Sí, los diarios dicen "desbaratan una red internacional de pedofilia". Lo que no dicen es que uno de los domicilios allanados fue el de Anselmo, el administrador financiero del Chez Freire. Hemos estado todo el día de hoy presentando recursos que demostraran la inocencia del allanado. Esta mañana temprano el sujeto de marras dormía con su novia (que si bien es once años menor que él hace tiempo que no es "niña") cuando la policía se presentó en su domicilio para llevarlo preso. Le revisaron la computadora entera y todos los cajones y alacenas de la casa en busca de pornografía infantil (que naturalmente no encontraron, porque Anselmo consume sólo la "regular", la "normal", según me dice su hermano). Lo que sí hicieron fue copiar la libreta de direcciones electrónicas para continuar con las pesquisas, lo que significa que tarde o temprano llegarán a este blog (¿se acuerdan de Brecht?).
"Anselmo se come el pebete", le gritan por la calle. "Qué rico niño envuelto para Anselmo", le dicen sus amigos en el contestador telefónico. ¿Hay derecho a mancillar el honor de un joven argentino de ese modo? ¿Y de dónde provino tal denuncia? Lo sospechamos: fue Rubén, el despechado capataz de los ex-Rubenes, que al haber perdido su tropa de aprendices de albañilería y verla transformada en la primera cohorte de travestis del Chez Freire (bajo mi órbita pedagógica) pretende hacernos todo el daño posible. No lo conseguirá por mucho que lo intente. Tenemos influencias.
Las tres gracias
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hay...
Hace 2 semanas.
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