Querida Julia:
Dije cosas sobre Dr. Who de las que no me arrepiento, pero no quisiera que siguieras adelante sin por lo menos una advertencia que viene desde el fondo de mi corazón estupefacto (tal vez querrás no haber nacido, no haber nacido): Matt Smith, el nuevo Dr. Who, es desagradable. Y lo es en niveles que sólo pueden compararse con la amabilidad de Christopher Eccleston y David Tennant, sus predecesores, a los que tanto quisimos.
No he podido, de la nueva temporada, ver un sólo capítulo sin dormirme. La culpa no es sólamente de Smith, sino también de los guionistas, que apostaron (equivocadamente, a mi juicio) a dejarle espacio al actor para que se adueñara del personaje. Las aventuras (las primeras seis o siete, ¡la mitad de la temporada!) son todas ellas torpes, previsibles y bastante incomprensibles sin largas parrafadas explicativas que la nueva señorita que lo acompaña (una pelirroja que sobresale sólo por la mediocridad de su compañero) apenas si tolera.
Supongo que Dr. Who tiene cuerda para rato, pero habrá que esperar, como ahora pienso, a la próxima transmutación para poder volver a ser felices con él.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
2 comentarios:
¡Gracias por la advertencia! Por suerte, tengo Tennant para rato(recién ayer vimos el especial de navidad sin Rose ¿no me envidian?). De todas formas sabiendo que el placer seguramente se acabe con él degustaré con más delicadeza y fruición lo que me queda.
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