Por Daniel Link para Perfil
Los comicios electorales son cada vez
menos democráticos y cada vez más autoritarios. Contamos, en este
momento con ciudadanos de tres clases diferentes. Los adultos y los
adultos mayores de 70 años se diferencian porque para los primeros
el voto es obligatorio y para los segundos, no. ¿Por qué? No queda
damasiado claro, pero es como decir que los viejos tienen
dificultades de movilidad. Entonces, votan si quieren. Más lógico
hubiera sido que la obligatoriedad del voto rigiera también para
ellos y, luego, aclarar que no se los sancionará en el caso de que
no cumplieran con ese trámite obligatorio.
A esas dos clases de ciudadanía, que
da por tierra con la universalidad democrática, se suma ahora el
caso de quienes tienen entre 16 y 18 años. Ellos pueden votar, pero
no están obligados, lo que violenta todavía más la pretendida
universalidad del voto. O es igual para todos, o es nada.
Como ciudadano, tengo el derecho a
votar o a no votar, a votar en blanco o a votar de tal modo que mi
voto sea impugnado. Deberé hacerme cargo de las consecuencias de mis
actos, pero es inadmisible que se pretenda condicionarlos mediante
reglamentos oportunistas (la ley es universal o es nada). El sistema
de boleta única electrónica agrega todavía más opacidad a las
reglas del juego democrático.
¿Cómo se vota en blanco? Las nuevas
máquinas de impresión de boletas contemplan esa posibilidad, aunque
si uno no busca el botón, el ojo no lo verá, tan pequeño es en la
pantalla. ¿Cómo se hace para que el voto resulte impugnado? El
asunto es más misterioso y hay foros enteros dedicados al problema.
No es lo mismo un voto nulo que un voto impugnado o un voto recurrido
(¡a mí qué me importa!). ¿Alcanzará con tachar la boleta? ¿Hay
que romper el chip? ¿Es delito romper un chip estatal?
Como ni la Marianella (fuera de
carrera) ni la Frankenstein plantearon nada al respecto, en esta
querella filosófica hay que votar a la Guga.
1 comentario:
Lo más terrible de todo esto es que con la Boleta Única Electrónica (o Voto Electrónico) está en riesgo el secreto del voto y su escrutinio.
Pareciera que lo más importante es que todo sea rápido, poco importa que no sea seguro ni secreto.
Les recomiendo esta nota de Ariel Torres sobre el Voto Electrónico
(http://www.lanacion.com.ar/1809389-algunas-reflexiones-sobre-el-voto-electronico?utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter)
Esta frase es fuerte:
"Oí a muchas personas ponderar lo "rápido y práctico" del sistema. Lo que me llevó a preguntarme qué hemos hecho mal para haber transformado la orgullosa participación democrática en algo tan carente de sentido que queremos despacharlo. Como si fuera un trámite. Creo que debemos reflexionar sobre esto, en especial la clase política."
Saludos.
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