sábado, 5 de noviembre de 2011

Por un puñado de dólares

Por Daniel Link para Perfil


¿Será cierto, como puntualizó el Sr. Prat Gay, que las medidas de control cambiario alientan el deseo de comprar divisas? Puesto en esa lógica...: creo que en psicoanálisis la relación entre Ley (restricción) y Deseo es casi un lugar común. Tampoco sé mucho sobre economía, pero parece que sus leyes se intersectan con algún tipo de economía libidinal (recuerdo vagamente una relación entre capitalismo y máquinas deseantes).

Uno podría pensar que los arbolitos (esa terrible fauna del microcentro porteño, de la cual ya casi nos habíamos olvidado) son algo así como la válvula de escape para tanto deseo desatado. ¿Volverán a infectar el paisaje céntrico con su lubricidad monetaria susurrada en el oído del paseante?

Puse a prueba el veredicto del Sr. Prat Gay y que fuera lo que Dios quisiera. Ingresé a la página de la AFIP para ver cuántos dólares me autorizaban a comprar. Puse una cifra un tanto ridícula (muy por encima de mi capacidad de ahorro), $ 40.000, y la página consideró, con razón, que “el cuit presentaría insuficiente capacidad económica para realizar la operación cambiaria ingresada”. Con 20.000 pesos sucedió lo mismo, y así sucesivamente hasta llegar a los u$s 1.000 que, en efecto, yo podría comprar (no sin esfuerzo y, naturalmente, no cada mes).

Curiosamente, no siento ganas (“deseo” es una palabra que tal vez todavía quiera reservar para otras experiencias) ni necesidad de comprar esos mil dólares o alguna otra suma superior. Es más, me doy cuenta de que nunca tuve ni tendría “el deseo de” comprar y atesorar dólares (de gastarlos..., tal vez, pero no sé si es el mismo deseo).

A lo mejor tiene razón el Sr. Prat Gay (él es un economista y yo no), y todo sucederá como él lo prevé (deseo desatado, arbolitos, mercado negro). Después de todo, no hay quien no haya sufrido en su vida no una, sino varias veces, la incertidumbre provocada en el mercado cambiario mediante la manipulación de su (delicado) equilibrio. Aunque nada de eso interpela mi deseo, yo trataría, sin embargo, de evitar un escenario semejante: es medio feo imaginar que la gente anda caliente por un puñado de dólares.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, está prohibido robar y matar.

Tambien está prohibido evadir impuestos.

Lo que no está prohibido es decir boludeses y, sin embargo, como tantos otros, heme aquí rendido ante la tentación.

Anónimo dijo...

Yo confiaria un tanto -no necesariamente mucho- cuando habla de Deseo un Gay.