sábado, 10 de septiembre de 2011

Casi Ángeles

Por Daniel Link para Perfil


Organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación Argentina, entre el 15 y 17 de septiembre de 2011 se desarrollará en Mar del Plata el IV Congreso Iberoamericano de Cultura (“Cultura, Política y Participación Popular”).

Entre los invitados a ese encuentro de burócratas y lobbystas se encuentra la Sra. Ángeles González-Sinde (1965), responsable del Ministerio de Cultura del Reino de España, quien con su Ley Antidescargas se ganó en breve lapso la animadversión del mundo: ya se colectan firmas de repudio a su presencia en suelo patrio y se organiza el Primer Contra Congreso Cultural “en defensa de la cultura libre, el derecho a compartir y en rechazo de las leyes opresivas propuestas por González-Sinde” (1).

La presencia de la odiosa funcionaria en La Feliz no es casual. Viene invitada por el Sr. Jorge Coscia, gran entusiasta del regresivo Canon Digital. En nuestro país, el proyecto de ley fue impulsado por el Sr. Miguel Ángel Pichetto y el Sr. Daniel Filmus (en ejercicio de sus privilegios senatoriales), cuyo tratamiento se suspendió el pasado 29 de junio hasta después de las elecciones, habida cuenta de la manifiesta oposición que generó entre la comunidad de cibernautas, en coincidencia con ciertos inoportunos escándalos de corrupción que, en el Reino de España, determinaron la prisión preventiva para toda la cúpula de la Sociedad Española de Autores y Editores (Eduardo Teddy Bautista y otros traficantes), que enfrenta cargos penados con hasta diez años de prisión.

Los mismos senadores ya aprobaron en comisión el Proyecto de Ley que, entre otras cosas, crea el Instituto Nacional de Música, una de cuyas funciones es subsidiar (“vales de producción”) a músicos sin acceso a los circuitos industriales y, otra (art. 4-v), “elaborar políticas tendientes a erradicar las reproducciones ilícitas de fonogramas y/o videogramas y las comunicaciones digitales clandestinas o no autorizadas”.

Los efectos ya señalados de ese proyecto de ley: se socializan los costos de producción musical y se privatiza el resultado de esos procesos, al mismo tiempo que se habilita a una nueva “institución” (que se suma a SADAIC, CAPIF y otros engendros del ramo) para perseguir a copistas “clandestinos”.

A propósito del tema, el Sr. Filmus (ya famoso por haber firmado como ministro de educación un acuerdo con Microsoft con cláusula de confidencialidad: "Alianza por la Educación", MECyT 122/04) reivindicó la Teoría de los Dos Demonios en declaraciones al Ministerio de Propaganda 6-7-8: “Es tan peligrosa la censura como a veces levantar contenidos culturales que tienen propiedad privada respecto de su autoría”.

Como a mí me inquieta que luego la Sra. Fernández tenga que salir a defender estas políticas tan antipopulares, tan ruines, propongo una solución límpida y final a nuestros inquietos representantes: llamamos "cerebro" a los dispositivos de registro y almacenamiento que portamos desde nuestro nacimiento (podemos memorizar y recitar poemas, cantar canciones, etc.). Apliquemos un canon a la memorización y tasemos cada vida que nace según su capacidad para vulnerar los "derechos de propiedad intelectual" de los "artistas". Si eso no alcanzara: canon al cuaderno Gloria. Niño que copia, va preso.


(1) Enterada del desamor con el que se la esperaba, la ministro decidió suspender su viaje.

5 comentarios:

Eduardo. dijo...

Muy buena nota Daniel.
Si alguien quiere saber algo más sobre el Contra Congreso acá está el site oficial:

http://contracongreso.com.ar/

Si quieren participar , nuestro formulario de contacto:

http://www.partidopirata.com.ar/contacto

Los esperamos!!!

Eduardo

Eric B. dijo...

"si el poeta quiere plata que trabaje"

Anónimo dijo...

La ley del canon fue también presentada por un socialista y los del UCR dieron su "total apoyo". Cuando toca cagar al pueblo, todos se juntan,

leo dijo...

En cualquier momento te comenta cristina para celebrar que tu propuesta "profundiza" el modelo! Buenisima nota daniel

edgardo dijo...

Mientras Coscia esté donde lo han puesto no se puede esperar una polìtica cultural decente.