Qué penosos nos resultan los programas sobre la fealdad y la belleza consideradas como pasos consecutivos y triunfos de la voluntad. Qué tentados estamos a considerarlos un signo de la decadencia de los tiempos. Y sin embargo...
Hacia fines de la década del '20, el diario Crítica, esa invención periodística de Natalio Botana cuya primera edición había aparecido en septiembre de 1913, editaba diariamente cinco ediciones (excepcionalmente, una "séptima" de medianoche) y numerosos suplementos y secciones ("La Buena Cocina", "Cultura Física", "Para gordos y flacos", "Moda", "La música, los autores y las obras", el celebérrimo "Suplemento multicolor de los sábados" que funcionó como trampolín para Jorge Borges, y el "Suplemento infantil a todo color").
Como sus competidores, Crítica editaba también colecciones de libros a precios populares ("Biblioteca Crítica") y organizaba para sus lectores espectáculos públicos, ciclos de cine barriales y concursos de todo tipo. Uno de ellos fue, cuenta Álvaro Abós, un "certamen de mujeres feas, a cuyas ganadoras se les regalaba un tratamiento de belleza".
Así como de la técnica quirúrgica no puede decirse que haya "avanzado" sino que se puso a la altura de las demandas que desde el comienzo del siglo pasado se le hicieron, tampoco podría sostenerse la irreversible "decadencia" de nuestra cultura sino su perfeccionamiento y su universalización. Monstruos, hoy, somos todos (y a cada cual, su chance).
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
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