La Sra. Fernández dice cualquier cosa, y ese cualquierismo daña su credibilidad pública.
En cada apertura de las sesiones ordinarias, ha escenificado su animadversión contra los docentes, acusándolos de vagos e irresponsables, de tomarse tres meses de vacaciones y abandonar a los educandos a su suerte, tomándose toda licencia a su alcance.
En el imaginario de la Sra. Fernández está el lumpenproletariat y, bordando su márgen, la profesión docente (lo que, en otro razonamiento, podría ser una analogía válida, pero no en éste).
El gasto educativo no es gasto sino inversión, ella lo subraya, y blande los porcentajes de “inversión educativa” (laptops, libros, edificios) como si esas dádivas fueran la condición de un pensamiento pedagógico. Se entiende su frustración: ella ha invertido tanto (levanta la mano, agitando su reloj de oro) que no se entienden los pobres resultados obtenidos y el parto anual de la paritaria: “¿qué quiéren?”
Los docentes reclamamos sueldos dignos, programas formativos sólidos, instituciones escolares que nos permitan ejercer aquello para lo que nos preparamos, alumnos bien alimentados, atentos y dispuestos a aprender, familias que confíen en el pacto de la educación pública y, como conviene siempre, el respeto de la sociedad para la que trabajamos.
A partir de una severísima descalificación desde el asiento más alto de los poderes públicos, es difícil sostener cualquier ilusión de respeto, lo que constituye un débil punto de partida para toda discusión posterior.
A partir de una severísima descalificación desde el asiento más alto de los poderes públicos, es difícil sostener cualquier ilusión de respeto, lo que constituye un débil punto de partida para toda discusión posterior.
6 comentarios:
http://www.youtube.com/watch?v=UcQT3soLYY4
Sí, no hay docentes vagos. Son todos almas blancas que dan su vida por los demas.
Puedo enumerar una larga lista de docentes vagos que tuve en primaria, secundaria y universidad. Así como puedo enumerar una corta lista de "señores" docentes, en algunos casos, sobrecalificados.
Desde que regresó la democracia hubo paro todos los años pero jamás los docentes presentaron un proyecto para premiar a los buenos docentes y remover a los docentes vagos.
El resumen es que son empleados del estado y, como los policías y otros empleados del estado, no se depuran a ellos mismos.
La mediocridad no es un atributo exclusivo del gobierno, es el atributo de toda nuestra sociedad.
Y a este comentario, le agregaría el desagrado que me provoca esta mujer desde lo alto de su tarima, autoreferenciándose permanentemente. Contándonos como si fuésemoss bobos, que sus maestra, -de quienes recuerda hasta sus nombres, "Srta Celia, Marta...y sigue la lista...faltaban "cuando estaban enfermas pero enfermas, eh!!"(Siempre levantando su índice de maestra ciruela.
La Sra pasa por alto que hace 50 años las docentes pertenecían a la clase media alta, y eran con frecuencia esposas de militares. No había la atroz marginalidad actual, las familias disfuncionales, bullying,padres que matonean a los docentes dentro y fuera de la escuela.malestar docente por la sobrecarga de trabajo que no tiene nada que ver con su estricta función, la pedagógica, y aunque resulta, es verdad, que históricamente los sueldos docentes siempre fueron depreciados y despreciados con relación a otras profesiones...nunca como hasta ahora son tan miserables.
La Sra o es media sonsa, o es una canalla que pretende hacernos creer que la situación sociocultural y política actual es similar a cuando ella iba con su guardapolvo blanco a la escuelita de su barrio. Farsantes de pura cepa!! GRRRRRRRRRR
«Un país que destruye la Escuela Pública no lo hace nunca por dinero, porque falten recursos o su costo sea excesivo. Un país que desmonta la Educación, las Artes o las Culturas, está ya gobernado por aquellos que sólo tienen algo que perder con la difusión del saber». (Italo Calvino, 1974)
No somos vagos ni damos la vida por los demás. Somos trabajadores y tenemos derechos. "A partir de una severísima descalificación desde el asiento más alto de los poderes públicos", es fácil montarse en el lugar común de calificar a los maestros de vagos e irresponsables o reclamar premios-castigos ignorando por completo la especificidad de la profesión. A diferencia de la institución policial cuyo rol protagónico en la organización de la delito es ya una verdad a gritos, entre los docentes no hace falta ninguna depuración sino lo que el Señor Link tan bien resume en su nota. Respetuosamente.
por otro lado, HAY QUE VER por qué prenda tan bien en la opinion publica eso de que los docentes son vagos o poco comprometidos con los pibes, etc. acaso no existe un poco de noventismo en algunas camadas de docentes que salieron a dar clase "porque es/era conveniente"?
Hay que ver qué conveniente es salir a dar clase por 1800 por mes, sí la verdad no puedo imaginar nada más conveniente.
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