lunes, 7 de enero de 2008

Anoche...

... mientras preparaba el asado, se levantó viento del sudeste. Al rato, empezó a llover (bastante). Cerramos la galería. Esta mañana, antes de abrir la pileta, tuvimos que sacar el agua del cobertor (con el motor del limpiafondo). Se disculpará que no escriba, en estos días, ensayos experimentales y que apenas alimente el blog (hay teléfono, en el campo, intermitentemente, de modo que conectarse es toda una aventura, y además hay que hacerlo por dial up, etc).
Hoy volvimos a la ciudad a despedir a un amigo que se va al Líbano. Mañana, después de algunos trámites y un almuerzo con otra amiga, que vino de México, volveremos a terminar con el proyecto del mes: el estudio que, en el campo, me permitirá encerrarme a escribir.
Tommy: no soy el único que trabajo, pero mientras yo hago lo que cuento, los demás tienen sus otras tareas. Vivir en el campo, oh utopía: si fuéramos terratenientes, tal vez sería más fácil (y más asqueroso).
Rafael: se dice el pecado, pero no el pecador. De todos modos, no es para tomarse tan en serio un comentario que sólo participa del registro de la maledicencia.
¡Qué calor!

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Seguí alimentando el blog con estos relatos preciosos: siempre soñé con vivir en una casa con jardín, gallinas, perros, gatos, huerta y una cabra que de leche y manteca.
Pero a veinte cuadras del congreso, no más.
Soy romántica pero citadina.
Un problemita que veré cómo resolver más adelante, cuando mis arcas y el planeamiento urbano lo permitan.
Mientras, te leo y pido fotos de esta vacación tan linda.

Anónimo dijo...

Y en la transición entre estos relatos agrestes y los ensayos experimentales, deberá haber un posteo sobre el inminente mea culpa que el sumo pontifice prometió para estos días por tener en el club tanto pederasta.
(Dice que el mea culpa por los nazis, la propagación del sida y otras tonteras vendrán más adelante, que lo banquemos un toque)
No quisiera que Ratzi se expida y te lo pierdas, en el medio de tu burbuja campestre.
Bueno, de ser así, las niñas del maíz te informarán, ellas sí están atentas a la actualidad.

F. dijo...

Bueno, pero hay pileta.

ana coluto dijo...

Link, lo suyo ya se parece a Viaje a las estrellas; más precisamente al cuaderno de bitácora del capitán James Tiberius Kirk. Siga la saga, por favor. Espero que en próximas entregas nos cronique encuentro con ser de otro planeta. Saludos. Ana.

liberto dijo...

Daniel: es muy lindo leer tus días en el campo (escuchando MASSACRE en su último disco, "el Mamut"). Dan ganas de estar allá ... o en algún lugar parecido.
Te envidio por muchas razones (aunque un vecino de otro tiempo, y otro barrio, me dijo una vez "nunca envidies el plato de comida ajeno, porque no sabés cuánto le costó ni cómo le está cayendo") pero especialmente por: tus ganas de escribir, tu voluntad para hacerlo y la lucidez y la belleza del resultado.
Desde el infierno urbano, te saludo afectuosamente y te deseo un buen año.

Anónimo dijo...

¡Ojo con el chupacabras, que es muy traicionero! (Versión campestre de una advertencia costera!

Emma Funes dijo...

Ah!! mi baqueano, escribirás entonces con el fantasma de Menard revoloteando las brasas un nuevo ?Menosprecio de Corte y alabanza de Aldea'...lo inutyo idéntico y distinto...feliz estada , Carpe Diem!!!!

girlontape dijo...

otro dicho campestre, italiano: moglie e buoi dei paesi tuoi = la mujer y las vacas, que sean de tu país
o sea q x más q uno viaje, las cosas que cuentan estan en casa
dicho cuya sabiduría nunca apliqué en mi vida de nómade

La campeona de nado dijo...

Hola Daniel!, el otro día vi en el blog de Cecilia un "Clarita!", tuyo, (Clarita tiene 30 años ya). Ahora leyendo este post del campo me acordé de "la quinta de los Link", del helado de crema con frambuesas, de la hamaca del árbol, del viaje en auto hasta el almacén,leer la palabra pileta en tu post me puso muy nostálgica.

Feliz año, beso.

Anónimo dijo...

Por mí (quién soy, igual?), no escribas ensayos experimentales. Me gustan mucho más los relatos inteligentes sin que se exhiba ni se pretenda la más mínima inteligencia. Como este. Guau. Qué lindo.