martes, 26 de noviembre de 2013

Conducta en los velorios


El pasado fin de semana, una muerte cercana nos llevó a reflexiones melancólicas. Mi madre sostiene que los velorios son una crueldad innecesaria y que ella se opone terminantemente a ellos, desde que comprendió el suplicio que significan para los deudos (en efecto, mi padre no fue velado: pero antes, mi hermano sí).
Yo le digo que es imposible generalizar y que mucha gente necesita de esa instancia de exteriorización de la pena. Puesto en el trance de decidir sobre mi propio velorio, yo preferiría que se hiciera uno, con catering (alcohol y bocadillos).
Mi madre dice que a ella no le parece bien y que va a oponerse a tal proyecto. Me sorprende que ella crea que va a sobrevivir a mi propia muerte y le digo: “Vos en mi velorio no vas a estar”.
Ella se sonríe y dice “Quien sabe...”. Entonces decido una disposición testamentaria adicional a las muchas que ya he dejado despedigadas en papeles sueltos. Yo exijo velorio con catering, una vez que me muera. Y si por acaso mi madre está todavía viva para ese entonces, pido que se le prohiba la entrada a mi velorio con catering.
Mis cenizas, ya se sabe, deberán arrojarse al viento desde el Parador del Rey, en Carmona (Andalucía).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es penosa la velada referencia al velorio de fort y a su relación la querida martha. Es verdad que con Ricardo tenés algo en común: la carencia de "talento" artístico, o como quiera llamarse. Sin embargo te falta el poder de impacto, por más bizarro que fuera. Tu muerte será penosa, como la velada referencia. No lo presiento, lo sé. Looking into the heart of darkness, the silence.

Anónimo dijo...

Siempre deploré la pobreza de nuestras costubres funerarias. Tu velorio con catering es una excelente idea que espero que no se concrete en mucho pero mucho tiempo.

Anónimo dijo...

En los velorios desborda el egoismo.

Lindo la pasó Juán Pablo Segundo. Lo paseaban por la plaza como si fuera una bandeja de canapés.