lunes, 25 de enero de 2016

Un gato sobre el tejado de zinc caliente

Retomo una historia penosa:

Tita y Cartulina detestan a Sabático y volcaban en él su violencia y su amargura en nosotros. Como una leve crisis familiar nos obligó a mudarnos al campo, allí comprobamos la felicidad absoluta de Sabático, paseando con su novio, Lío o revolcándose inmoderadamente con él:



Nuestras gatas siguieron sin aprobar al jovenzuelo, pero allí en el campo hay más lugar y los resentimientos se disuelven. Hay, además, mucho por conquistar:




Nos pareció cruel seguir imponiéndole a nuestros tres gatos una convivencia que ellos no deseaban y a Lío la angustia de ver partir a su mejor amigo. Decidimos que ambos se quedaran juntos en el campo. Cedimos el usufructo de Sabático, pero no su propiedad. Igual sufro y lo extraño. Corazón partio. Sylvia Molloy me acompaña en el sentimiento.





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