miércoles, 28 de mayo de 2014

¡Nunca me lo hubiera imaginado!

¡¡¡¡Tener que defender a Cynthia García del fascismo kirchnerista!!!!




11 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustaría conocer su opinión sobre la Carta Abierta número 16

Anónimo dijo...

No vale, Dorio para el carro justo cuando se empezaban a desacomodar los melones!

Diego dijo...

A mi me deprime habitar espacios enmugrecidos por el graffiti. Me siento agredido.

Laur dijo...

La sensatez contra el "progresismo".

Ricardo dijo...

A mí me deprime viajar en un servicio en el que tuvieron que morir más de cincuenta personas para que el gobierno reaccionara. Me deprime que me refrieguen la propaganda de manera heroica cuando se hace lo mínimo indispensable que se espera del Estado en materia de transporte (y sobre todo me deprime cuando el triunfalismo viene de un gobierno que hace de la defensa de lo público una bandera discursiva). Me deprime que el tema sean los grafiteros en vez del vaciamiento que se hizo en la secretaría de transporte, y me deprime que filósofos de menos de cuarenta años se suban a la motoneta fascistonga de estigmatizar a los jóvenes comparándolos con "la cultura navajera". También me deprimen los kirchneristas, pero me la banco porque creo que tienen el mismo derecho a la existencia que yo y que no tengo derecho a quejarme de que expresen libremente su filiación política.

Diego dijo...

Ricardo, es que la "cultura graffitera" hace cortocircuito con "la defensa de lo público". Me alegro que en el programa emblema del partido que desde el Estado ha hegemonizado el concepto de progresismo surjan (¡por fin!) este tipo de "debates".

Ricardo dijo...

De todos los factores que hacen "cortocircuito" con "la defensa de lo público", la "cultura graffitera" me parece que viene última en la lista. No sólo porque siempre va a existir, sino porque es inofensiva y hasta bella. Yo viajo mejor con un buen graffiti que en un vagón adornado por gigantografías de Chavez y Kirchner (agresión es eso). Si querés hablar de actos vandálicos, hablá de las puertas, de las ventanas, de las vías que permanecen rotas durante meses y años en los trenes; y hablá de toda la guita que se afanaron. A eso sí que "dan ganas de matarlos".
Si uno quiere defender lo público incluso malgré el kirchnerismo, no puede empezar por los grafitis. Eso es muy de señora gorda! Señora gorda de las malas!

Anónimo dijo...

El Gobierno Nac & Pop reacciona indignado porque unos adolescentes "manchan"los vagones (Randazzo dijo que "si podía los mataba")...pero.....guardó un silencio ominoso hasta ahora y desde hace 2 años sobre la tragedia de Once

Desubicados, caraduras e insensibles

Anónimo dijo...

ese muchacho dante, por dios

Diego dijo...

Es que no pasa por oponer graffiteros contra la desatención por parte del Estado de la cosa pública. Ambos son actos que atentan contra la idea de lo público. Ambas son maneras de privatizar lo público, su sentido. El graffiti tiene esa compulsión a la firma. Una pared de una escuela, una plaza, un vagón de tren, que son públicos por derecho de ley, enseguida es víctima de la firma de un particular, una firma que se muestra orgullosa en sus firuletes. Esto de apurarse para ir a manchar con mi nombre aquello que recién fue inaugurado, hay cultura rapiñera ahí. Una pared de un hospital o el presupuesto para el tomógrafo que todavía se espera adentro. Cada cual hasta donde le de la poronga. Lo pública no existe como concepto en esos gestos. No es defendiendo a unos que se combate a los otros; es más, de ese modo desde el discurso se marca la cancha para que se siga jugando así.

Ricardo dijo...

Es que en política todo habla, Diego. No es tanta la lógica argumentativa sino también el contexto del discurso. No puede decir "los mataría" un tipo al frente de una secretaría en la que todo el mundo sabe que se afanaron todo y en la que hubo terrible negligencia. Nadie dice festejar que pintarrajeen el patrimonio público (más allá de que a mí los grafittis suelen gustarme) sino que tiene que ver con el contexto de la discusión, qué es más importante. Randazzo no es ingenuo, sabe que con esa frase conecta con cierto populismo derechoso (buscando su voto en los márgenes del kirchnerismo) y que instala la discusión en la falta de cuatro pibes y no en la responsabilidad del gobierno en materia ferroviaria. Seguir la discusión sobre ese eje fascitongo es alimentar la retórica fascista. Por lo menos en este contexto.