domingo, 10 de septiembre de 2006

¡Basta de discriminación!

Las personas de provincias -sabido es que mis primeros años de escolarización transcurrieron en Córdoba, autodenominada "la Docta" (y por eso mismo sospechosa de todo lo contrario)- sabemos sufrir todas las humillaciones posibles por parte de los que naturalmente habitan la cultura metropolitana. Pero todo tiene un límite, y no porque seamos migrantes habremos de tolerar que nos tomen por tarados.
Hoy fue uno de los mejores días de septiembre en Berlín: el verano se derramaba plácidamente en cada una de las esquinas de una mañana asombrosa. Madrugamos para ultimar los detalles de la muestra de S., que abría al mediodía (hora local). Contra todas nuestras expectativas, que juzgábamos que pocas personas habrían de resistirse a las mieles del sol para mirar fotografías en un café de Kreuzberg, fueron muchas las personalidades (de la cultura, el teatro, la academia, las artes visuales, el periodismo especializado) que se dieron cita para celebrar la inauguración de la muestra.
Después, fuimos a comer. Para algunos era un desayuno tardío, para otros un auténtico almuerzo, y por eso optamos por un bar especializado en bagels, que recomendó Sabine, una diseñadora gráfica de Düsseldorf de simpatía arrolladora y debilidad (para nosotros incomprensible) por las cosas argentinas.
Fue entonces que monté en cólera. Ya antes había dejado pasar la condescendencia con la que Silvia F. pretendió responder a una legítima inquietud mía. "¿Qué clase de árbol es ése?", le había preguntado días atrás, para recibir atónito la sorprendente respuesta "Un tipo de sauce". Esto será Alemania, y los bosques de Berlín serán los bosques de Berlín, pero un sauce es un sauce y el ejemplar por el cual yo había interrogado a mi amiga en nada se parecía a la especie que no sólo acompañó mi infancia cordobesa sino que planté con mis propias manos, el otoño pasado, en la casa de mi mamá, como regalo para su cumpleaños. Lo que la respuesta dejaba notar era, una vez más, el eurocentrismo con el que se nos trata a las personas meridionales en estas latitudes. En fin, no iba a hacer demasiada historia por un falso sauce. Pero lo de hoy fue la gota que colmó el vaso.
Pasaron unos perros horribles que daban risa (los de la foto que se reproduce más abajo). S. se rió de ellos, con la naturalidad que le permite su pasaporte de la comunidad europea. Le dijeron: es un salchicha (Dachshund) de pelo largo. De inmediato exigí la foto para denunciar a la impostora (una vez más S. F., que pretendía que creyéramos que el mundo es como su desviado sistema de categorización le indica).


Foto: Sebastián Freire

Como puede verse en la foto, esos perros parecen cualquier cosa menos un perro salchicha, y puestos a inventar especies podríamos decir "terrier veteado de patas cortas" o cualquiera otra abominación. Nada, salvo la soberbia eurocéntrica, justificaba la invención de una categoría para una familia de cánidos mestizos, sobre todo cuando es evidente que casi ningún perro de los que vemos por la calle son de raza pura, porque los berlineses no tienen esa detestable manía típicamente porteña, típicamente snob, de coleccionar mascotas à-la-mode. Ni las protestas de Sabine en favor de la trasnochada hipótesis de Silvia F. consiguieron calmarme: la respuesta era un acto de terrorismo discursivo destinado a hacer pasar lo cualunque como especial y nuestra sorpresa como ignorancia latinoamericana.
Basta de respuestas condescendientes y humillaciones públicas o me sale
el auténtico argentino que todos llevamos dentro. Y ahí te quiero ver.
Ya cayó el sol, los cuervos graznan. Todos los paseantes volvieron a sus casas para prepararse para la última semana del verano.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero son "salchichas de pelo largo"

Anónimo dijo...

Pero son salchicas de pelo largo, como dijo Galileo.

Anónimo dijo...

darling, son perros y punto!
o es que te interesan las marcas?

Anónimo dijo...

darling, son perros y punto!!
o es que solo te interesan las marcas?

Anónimo dijo...

Los perros de la foto son en realidad dos Dachshund de pelo duro o Wire-haired Dachshund. Tienen sangre de Terrier
de ahí su apariencia y la consistencia de su pelo.El que se llama Dachshund de pelo largo tiene el pelo sedoso. El Dachshund más conocido o común es el de pelo corto, el que todo el mundo conoce como perro salchicha.En las tres variedades de pelajes (corto, largo y duro, existen tres tamaños:
standard o grande,
mediano y miniatura.

Anónimo dijo...

mmmmm, pero es que lucen como "salchichas de pelo largo", de hecho atinaste con lo del terrier, son una mezcla, creo que la respuesta no era tan descabellada. Pero bueno igual yo no sé mucho de perros, el caso es que tal vez lo tomaste muy personal, no?