sábado, 30 de enero de 2010

Auto-cine

Anoche, instalamos a cielo abierto nuestro cine de campaña para ver Sherlock Holmes, esa película malograda por donde se la mire.
Al terminar, mi hija, su novio, S. y yo, que había aprovechado los muchos momentos muertos de una película nacida ya sin vida para controlar la parrilla, nos quejamos de las actuaciones, la ridiculez del guión, la puerilidad del planteo, en fin, todo. Pregunté cuánto estaba, hoy por hoy, costando la entrada de cine. "¿Qué, nos vas a cobrar la entrada?", dijo mi hija. "Todo lo contrario, lo preguntaba para calcular cuánto nos habíamos ahorrado. Si hubiera tenido que ir al cine y pagar para ver esta versión irreconocible de un gran personaje creado por un gran escritor, ya estaría matándome".

5 comentarios:

laura dijo...

¿Qué es un cine de campaña?

Eu dijo...

Cualquier película tan ridícula y asombrosamente aburrida como ésa (a la otra mejor ni la nombramos), puede hasta casi disfrutarse en un cinema tan bien logrado con aroma a bosque, familia, verano, y molleja asándose a lo lejos. Auto-cine de lujo.

Fernando Glionna dijo...

Me bastó enterarme de que Holmes no estaría ataviado con el correspondiente sombrero de cazador de montaña, para que declinara el convite de asistir al cinematógrafo (pero casi entro como un mionca, eh?)

PUPITA LA MOCUDA dijo...

Los avances no me convencieron mucho pero aunque sea quería verla por la victorian atmosphere... Aunque sea eso a lo mejor vale la pena. No sé.

Lionel H. dijo...

Creo que importa cómo se la mire.
Yo la miré como una película pochoclera, con acción y humor, y la disfruté mucho.
Hay que ver si realmente se podría llevar adelante otro tipo de adaptación de ese personaje. Tiendo a creer que no.