por Daniel Link para Perfil
Es tan profundo el aburrimiento que me provoca la opinología...
Fogwill me regaló Frauenliebe und -leben (y otros lieder de Schumann) en la versión de Bernarda Fink, que suena mientras escribo esta columna sobre el estado de excepción y los tribunales especiales a propósito de la cantidad de sentencias que casualmente ha tenido que emitir la jueza Oyarbide.
Fogwill me pregunta si escuché bien “An meinem Herzen, an meinem Brust” (en mi corazón, en mi pecho) y si no me parece, como a él, “el canto de un puto feliz”. Le contesto que no, que mucho más de puto feliz me parece “Du Ring an meinem Finger” (tú, anillo en mi dedo). El que él cita es puro éxtasis femenino.
Recomienzo mi columna, esta vez sobre el vomitivo lugar común (tan instalado) de que “está bueno que la gente haya vuelto a discutir sobre política”. Como conozco bien el caso de un joven que le ha negado el saludo al novio de su hermana con la excusa de que éste votó por Macri, y el caso de una abuela que envenena las sobremesas familiares de sus nietos con la repetición de las cosas que escucha en los abominables programas de TV que sigue, dudo del pretendido “retorno de la política” bajo la forma del fanatismo y la adherencia a fragmentos cristalizados de discurso (sean cuales fueren).
Fogwill vuelve a escribirme, esta vez para reenviarme unas observaciones a una reseña de una novedad editorial reciente, donde él considera que se ha confundido cálculo con belleza. Debería dedicarme a comentar Schumann o Turandot, pienso.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 3 semanas.
3 comentarios:
"dudo del pretendido 'retorno de la política' bajo la forma del fanatismo y la adherencia a fragmentos cristalizados de discurso (sean cuales fueren)". Yo también dudo, pero no estoy seguro. Hay un poco de todo. Muy buen comentario
No creo que se trate de regreso de la política. Ocurre que como se desinfló la pasión Boca-River, porque ya no juegan, pasaron el fanatismo a peronistas-gorilas. La misma pulsión, el mismo mediocre "sentimiento".
Qué lindo el regalo de Fogwill.
Te y les soy sincero, titubeo a mi vez sobre el particular retorno.
Pero atisbo -o atisbé- sin embargo un rosicler al respecto, también interrogante: ¿No se trataría de un retorno de la guerra motriz, ya no pupa, por otros canales?
De confirmarse, todo un auspicio (a cómo están escaceando): "el objetivo de una máquina de guerra no es la guerra". Y en política nada ocurre sin alianza.
¿No cierto?
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