Paveando por la red, he descubierto un blog tuyo, y me he divertido mucho con tu prosa desopilante y farragosa (tan pedantemente argentina, que me recuerda los parlamentos de los personajes de la literatura argentina, desde La gran aldea hasta el Adán Buenosayres y los hipereruditos cabildeos sobre la nada en Rayuela: en resumen, que los argentinos somos tremendamente fatuos, charlatanes y zumbones, y tan fatuos, charlatanes y zumbones como displicentes a la hora de organizar un discurso con pretensiones “totalizantes” o, al menos, congruentes; hijos de macedonio, de calamaro, de roberto giordano, nos perdemos en el rizo brillante, la frase pegadora, el slogan filosófico de bar (o de Facu) acerca de posibles reformas al reglamento del fútbol.
En suma, he podido confirmar todo lo bueno que se dice acerca de tu humor, y me he sentido identificado, como “argentino culto”.
Pienso que gombrowicz era bastante argentino en este sentido, no por su solemnidad, sino por su pedantería socarrona y cínica.
Claro que esto no tiene que ver con nada que quisiera decir. Pero no sé si tenía algo para decir.
En, fin, saludos
F.
Iris, de Eugenio Montale
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Eugenio Montale
Iris
Cuando de pronto San Martín declina
sus brazas y las atiza en el fondo del sombrío
horno del Ontario,
chasquidos de piñas...
Hace 1 semana.
1 comentario:
es muy funny lo de F. !
g.
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