Por Daniel Link para Perfil
Las lluvias de febrero, que se
anticiparon una semana vienen a marcar, para mí, el final del tiempo
muerto del verano. ¿Qué hice?
Me ha pasado las
tardes ordenando la documentación para completar el formulario 572
web, discutiendo por correo electrónico con mi contadora, que cree
que todos somos Leonardo Fariña, completando las planillas
correspondientes a las declaraciones cuatrimestrales de
monotributista, haciendo trámites en las obras sociales y compañías
de medicina prepaga para que mis depósitos vayan a parar a donde
quiero, firmando planillas que el Ministerio de Ciencia y Teconología
necesita para poder otorgarme subsidios que luego deberé rendir y
que seguramente será difícil volcar en la declaración de
ganancias, en la de bienes personales, [revisando los curricula de mis amigos que están de vacaciones y
actualizándolos según las exigencias de la CONEAU, que los objetó por
diversas circunstancias, mandando correos "retóricos" (así los
interpretan mis corresponsales, al no responderlos) a quienes deberían
estar asistiéndome en estas horrorosas lides...
]
Le explico a un
amigo mexicano (perseguido por la justicia en su país por sus
contactos con los narcotraficantes, que me advierte: “No hay que
pagar impuestos”) que si me entrego a esta pesadilla
bouvardpecuchetiana es porque me hacen suponer que de ese modo en
2014 pagaré menos impuestos: deduzco gastos médicos y paramédicos,
sumo el porcentaje que la afip me cobró a cuenta por pasajes
correspondientes a viajes que me fueron otorgados en el marco de la
programación científica de tal o cual institución (pero que,
graciosamente, debe pagar el recipiendario del subsidio y, por lo
tanto, hacerse cargo del capricho del ente recaudador). He leído un
poco y visto alguna que otra serie. Escribí casi nada. Se me dirá:
peor están los pobres. Y, sí...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario