lunes, 14 de octubre de 2013

Por siempre Cate

Estando de viaje, Personal me corta el servicio por exceso de consumo. Me pasé en ochenta pesos, me dicen, cuando llamo para reclamar y aumentar mi límite.
La culpa es de mi amiga Cate, que cada tanto me llama vía skype y me tiene horas preguntándome cosas sobre su trabajo.
El asunto, ahora, era ver si llego a la premiere sanfranciscana de su última película, Blue Jasmine



Llego el 23, le digo. Se queja, hace morisquetas (me hubieras invitado a la premiere de Londres, le digo). "Te va a encantar" ("You will love it", refiriéndose a su trabajo, no a la película en sí).
"¡Te repetiste!", le grito, señalándola y ella estalla en carcajadas. Sabe que adoré su Blanche Dubois cuando la vi en Brooklyn, hace años. Lo hice por vos, me dice.
Lo hiciste por vaga, le digo. Y así.
Desde que mudó a Sidney ya no hablamos tanto como antes y, sobre todo, no nos encontramos por ahí. Pero por fortuna, desde nuestras últimas discusiones ha vuelto a hacer las cosas que me interesan verle hacer.

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