Por Daniel Link para Perfil
Revisando, de nuevo, mis temas de intervención (como para darle, a cada uno, una última oportunidad), encuentro que las relaciones entre cultura audiovisual y cultura digital es una de mis obsesiones más antiguas. Mis primer artículo sobre el tema está fechado en 2002 (“La obra de arte en la época de su reproductibilidad digital”), luego multiplicado en conferencias, papers y columnas de opinión en los que siempre sostuve la misma perspectiva sobre la miseria de la sociedad del espectáculo en contra de la generosidad de las ciberculturas.
Más allá de esas precisiones más morales que éticas, entreví el campo de batalla que se avecinaba por el “control” del universo simbólico y los bienes culturales, que en las últimas semanas ha dado prueba cabal de la violencia que lo constituye: el FBI interviene para cerrar sitios de Internet como si se tratara de cuevas de terroristas iraníes o de narcotraficantes que venden heroína en las escuelas. La red Anonymus contesta poniendo en línea todo el catálogo discográfico de Sony (como si a alguien le interesara escucharlo, pero eso es otro tema), bloqueando sitios de corporaciones abominables (CAPIF es uno de ellos) y otras acciones que demuestran la imposibilidad de cualquier control, en tiempos en que todo circula entre pares, vía torrent.
Siempre usé poco el sitio Megaupload, la primera víctima famosa de la polícia del discurso, de modo que su bloqueo (¿definitivo, temporario?) no me preocupa demasiado, más allá de lo que representa (la paranoia en acción, las fantasías de exterminio).
Sigo incrementando mi catálogo audiovisual y mi biblioteca digital crece exponencialmente (quienes me desafían a que ponga a disposición de todos y cualquiera mis escritos no se dan cuenta de que eso viene sucediendo desde 2002, precisamente, y de que, si ellos supieran buscar, encontrarían mis libros publicados en varias direcciones).
Acaricio el sueño de fundar una biblioteca pública, que permitirá retirar en calidad de préstamo mis archivos digitales. Bájense el archivo, lean el texto, devuélvanlo (como en cualquier biblioteca pública). Veremos si me meten preso por algo semejante.
9 comentarios:
Lástima que la propuesta esté en esa frontera ambigua de la ironía o del hastío (debe ser el paso de los años). ¡Me gustaría verte llevando adelante algo como eso! Yo también fantaseo con cosas así, aunque no tan sofisticadas. Me pregunto qué pasaría si se convocara para hacer un gran acopio de producciones culturales sobre las masacres e intervenciones norteamericanas con el fin de discutir, de molestar, de hacerlo presente. Me gusta lo que está publicando Gelman últimamente. Conocí algunos pilotos de la fuerza aérea y ellos creen que no son queridos en latinoamérica por culpa de Chavez! En fin, algo pasa que no nos movilizamos. Vos dirás, que lo sabés todo... Cariños
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=)
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¿qué significa "devolver" el archivo digital?
algo de informaciòn relacionada:
http://orsai.bitacoras.com/2012/01/si-fuera-cocaina-seria-mas-facil.php
es cierto. yo no sé buscar. me pasas la dire de tu primer libro por favor daniel? mi mail es erikohut@gmail.com
gracias!
Acá dejamos "El Juego de los Cautos"
Otros no encontramos dando vueltas por ahí.
A quién se lo tienen que devolver?
Yo cada tanto bajo libros o discos de musica pero sobre todo miro mucha serie streameandola en cuevana, series yonkis, etc. Para mi la compu es la tele. Cuando streameas algo y no lo bajas estas mirando la tele como si estuvieramos 20 años atrás. Yo me compre la compu, pago mi internet y selecciono que mirar en mi 'tele' porque eso deberia ser catalogado de diferente forma que mirar tele en la propia tele?
Qué bueno sería una Amorateca. Donde uno pueda ir a retirar algún amor para vivirlo un rato y luego devolverlo.
Ahora que lo pienso, existe. Se llama sauna.
gracias Partido Pirata!
Danie te recomiendo que veas "No más zzzzs", obra que ridiculiza, por si hace falta, al copyright. Te mando un abrazo grande!
http://nomaszzzzs.blogspot.com.ar/
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