



Incluso en Plaza Italia:

Como los Alpes en el Lago di Como, los Andes se mezclan eclécticamente con las palmeras que adoran los decoradores de Malls en el mundo entero:

Lo segundo son las gaviotas del Mapocho: no sólo el río que atraviesa la ciudad (o mejor dicho, a cuyas márgenes la ciudad ha crecido), sino sobre todo esas gaviotas que parecen haber perdido la noción de costa y se aventuran tierra adentro en contra de la corriente:


Lo tercero son los colores de una ciudad que no se resigna a ser piedra y nada más. Ésas son las cosas que me asaltan cuando pienso en Santiago.




4 comentarios:
me gustan esas fotos , pero son de puto
chaum cara de pene
mein god!!! si te gustan las fotos miralas y callate!!!
lo de los decoradores de malls: jajaja tal cual!
y me gustó mucho "que no se resigna a ser piedra y nada más"
las fotos no son de puto, la mirada que se posa sobre ellas sí.
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