martes, 14 de marzo de 2006

Alfajores marplatenses

El abandono


Llega a Mar del Plata la ópera prima de Ricardo Benet, después de haber cosechado premios y elogios en otros festivales. Austera e intensa, Noticias lejanas es una de las grandes películas latinoamericanas en competencia.

Por Daniel Link
¿Qué hace de Noticias lejanas (2005, 120'), el primer largometraje de Ricardo Benet (Veracruz, México, 1961) una película necesaria en el contexto de la actual producción cinematográfica latinoamericana? En la pobreza constitutiva del paisaje evocado por Benet, en la parquedad de las acciones que se cuentan y en el estilo deliberadamente lacónico de la cámara, el montaje y los diálogos hay una manera de entender el presente de América Latina y las fuerzas políticas que atraviesan el continente.
El relato está organizado alrededor de la voz en off de Beto, el menor de los hijos de una familia que sobrevive en un más allá de la civilización y del Estado. Lo que Beto cuenta es la historia de su familia pero, sobre todo, la de su (medio) hermano mayor, Martín (extraordinariamente desempeñado por el joven actor David Aarón Estrada), quien a los 17 años decide abandonar el páramo donde él y los suyos han sobrevivido abandonados y en actitud de permanente espera. ¿Qué esperan? La ruta, la luz eléctrica, el agua, el trabajo, en suma todo lo que las escuelas, por otro lado tan ausentes como las iglesias en el caserío que en medio de las salinas adopta el casi nulo nombre de "El
17", nos habían enseñado que equivale al Estado.
Martín viaja a México, donde espera conseguir ahorrar el dinero necesario para llevarse a la ciudad a su familia. Inútil es aclarar que el proyecto, además de noble y pueril, es imposible. Toda la película es la historia de esa imposibilidad, que como cualquier imposibilidad, debe entenderse en su sentido histórico (es decir, político). No hay integración posible para esa familia porque la desintegración de los estados nacionales parece ser hoy el único horizonte político posible. Es probable que Noticias lejanas quiera servir también para demostrar algunas consecuencias de ese desmoronamiento.
Bien mirada, la familia de Martín se ha asentado (ha sido expulsada) hacia un mas allá del Estado, cuyo accionar se limita a organizar la circulación en las áreas de riqueza y sólo eso. Instalados en medio de la nada de un territorio hostil a toda explotación a gran escala, Martín y los suyos sólo pueden participar como espectadores de la imagen desoladora del asfalto atravesando (como una herida) el lugar en el que viven, un asfalto tendido sólo para que gigantescos camiones de carga (aclaro esto porque sé que en México llaman camiones a los colectivos, y ésos, los camiones para pasajeros constituyen uno de los problemas que más tematiza una película por lo demás muy poco enfática) atraviesen el territorio a toda velocidad y con la enfática indiferencia y el disimulado terror que la tierra maldita suele suscitar en nosotros. En secuencias claves de su razonamiento y de su exposición Benet ha insertado imágenes de esas gigantescas naves de aprovisionamiento que atraviesan el espacio vacío entre ciudad y ciudad.
A partir de cierto momento de la película (que podrá variar según el umbral de cada espectador), la tristeza que el relato suscita se hace carne (agua, fuego) en nosotros. Los detractores de la estilización en el cine deplorarán los apuntes geopolíticos estetizantes de Benet, quien no hubiera podido encontrar, sin embargo, manera más clara para contar un argumento de dignidad trágica que recurrir a una forma total de identificación: no se trata de la identificación del espectador con un personaje (en lo que puede ser campeón cualquier director de morondanga) sino con el punto de vista de quien cuenta (lo que consiguen sólo los grandes guionistas y los grandes directores). Por lo mismo, lo que ha querido mostrar Ricardo Benet no es tanto "la fuerza de un paisaje" sino determinadas relaciones territoriales (es decir: políticas) encarnadas con fuerza en el paisaje (éste o cualquier otro): el tríangulo territorial que la película postula está delimitado tres unidades netas: la ciudad, el paso (fronterizo), entre lo cual existe sólo el páramo, sobre cuya potencia de irrealidad la película insiste.
No es, en definitiva, que Noticias lejanas haga de la exactitud en la reproducción su fuerza, porque ya sabemos que "es verdad, América Latina es así" (cualquiera que haya visitado con un mínimo de atención o de curiosidad las provincias argentinas de La Rioja o Catamarca lo sabe), sino que es admirable por lo que dice sobre la imaginación política de nuestro tiempo: la relación entre reproducción y mercado, entre Estado y ciudad (como un umbral de resistencia al Estado, naturalmente), la relación entre territorio e identidad, la relación entre civilización y cultura y, si se quiere (después de todo la madre de Martín se hunde progresivamente en la psicosis), entre capitalismo y ezquizofrenia.
Ricardo Benet es egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica. Ha trabajado como fotógrafo en más de treinta películas de diferentes géneros y formatos. Dirigió los cortometrajes Árido (1997), Antes meridiano (1993), Road Coffee (1996), El fin de la etapa (2002) y En cualquier lugar (2005). El abandono fue presentada en varios festivales de cine y obtuvo galardones en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (2005) y el Festival de Cines y Culturas de América Latina que se celebra en Biarritz (2005).

No hay comentarios.: