domingo, 11 de junio de 2017

A la maestra, con gratitud

Al maestro con cariño
 
por María Moreno para RadarLibros
 
En La lectura: una vida… (Ampersand), Daniel Link enhebra las etapas del lector con las del niño que aprende, el maestro que inicia, el profesor que transmite, todas figuras de una experiencia múltiple en la que primero se descubren los libros y luego se los dará a leer y se los pondrá a circular. El texto que aquí se reproduce fue escrito especialmente por María Moreno para la presentación de La lectura: una vida… en la reciente Feria del Libro.
 
El autor de La lectura: una vida… no quiere separar en lo que llama una vida, al profesor del maestro, al trabajador del escritor y al escritor del lector; cuenta qué ha leído en lo que ha leído, bajo el legado de lo que leyeron otros y, mientras, da de leer incluso lo que otros leyeron en lo que leyeron. Eso es sostener el voto de la lectura como reanimación de un texto, bajo el llamado del presente.  La lectura: una vida... se escribe con puntos suspensivos indicando tal vez que la vida continua con la lectura o que la vida como lectura establece una prórroga para la muerte, es tan basta la biblioteca del mundo que siempre habrá que mantener con vida el cuerpo para sostener esos puntos suspensivos: un libro más. Pero el lector nunca está solo con el libro. Éste enseña que siempre hay entre los dos, una voz rectora que impide leer de cualquier manera, pero que eso no es una restricción sino un vector de posibilidades para la  perfección de la aventura. La de la señorita Celia, la de María Inés Fernández, la de Beatriz Sarlo, la de Elvira Arnoux, la de Enrique Pezzoni son voces que llegamos a alucinar. 
 
(...)
 
 
 

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