Por Daniel Link para Perfil
Me tiene harto Recalde. Hace dos fines
de semana me dejó plantado en Tucumán, desde las 14.00 hasta las
24.00. Por un momento pensé que no llegaba a la mañana siguiente a
la defensa de tesis que tenía agendada, porque el último aviso
decía que el avión iba a partir a las 12.00 AM. Eso es el mediodía,
no la medianoche. Pero a él todo le parece gracioso. A sus siete
electores les indicó graciosamente que votaran en blanco. Por ellos,
Guga no pudo ganarle a Rodríguez Larreta. Más sabios, los votantes
de izquierda desoímos el mandato de nuestros candidatos propios y,
por un pelo, se nos escapó el manejo (bah, el desmoronamiento) del
tinglado atado con alambre de la política nacional, el macriolismo
que falsifica encuestas.
Bah, que pretende falsificarlas,
porque yo hace años que instruyo a mis alumnos con buenos
resultados. Les digo: las consultoras cobran fortunas por encuestas
cuyo principal insumo es la decisión de voto del ciudadano, al que
no le dan un peso de lo que ganan. ¿Ah, sí? Entonces contestemos
las encuestas mal. Digamos cualquier cosa. Y si quieren saber la
verdad, que paguen. De todos modos no diría la verdad a esa gente
vil (la lacra del capitalismo, junto con los asesores de imagen),
pero al menos me sentiría culpable por haberles vendido una media
ilusión.
Yo tenía una ilusión entera en estas
elecciones, porque había decidido votar estratégicamente, y me
pareció que, siendo oriundo de la ciudad más docta de Argentina y
votante de la ciudad más culta, no podía equivocarme.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario