por Daniel Link para Perfil
"No digas nada", murmuro al
teléfono a horas rarísimas para estar atendiendo llamadas. Si
estuviera en Buenos Aires no habría respondido la llamada. Pero
estoy en Río de Janeiro y lo que suena es el teléfono del hotel. Me
maldigo por haberle revelado mi destino y mi número local. "No
digas nada, Flor", repito. "Hablamos después" (tengo
la esperanza de salir del hotel antes de que llame de nuevo. Le
preocupan las declaraciones del Coqui sobre la pobreza. "¿A vos
te parece? Si me preguntan, ¿qué digo?". Por ahora, nada.
El Coqui dijo que la pobreza ha sido
"prácticamente erradicada", lo que significa que habrá
que pensar cómo resolver "teóricamente" la proliferación
de personas durmiendo en las calles de Buenos Aires, los persistentes
cartoneros, los piquetes de cualquier cosa y a toda hora, esas cosas.
Se me ocurre una solución teórica y
preparo su formulación para el fatal re-llamado. Me pongo en la piel
de la protagonista de Secretaria ejecutiva
que, como un Auguste Dupin del siglo XX, encuentra la verdad
relacionando titulares de revistas. La identificación no es tan
caprichosa como parece: cruzo la bahía de Guanabara todos los días
en el ferry, como un trabajador suburbano más, escuchando "Let
the River Run", cantada por Carly Simon. "Son locos",
ensayo. "Los que duermen en la calle y andan con carritos
juntando basura son locos". He leído que la nueva Ley de Salud
Mental reduce significativamente los tiempos de internación e impide
la creación de nuevos neuropsiquiátricos. Ergo: los locos andan en
la calle (el mismo efecto que la antipsiquiatría produjo en Italia a
partir de la década del sesenta). No conozco ni la ley ni sus
efectos, porque no tengo tiempo de investigar el asunto, pero, como
la protagonista de Secretaria ejecutiva,
soy una working girl
que no necesita más que una fotografía y un titular para promover
una fusión empresarial de envergadura. ¿Por qué habría yo de
tener reparos en proponer una mera interpretación de la realidad a
partir del mismo método? Si no hay pobres, porque el Poder lo dice,
los que parecen pobres, esas legiones urbanas en crecimiento
constante, deben de ser locos sueltos (los que se quejan del aumento
del gas, también van camino de lo mismo).
"Decí que son
locos, Flor". Le va a costar hacerme caso, lo sé, porque su
comprensión es lenta, pero como en todos los casos anteriores, va a
terminar siguiendo mis consejos (le dije que insistiera con el
traslado de la Capital Federal y años después, el asunto prosperó
aunque el destino no nos entusiasme; le dije que pusiera un tren al
aeroparque y a Ciudad Universitaria y años después la obra ya está
en marcha).
Cuando llegue a
presidente es probable que deje de molestarme tan temprano a la
mañana, pero por ahora, Flor no cesa de pedirme consejos que lo
ayuden a seguir creciendo. Tarareo en la ducha: " Deja correr el
río/ deja que todos los soñadores/ despierten a la Nación".
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