Hace tres semanas (¡qué tiempos aquéllos!) escribí sobre lo que entonces me había caído como un balde de agua fría: que mis aportes jubilatorios (todos ellos y sin discriminación alguna) hubieran sido retirados sin mi consentimiento de mi cuenta de capitalización en Nación AFJP por el ANSES.
En contra de lo que los mazorqueros piensan, recibí la noticia con alivio y alegría. Siempre me pareció que un sistema jubilatorio como el que regía en la Argentina era insostenible en un país como el nuestro (que pretende ser civilizado sin conseguirlo nunca): un sistema mixto, ineficiente, inequitativo y, sobre todo, confuso para una ciudadanía cada vez más envilecida y más embrutecida (lo que es responsabilidad de las autoridades educativas y, voto a Fogwill, el Ministerio de Defensa). Respaldo en un ciento por ciento la decisión del Poder Ejecutivo de volver a un sistema único e integrado de jubilaciones (y el consecuente aumento en los haberes de mi madre, lo que aligerará mis contribuciones a su presupuesto). Dejo las cuestiones técnicas para que las resuelvan quienes entienden en el tema.
Por supuesto, mi caso dejaba de ser lo que era y pasaba a ser un ejemplo (a la vez particular y universal) de una zozobra generalizada. No es esto lo que me importa, sino la suerte de Mr. Black, mi lector, mi ángel de la guarda, que iba a quedarse, de pronto, sin trabajo (el amor es así).
El Poder Ejecutivo tiene problemas de discurso. Es totalmente incapaz de presentar con eficacia y claridad cualquier medida que sus asesores extranjeros le recomiendan (lo que comprobamos durante los agotadores meses de la guerra contra el campo). Ahora sucedió lo mismo: en lugar de explicar con tranquilidad que el sistema mixto no funciona y que el año que viene habrá que pagar con no se sabe qué dineros vencimientos de la deuda externa, lanzan números, resentimientos, cuadros comparativos, acusaciones de ¡ladri! (que les son devueltas con creces) y todas las estampitas indigestas del progresismo peronista del setenta. ¡Qué fijación malsana con las causas perdidas siendo, como son, gobierno! Llamen a Mr. Black. Yo, lo recomiendo.
5 comentarios:
"estampitas indigestas del progresismo peronista del setenta"
¿Indigestas por setentistas?
El sintagma es fabuloso, perfecto pero ¿por setentistas son indigestas o también por peronistas?
Porque creo que la sociedad se confunde mucho y mezcla y al final no sabe si quedó algo del pasado para reivindicar.
Nosotros que somos del 59 (sorry el deschave, por ahi vos sos más joven) lo tenemos más claro. Pero mi madre de 76 años y el pibe de 18 que entra al CBC mezcla mal, ayudado sobre todo por el mal discurso o mejor: por la pobreza franciscana que en materia discursiva (como vos bien señalás) tiene la clase política y por los olvidos y /u omisiones que el poder plasma en los libros de historia.
Yo sé que no te importan los isultos anónimos que te dicen gorilón u otras injurias, pero lo señalo porque sos crítico no acomodaticio u oportunista y hoy por hoy ser crítico es ser golpista. Digo, caa vez es mayor el porcentaje de confusos y eso, lo sabemos bien, lleva agua a un sólo molino.
Hola Daniel. Acabo de ver en un blog peruano una reseña sobre La mafia rusa
www.luzdelimbo.blogspot.com
Saludos desde Chile.
Carlo
Señor Vínculo: Que usted se acuerde de mí es tan poco probable como que las promotoras de Fernet 1882 mantengan conversaciones pélvicas con señores con problema de obesidad.
Intentaré, seguramente en vano, refrescarle la memoria.
Relaciono su persona con uno de los poquísimos gratos momentos de la feria del libro de Córdoba. Mis jefes me habían encomendado la venta de su libro "La Mafia Rusa" en el Cabildo y usted, escritor publicado, se acercó y me dijo: "Intuyo que sos un representante de Emecé. Yo soy Daniel Link" y me estrechó la mano. "No" dije "Soy un pobre empleado de una librería" dije sin dejar de sentirme halagado que alguien me confunda con un ejecutivo que aplasta cabezas y se acuesta con topo models. Se lo digo porque Saccomano ni siquiera se acercó (Nunca jamás leeré un libro o una historieta de él).
PD: No entiendo nada de las AFJP o las THX 1138.
Futuro lector de "La Mafia Rusa", Lalín.
Budú Chirle
"Armando Budú invoca espíritus y apela al manual de magia cada vez que debe enfrentar cámaras y micrófonos. Sus argumentos defensivos del proyecto de ley que pretende hacer desaparecer las AFJP tienen la solidez de la espuma. El muchacho está nervioso y parece no tener el cuero necesario para hacer de mayordomo de Néstor. Al ministro de trabajo, Carlos Tomada, no le sale mejor, por cierto. Ambos funcionarios presentan como un dato menor que puede ser relativizado que el 80% de la gente haya optado por el régimen de capitalización; afirman que las cuentas individuales de cada aportante son confiscadas para ayudar a los ahorristas; prometen a los empleados de las AFJP puestos en el Estado que los trabajadores rechazan y sostienen con cara y voz de escándalo que el sistema privado de retiro ha perdido dinero, como si el desempeño de Argentina fuese igual al de Suecia y Noruega combinados."
Daniel: a propósito de los vencimientos del año próximo de la deuda externa, te recomiendo leas la nota de ayer de La Nación de "tu amigo" Roberto Cachanosky (je!).
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