martes, 14 de abril de 2009

Setenta balcones hay en esta casa...

La ciudad vista

Por Beatriz Sarlo

Desde que comencé a pensar este libro me propuse no renunciar ni a la literatura ni al registro directo, documental, sino articularlos como se articularon en mi cabeza durante los últimos años. El libro sale, entonces, de itinerarios sobre dos espacios diferentes pero que se entrecruzan: la ciudad real y las ciudades imaginadas. Mi primera convicción fue, por así decirlo, de método. La segunda fue una definición de objeto: la unidad cultural de Buenos Aires. Desde el punto de vista económico, social, de transporte, la ciudad no está separada del conurbano. Sin embargo, en términos culturales y de cultura urbana, todavía se puede hablar de Buenos Aires dentro de sus límites históricos. El plan del libro estuvo casi definido desde el principio y lo escribí en orden para probarme que era posible sostener su argumento. El primer capítulo se ocupa del shopping center y de los ambulantes, ya que la circulación de las mercancías define formas de uso de la ciudad y produce innovaciones definitivas en el espacio público. Cuando en 1994 escribí sobre el shopping center el tema era una novedad en la Argentina; esas pocas páginas de Escenas de la vida posmoderna hoy me parecen un esbozo lejano y aproximativo, aunque les reconozca la intuición de lo que ya estaba sucediendo de modo irreversible. Hoy creo que el shopping center ha impuesto su tipología a todas las formas de consumo, por lo menos de modo imaginario; en el otro extremo, los ambulantes definen un uso de la calle que, por su intensidad, es original desde mediados de los años noventa. En el arco entre el shopping center y los ambulantes se define la "ciudad de las mercancías".

Acá, más como anticipo de La ciudad vista, el nuevo libro de Beatriz Sarlo

6 comentarios:

malena dijo...

obsoleto, aburrido, antiguo. Para un analisis pormenorizado sobre "el shooping center" o "shopping mall" mirar "The dawn of the dead" de George Romero!

liberto dijo...

Daniel: no tiene que ver con la entrada pero sí con la autora ("El muro", nota aparecida en Perfil del 12 de abril, a propósito de la idea "israelí" de Gustavo Posse), de modo que tomo la oportunidad para comentar lo que sigue.
No entiendo qué quiere decir Sarlo cuando pregunta "¿cómo pueden estar espacialmente tan cerca los ricos y los pobres?".
Tampoco entiendo cuando afirma que "sorprende que las garitas de seguridad dentro del barrio rico no sean nidos de ametralladoras; sorprende que no haya más delincuentes entre quienes viven en las condiciones de las villas cercanas".
Sinceramente, la primera reacción que tuve (y que todavía tengo) es de incredulidad y de repugnancia, porque me parece que lo que dejan ver esa pregunta y esa afirmación es un pensamiento completamente retrógrado de la autora (con gusto a rancio).
Pero, si es posible, me gustaría saber qué pensás vos al respecto y también tus comentaristas.
Te mando un abrazo.

Linkillo: cosas mías dijo...

No leí la nota de modo que no puedo opinar. De todos modos, a mí sorprende que esas citas puedan despertar "incredulidad y repugnancia", salvo en alguien que ya esté dispuesto a dejarse dominar por esas pasiones, independientemente de lo que lea. LO único que objetaría es que las garitas de seguridad sí son búnkers de frontera (tal vez no con ametralladoras, pero con escopetas sí: me consta).
Saludos

liberto dijo...

Daniel: "uno tras otro deben ser expuestos en la plaza pública para que podamos saber qué cara tiene el Mal, bajo que máscara banal se esconde y para que podamos escupir el suelo que han pisado" ... ¿te suena?
Si eso no es fruto de la pasión, entonces, no entiendo nada ...

Linkillo: cosas mías dijo...

Yo no objeto la pasión, ni mucho menos. Pero repito que no veo cómo podés deducir de los fragmentos de texto que copiás "un pensamiento completamente retrógrado", salvo que hayas decidido previamente que Beatriz Sarlo es una energúmena (uso la palabra en su sentido corriente, no filosófico), en cuyo caso no haría falta citar nada. Me parece que la pregunta que Beatriz se formula (¿cómo es posible la convivencia inmediata de dos sectores sociales enemigos, sin que el conflicto no arroje como resultado una guerra?), que transcripta en términos menos coyunturales tal vez quiera decir: "¿cómo es posible que este país de mierda no se desintegre de una vez y para siempre?", es perfectamente legítima como pregunta. Saludos

Jirafas dijo...

esaaaa, linkillo reload.

che, me parecen medio boludas las dos posiciones, aunque por motivos distintos, ya que ambos cuestionan diferentes cosas (uno sin entender un carajo, y el otro, entendiéndolo, pero reaccionando frente a la pelotudez de una manera medio pelotuda). por un lado, el flaco bañado de negro que no puede leer lo que irónica y repetidamente dice sarlo. por más que sea un discurso funcional al establishment (jelou, mami, si los tipos de las villas reaccionan, en seguida tienen a la gendarmeria, lo que queda del ejército y toda la bonaerense más la federal para que los caguen a balazos; así que, con tu discursito de progre de recoleta, a otra parte), es claro y por ser tan claro, cansador y boludo. pero bueno, es sarlo, hace años que viene laburando lo mismo, diciendo lo mismo, pero disfrazándolo, en cada libro, de algo nuevo. un párrafo más, un título diferente, pero siempre con la misma obsesión (o con el mismo curro -alcanza con agarrar un par de artículos sobre el mismo tema, para comprobar que varios párrafos no son más que copy-paste-). quizá en ese sentido, hay que pensar a sarlo como la mejor discípula de borges, o como la que mejor supo aprovechar toda la obra borgeana. laburar sobre dos o tres obsesiones (el espejo, los tigres, el tiempo, uno; la ciudad, las orillas, la excentricidad, la otra) durante toda la vida y sobrevivir, primero mediante la vanguardia y luego -ya de viejos-, mediante la indignación o la perplejidad pelotuda. andá a saber, tal vez esa sea la fórmula para hundirse, desde distintos agujeros, al tan poco relevante espacio de los mejores escritores argentinos. suerte ahí.

después, yo que sé, sí, este país está hecho concha, pero es donde, vos, linkillo, te educaste, laburás, das clases, cogiste, tuviste hijos, los educaste, etc. no sé, tenés a europa arriba a la derecha, o gringolandia, también arriba, pero más a la izquierda. ¿y? ¿por qué todavía no se los cogieron los africanos a unos y los mexicanos y demás hispanos a otros? no tengo la más puta idea. en ese sentido, lo que sí tengo es la misma duda que sarlo, con tu calentura, pero potenciada: ¿cómo es posible que este mundo de mierda no se desintegre de una vez y para siempre? es raro eso, digo, siempre, en especial desde el siglo XX -y vos lo sabés mejor que muchos de nosotros-, estuvimos al borde del abismo, pero jamás nos caímos. o sí, nos caímos, pero nos levantábamos y enseguida estábamos de nuevo pergeniando algún plan para atrapar al correcaminos, sabiendo que los guionistas jamás nos dejarían lograrlo. en fin, de todos modos, cada vez estamos más cerca del golpe final, de ese que ya no nos va a dejar levantar más; digo, por algo los tipos hace poco realizaron un capítulo en el que finalmente el coyote atrapa al correcaminos, para darnos el gusto del final, la cena que queríamos antes de la ejecución.