Hace un año y cinco días comenzó a salir la edición sabatina de Perfil, con una doble página de columnas de opinión que, a mi juicio, ha sido de una calidad inusual en el periodismo porteño. Felicito a mis compañeros de “equipo” y les agradezco las muchas veces que me llevaron a pensar en cosas que no hubieran pasado espontáneamente por mis estrechos horizontes. Agradezco también al editor de estas páginas, Guillermo Piro, la delicadeza de sus intervenciones, que siempre mejoraron lo que podía mejorarse (y sólo eso).
Mi primera columna se llamaba “La poesía del pueblo” y yo pensaba, entonces, que iba a insistir en temas vinculados con políticas culturales, porque mi formación me habilita para eso. Hojeando las páginas del periódico, veo que en realidad, hice lo que más temía: hablé sobre cualquier cosa, me dejé llevar por la marea de discurso sobre lo más contemporáneo, intervine en los temas más alejados de mi habitual actuación profesional. Cuanto más inseguro me sentía en relación con un tema, más me obligaba a estudiarlo.
Es muy difícil sostener una columna de opinión, sobre todo cuando uno carece incluso de deseo de opinión. La "opinología" reposa en un estatuto del sujeto (sujeto privilegiado que dice cualquier cosa desde su lugar olímpico, legitimado por un cierto supuesto-saber que puede ser tanto la microbiología como el panteísmo: opinar es del orden de la adherencia), que nunca terminará de convencerme. Mejor es señalar dónde podrían encontrarse yacimientos enteros de problemas de discurso. Opinar por A o B es adherir, finalmente, a un sistema binario de comprensión de los problemas que nos involucran. Mejor es desplegar las figuras de lo Imaginario que se disputan el discurso.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
5 comentarios:
Hola Daniel,
solo felitaciones por el blog. Es riquisimo, se come entero!
Saludos de una recontraex alumna de Comu 1 hace mil anios!
Link, leo todos los fines de semana las columnas de opinión de Perfil y -si bien a veces me pregunto qué hago leyendo las últimas locuras de Fogwill, por ejemplo- me parece que han logrado un espacio de reflexión sumamente interesante. Buenas firmas y textos que dejan con ganas de más.
Este texto tuyo lo leí hoy en la web de Perfil, pero no era el mismo. Los links lo convierten en otro y nos permiten ir hasta donde la memoria no alcanza a llegar. Podemos releer "Las palabras y las cosas", uno de los textos que más recuerdo de esta sección.
Felicitaciones.
maestro, perfil es todo siniestro.qué hace metido ahí? vuelva a alegrar las páginas de Radar que lo perdonamos.
es verdad volve a radar,por favorrrrrrrrrrr
no vuelvas a ningun diario, quedate dando clases que es lo que mejor te sale.
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