonada a sus propias tendencias
autodestructivas (basura, transporte público, homeless). Y
sobre llovido, mojado. Predigo que el Sr. Macri
descubrirá que la obra iniciada en la avenida 9 de Julio (¡los
cuatro carriles rápidos inutilizados!) desatará la cólera
ciudadana (hasta ahora contenida por piedad, no por simpatía) sobre
su loca administración, que no ha podido sacar un solo automóvil de
las calles porteñas y que, por el contrario, ha multiplicado los
obstáculos para su circulación y su aparcamiento.
Con toda la desconfianza que les tengo,
son épocas de grandes gestos con algún sentido (es el comienzo de
la era de Acuario). Quienes sean capaces de ejecutarlos, se llevarán
los aplausos y la atención de la Historia.
3 comentarios:
Me parece que Cristina es la presidenta que se creyó sus propias mentiras.
Que la inflación es la del Indec, que los chicos vuelven al colegio con la asignación, que la inflación desarrolla, que fortalecieron instituciones, y más.
Ha hecho cosas beneficiosas y cosas horrendas. Pero creo que ella cree que ha hecho muchisimo más de lo que realmente hizo.
Es la presidentea "Espejito espejito". La mas adulada por sus secuaces.
¿Será?
http://www.infobae.com/notas/693340-Cobos-dice-que-el-Gobierno-analiza-cambiar-la-moneda-por-un-peso-federal.html
"Ladran Sancho, señal que cabalgamos". ¿Se acuerdan de los gritos de "se siente, se siente, Cobos presidente" proferidos por sus corifeos en el Congreso en la apertura de las sesiones del 2011 ?
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