jueves, 17 de julio de 2008

Se dispersan el día y la batalla

La derrota en su versión más increíble

Por Martín Rodríguez Yebra para La Nación


Nunca un gobierno constitucional derrochó tanto poder en tan poco tiempo. Es cierto que Cristina Kirchner arrastra los costos de una reelección edulcorada, pero ni en sus peores pesadillas podía imaginar quedarse sin mayorías seguras en las dos cámaras. O encontrarse con que el peronismo que se empeñó en encolumnar Néstor, su esposo, se ve doblegado en la calle por las movilizaciones de sectores económicos, sociales y políticos que se le oponen. Y con que la concertación plural se esfumaría antes de existir.
La dinámica de lo inimaginable apenas empieza ahí. ¿Quién podría creer -no ya en la Argentina; en el mundo- que un grupo político se juegue a todo o nada para defender medidas de un ministro al que ya echó por considerarlo responsable de haberlas tomado? ¿O que Saadi pudiera haber sido el defensor mesiánico del plan kirchnerista de "redistribución de la riqueza"?

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