domingo, 16 de agosto de 2009

¿Existe lo literario?

por Damián Tabarovsky para Perfil

(...) Una de las fórmulas más repetidas supone que en las series de televisión de los últimos años (Lost, Dr. House, Los Soprano, etc.) habría algo del orden de lo literario, es decir, un tipo de ficción radical, de escritura crítica, innovadora.
Concebir de ese modo a esas series conlleva, al menos, dos equívocos. Uno, menor, es un cierto desconocimiento de la historia de la televisión norteamericana: no hay en esos productos una complejidad narrativa mayor que la de otras series –como muchas de los 90, e incluso anteriores como Twin Peaks– y en cambio lo que hay, en especial en Lost, son elementos decorativos, ornamentales (como ponerles a los personajes nombres de filósofos, o incorporar citas fácilmente reconocibles) pero que no tocan nada sustancial. Pero el equívoco mayor reside en la valoración de los guiones. Es evidente que el éxito de esas series, como de las dos grandes sitcom de los 90 (Seinfeld y Mad about you) son sus extraordinarios guiones. Los guiones de las series de televisión norteamericanas de las últimas dos décadas son impecables, perfectos, de una eficiencia total, un incomparable mecanismo de relojería. De eso no cabe duda y por eso nos gusta tanto verlas.
Pero ocurre que si a algo se opone lo literario, es a todo eso. Si lo político supone un fundar fallido, incompleto, vacilante, pues lo literario también: del lado de lo literario (que necesariamente debe incluir a la más aguda tradición de la novela actual, pero que va más allá de los libros) hay una búsqueda no por lograr un mecanismo de relojería, sino al revés: por desmontar sus piezas. Por hacer tartamudear a la sintaxis, por cuestionar la idea de eficiencia como valor central, por pensar lo formal bajo la idea de lo informe, lo deforme: la parte del sentido que nunca se deja atrapar.

El texto completo puede leerse acá.


1 comentario:

Anónimo dijo...

para que mierda escribe Taradosky?