miércoles, 11 de marzo de 2009

Correspondencia

No apostatarás...

En apenas una semana, la primera del mes de marzo, cerca de mil personas hicieron propio el grito de ¡No en mi nombre!y se unieron a la apostasía colectiva.
La apostasía es una cuestión de coherencia. No es una cuestión de fe, sino de poder.
Quienes apostatamos le decimos a la Iglesia Católica Argentina:
No decidirás nada de mi vida en mi nombre. No dominarás a otros/as en mi nombre. No amedrentarás ni desaparecerás personas en mi nombre. No recibirás dinero del estado en mi nombre. No te meterás con los derechos de las mujeres, de las niñas/os ni de los pobres.
No regularás la libertad sexual. No violarás la ley al obstaculizar abortos permitidos, la entrega de anticonceptivos ni la educación sexual. No ofenderás a lesbianas, travestis, gays, intersexuales, transexuales y bisexuales ni les impedirás decidir sobre sus cuerpos y sus vidas.
No nombrarás patrón ni jefe a varones que desean ser incluidos en formas más amorosas de vivir.
No bendecirás a golpeadores, violadores, prostituyentes, pederastas ni genocidas en Mi nombre.

¡NO EN MI NOMBRE! Faltan tres semanas para que entreguemos nuestras apostasías colectivas exigiendo a la Iglesia Católica la rectificación de sus registros bautismales, registros sobre los que la institución fundamenta sus intromisiones en la vida democrática, sus impunes violaciones a las leyes vigentes y sus demandas de subsidios y dinero al estado.
¡QUE NOS BORREN!

Apostasía colectiva, 30 de Marzo de 2009

Para apostatar (desbautizarse) colectivamente:
www.apostasiacolectiva.org
adhesionesapostasiacolectiva.org
La convocatoria en los medios:
Apóstatas argentinos, uníos
Ateos argentinos se suman a campañas de renuncia al catolicismo
"Que practique quien tenga fe y que se vaya quien no"
Argentinos hacen campaña para que católicos dejen la iglesia
Los apóstatas y los derechos a cambiar de religión o no profesar ninguna
Iniciativa nacional para desbautizarse
Ils ont osé dire "adieu" à Dieu
Campaña de apostasía colectiva No en mi nombre!

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mí, no tiene ningún sentido la apostasía: porque como la iglesia para mí no significa nada, realmente no siento que decida algo en mi nombre. Por otro lado, si no recuerdo mal el catecismo comunión, el bautismo es uno de esos sacramentos que "imprimen carácter", como la unción sacerdotal o el matrimonio: son indisolubles. Es decir, insistir en la disolución de un vínculo que para la iglesia es indisoluble y para mí no significa nada, es estúpido. Es darle al bautismo más importancia de la que tiene: como si el poder de la iglesia residiera en el número de bautizados, por favor... como si la iglesia necesitaría exhibir las papeletas de bautismos: "miren cuántos bautizados nuevos al año..."

Anónimo dijo...

Impossible, disent aujourd’hui certains qui estiment en savoir long sur les sociétés islamiques ou sur la nature de toute religion. Je serai beaucoup plus modeste qu’eux, ne voyant pas au nom de quelle universalité on empêcherait les musulmans de chercher leur avenir dans un Islam dont ils auront à former, de leurs mains, le visage nouveau. Dans l’expression ‘gouvernement islamique’, pourquoi jeter d’emblée la suspicion sur l’adjectif ‘islamique’ ? Le mot ‘gouvernement’ suffit, à lui seul, à éveiller la vigilance.

Me parece un antídoto interesante contra estas iniciativas demoliberales.

M.F.

Linkillo: cosas mías dijo...

Los países civilizados (es decir: laicos de verdad), contemplan un mecanismo según el cual cada ciudadano tiene derecho a renunciar a la cuota de impuestos para el sostén de las Iglesias que se le deduce de sus ingresos (aunque no lo sepamos, nuestros impuestos sostienen las iglesias), de modo que la partida de bautismo podrá ser importante o no desde el punto de vista del sacramentado, pero indudablemente lo es en relación con la atribución de partidas presupuestarias.
Por otro lado, decir que "la iglesia no significa nada" es decir bien poco precisamente porque si algo controla la Iglesia (supongo que hay que entender Apostólica Romana) son los procesos de significación y (ya no tanto) los de dominación política.
Las relaciones entre la institución eclesiástica y las instituciones seculares es harto compleja (lo ha sido y lo será) como pretender que toda articulación es trivial.
Nadie está obligado a nada (lo sabía Foucault cuando decidió, por un tiempo, apoyar a Khomeini).

Diego B dijo...

Hola, Daniel. Creo que la cuestión es compleja; yo la veo desde otro lugar. No sé, creo que más que desde la elección, eso que llamamos religioso es inescendible de un "vocare", de un llamado, de una irrupción, algo así, como quieras llamarlo. Me interesa mucho en este sentido Marcos 4 19, que es el primer encuentro de Jesús con discìpulos en el primero de los sinópticos. J. dice, simplemente, "Síganme, y yo los haré pescadores de hombre". Creo que casi todo Heidegger, el ser como llamado y esas cosas, está de alguna manera ahí, y también la idea de comunidad que elaboran, obsesionados por el maestro de Alemania, Blanchot, Nancy y los autores que citaste cuando te agarró la ira. No se sabe lo que piensan Simón y Andrés, ni lo que quieren, pero ellos siguen a J. Pero quizá esto no tenga nada que ver con la apostasía ni con el post tuyo y sea tan sólo locura mía, que no puedo sacarme de encima la obsesión por la comunidad de los ausentes, es decir, para mí, de la muerte.
Creo, por ahi me equivoco, que Foucault, el ex monaguillo de Poitiers, no se retractó jamás de su apoyo a la revolución iraní. Eso debe provocar seguro la ira funesta de los señores-profesores-de-centroizquierda-gay-friendly de las universidades de los paises "civilizados" a los que te referís.
Abrazo.

Linkillo: cosas mías dijo...

Diego: no se te escapa que pienso en la misma dirección que vos (si bien no con la misma intensidad). Pero una cosa es, precisamente, la comunidad de ausentes y otra cosa es el Estado. Una cosa es Cristo y otra cosa el Apocalipsis. Una cosa es el Islam y otra cosa la revolución iraní. En fin: niveles de experiencia, sólo eso. ¡Y por favor dejá de oscilar entre el anonimato y la firma que me ponés nervioso!

Anónimo dijo...

No, no sé si la iglesia controla los procesos de significación o las representaciones sobre el cuerpo, la sexualidad, etc., no tengo la menor idea. Pero la cuestión es que la apostasía apela a la fe: sólo si pensamos que en el bautismo se juega para nosotros algo del orden del sentido, vale la pena renunciar. La apostasia es un acto que pone en primer plano la importancia de la fe: porque seguimos creyendo, renunciamos. Yo no le voy a hacer semejante favor a la iglesia católica...

Ferdinand dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ferdinand dijo...

Borré mi comentario anterior para dejar más clara mi opinión al respecto:

1) Hay que definir Iglesia (ekklesia -en griego-, keilá -en hebreo-)¿Qué hacemos con Pere Casaldáliga, Monseñor Romero, Ignacio Ellacuría y un largo etcétera que, siendo revolucionarios, participaron (y en el caso de Casaldáliga participan) de la denominada "Iglesia"?. La cosa no es tan facil. ¿Forman ellos parte de procesos reaccionarios de significación?

2) No entiendo en absoluto la nomenclatura "países civilizados" (laicos de verdad). ¿Es eso un elogio a Europa?

3) El Mesías (Cristo) consume toda la historia. Es decir, trasciende el ser como destino irreparabre. En Roma eso no ocurre, pero sí en otros lugares que también son y se dicen Iglesia. ¿Cómo -no- hablar entonces?

Saludos.

Linkillo: cosas mías dijo...

Solomon: los curas esos son mencionados por Taubes en sus conferencias de Heidelberg como precisamente lo que no debe hacerse.
No entiendo que no entiendas la nomenclatura "países civilizados" o que la entiendas como un elogio: es una descripción: la civilización es un lento proceso de secularización (es decir: de laicización).
Y, en tercer término: todo esto puede ser muy simpático de ser discutido (finalmente, es alta teología), pero no tiene nada que ver con los atorrantes que afanan al Estado.

Tête de P. dijo...

Estimado Prof. Link:

En sus comments se han deslizado algunos errores, que entiendo involuntarios en razón de la materia, relativos al sostenimiento del culto.

En nuestro país el sostenimiento de culto es una manda constitucional [artículo 2º CN] que se articula por medio de una serie de normas de diverso rango: las Leyes Nº21.540, Nº21.950, Nº22.430, Nº22.552 y Nº22.162 y los Decretos Nº 1928/1980 y Nº1991/1980.

Si bien la doctrina constitucionalista varía en cuanto a la extensión que debe darse al "sostenimiento" prescripto en el artículo 2º de la Constitución Nacional, hay consenso unánime en que incluye, como tesis de mínima, el sostenimiento económico.

La única manera posible de hacer que el Estado no sostenga económicamente a la Iglesia es por medio de una reforma constitucional, guste o no guste.

Por lo cual, la apostasía no tiene ninguna relevancia a los efectos del sostenimiento económico a la Iglesia Católica por parte del Estado Nacional.

A quien objete que las leyes que instrumentan el sostenimiento del artículo 2º son de las llamadas leyes de facto, le indico que en caso de eventual derogación el Estado estaría igualmente en la obligación de articular el sostenimiento por otros medios idóneos.

Finalmente le comento que por vía indirecta [exenciones tributarias contempladas en diversas leyes] el Estado "sostiene" [impropiamente hablando] por igual a todas las organizaciones religiosas reconocidas e inscriptas en el Registro Nacional de Cultos.

Atentamente

Anónimo dijo...

No está tan claro que toda civilización sea secular, bueno, al menos yo no lo tengo tan claro. De lo demás, usted lo ha dicho, tiene razón.
Pero me queda la duda: si aún hay curas verdaderamente cristianos (el padre Olmedo en Humahuaca, por ejemplo) que no han necesitado apartarse de la Iglesia, ¿no debemos pensar que la categoría "Iglesia" es de lo más teológicamente complejo y profundo?
Otra cosa es la Jerarquía chupasangre, que no es ni cristiana ni nada, como usted dice. Son ex monaguillos conducidos al seminario por padres autoritarios y tradicionalistas, y con "vocación" (llamado interpelante de Dios) cero.
Le saludo.