Acá funciona una novelita por entregas de temática gay, burocráticamene escrita, y un poco previsible, pero quién sabe (tal vez me valga alguna entrada gratis a esos lugares a los que no iría salvo colado):
Así que íbamos con Nacho rumbo a la fiesta de Fer y Scotty. Íbamos en su auto. Porque Nacho tiene auto… y le encanta manejar y no se estresa nada. Nacho es perfecto. ¡O es chongo! Mi gaydar encendió sus luces de alerta. Después de todo, la única vez que lo había visto antes de aquella noche había sido en compañía de una rubia inoportuna. Traté de aclarar sutilmente esta duda cruel: “¿Y tu novia no se molestará por este cambio de planes?”, y mientras preguntaba me arrepentía de todas y de cada una de mis palabras. Nacho pareció no entender. “¿Novia? –preguntó y sonrió- Yo no tengo novia.” ¡Ajá! Algunas alarmas se apagaron, pero yo no estaba conforme. “Ah, como te vi con una rubia, en la disco”, insistí. “¿Ivana? Ella es una amiga”, aclaró.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
2 comentarios:
bueno, espero que a esos lugares donde te inviten estén mucho mejor este texto...
saludos
Fede, lo dudo.
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