martes, 31 de mayo de 2005

Y se los tragó la selva

"Seis muertos al pelearse con machetes y hachas en una fiesta. Creen que la tragedia se desató por cuestiones amorosas con protagonistas ebrios". (La Nación)

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Celita, pecado mío, alma mía... (otro que va a terminar preso)

Visitas ilustres

1 mayo00:13Annandale on Hudson, Estados Unidos (bard.edu)
3 mayo16:17Diputación de Sevilla, Sevilla, España
3 mayo17:03Tulane University, New Orleans, Estados Unidos
4 mayo00:05Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, Argentina
4 mayo01:12University of Notre Dame, Notre Dame, Estados Unidos
4 mayo15:18Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, México
4 mayo15:51Colorado State University, Fort Collins, Estados Unidos
4 mayo15:57Stanford University, Estados Unidos
4 mayo16:26Universidad Michoacana, México
4 mayo20:54Brasil (puc-rio.br)
5 mayo16:33New York University, New York, Estados Unidos
5 mayo19:54Universidad Centroamericana, El Salvador
6 mayo13:59Secretaría Ciencia Tecnología, Argentina
9 mayo10:47Universitat de Barcelona, Barcelona, España
9 mayo17:45Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile
9 mayo22:46Patriot Media And Communications, Estados Unidos
10 mayo12:46Universidad Nacional de Rosario, Rosario, Argentina
10 mayo14:51London School of Economics and Political Science, London, Reino Unido
10 mayo15:12University of California, San Diego, Estados Unidos
14 mayo01:57Stanford University, Estados Unidos
14 mayo14:58Universidad Francisco Marroquin, Guatemala
16 mayo14:32Universidad Pontificia Comillas de Madrid, Madrid, España
16 mayo17:32Orange County Dep. Education, Estados Unidos
18 mayo09:49Banca del Gottardo, Lugano, Suiza
19 mayo13:22Universidad de Zaragoza, Zaragoza, España
19 mayo16:10Secretaría de Educación Pública, México
25 mayo12:33Universidad Autonoma de Querétaro, México
25 mayo15:14Universidade do Minho, Portugal
26 mayo12:57Univ. Autonoma Nuevo León, México
27 mayo12:06Universidad Valle Guatemala, Guatemala
27 mayo14:03Tecnológico de Monterrey, México
31 mayo14:36Universidad de Cantabria, Santander, España

lunes, 30 de mayo de 2005

Clonación

Aunque no estamos tan mal de la cabeza, Tita Merello se lo merecería.


La alegría es solo brasileña

DIVERSIDADE SEXUAL

Segundo a polícia, o evento teve 1,8 milhão de pessoas; militantes falavam em 2,5 milhões e celebravam recorde

Parada Gay tem ampla presença feminina
André Porto/Folha Imagem
Bandeira do movimento GLBT estendida sobre a avenida, logo após o início da Parada Gay, ontem à tarde; público foi de 1,8 mi

Más en la Folha (en los diarios argentinos, ni recuadro)*.

*Habido comentario, corrección y disculpas: en los diarios porteños.

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¿Un consorcio o un cartel?

domingo, 29 de mayo de 2005

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¡Cuánta homofobia!

Libros recibidos

Nos falta una teoría de la voz, una lingüística del habla. ¿Hay un sonido, un timbre de voz, una cadencia propia de los años setenta? Recuerdo los textos de Osvaldo Lamborghini leídos por el propio autor, grabados en Pringles, en la casa de Arturo Carrera. "Eso, se llama bestialismo", decía Lamborghini con voz arrastra-da, leve-ménte acrió-llada.
Escuchar a poetas leyendo sus textos es siempre una revelación porque nos han acostumbrado a pensar que la poesía reina en un universo autónomo que no tiene nada que ver con las cosas de este mundo. Cuando el poema adopta patrones regulares de versificación tal vez esa ficción se sostenga. Pero no es el caso de la poesía contemporánea (la que consideramos "contemporánea": de la década del sesenta en adelante). El ritmo del verso libre y el verso blanco se sostienen mejor en la voz de quienes los han puesto en el papel y así entre el cuerpo y el texto del poeta se crea una rara unidad imposible de fragmentar sin violencia. Concebirla como una cosa autónoma es violentar la poesía.
Visor libros ha editado Los poemas de Sidney West (1969) de Juan Gelman (Madrid, 2005, 74 págs. y un cd, ISBN 84.7522.897.6) como volumen 5 de la serie De viva voz. El libro tiene formato de cd porque, en efecto, contiene un cd gracias al cual podemos escuchar a Gelman leer sus propios poemas (16 "lamentos").
Una voz de la que no es posible ignorar el tabaco y los alcoholes y (porque en esas cosas debe de haber algun trazo de verdad) las vueltas de la historia. No es que Gelman cante sus poemas, ni que su voz evoque el canto. Tampoco es que le agregue un ritmo exterior al texto mismo sino que señala, muestra hasta qué punto el ritmo del poema estuvo desde siempre en otra parte: en la garganta del poeta y en su propio cuerpo, marcado a su vez por los ritmos y los tonos de las eras.
También
acrió-llada y leve-ménte arrastra-da, la voz de Gelman nos llega desde el fondo de nuestra historia y dice: "de sus fa-langes--án-geles--con mudos--salían-con la boca-tapa-da". Y se pregunta "en qué consis-te--el juego de la--muerte".
¿Quién puede escuchar poemas leídos en alta voz? Solo aquéllos que aceptan ligar la poesía a un ritual colectivo. Por eso, y para eso, existen los ciclos en los que los poetas leen sus textos. Esas voces que atravesaron y atraviesan el espacio quedan allí, flotando en el aire, a la espera de una escucha futura. Hace falta una paciencia infinita para rescatar de ese limbo las voces mayores de la poesía (¿por qué no todas, ahora que existen los soportes digitales?): así, las futuras generaciones podrán participar de rituales pretéritos, pero no por eso vacíos de sentido. En el tintineo de las vocales, en el rodar de piedras de las consonantes dobles el mundo descansa de sus horrí--so-nas labo--res.

sábado, 28 de mayo de 2005

Instituto de calificación

Ya tenemos empresa regional*.

*Advertencia: es más adictivo que el tetris**.

**Y más triste, porque involucra personas.

Agambeniana

Después de presentarse en Brasil (San Pablo, Río de Janeiro, Florianópolis), Giorgio Agamben llegará a Buenos Aires a principios de octubre. Dará una conferencia en el Rojas, otra en el Malba y una tercera, probablemente, en La Plata.

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Ahora se entiende por qué a los novios y maridos no les queda más remedio que caer en los brazos de otros hombres...

viernes, 27 de mayo de 2005

La "madre patria"



Billiken
, 1948

¿Qué es un blog?

Por Harold Braswell La palabra "blog" fue incorporada al dictionario Webster's en el año 2003 con la siguiente definición: "Un diario personal y cronológico de pensamientos publicados en una página de internet". Un año más tarde, esta definición llegó a ser "la más buscada del 2004".
Esta explosión de popularidad se debe a varios factores, el primero de los cuales es la ambigüedad misma de la forma blog (presente en la definición), su carácter inherentemente abierta y inclusiva. Un blog no tiene que ser más que un diario personal. La forma no requiere ningún conocimiento previo, ni títulos profesionales y, gracias a servicios como blogger.com, la tecnología necesaria está al alcance de todos.
Sin embargo, los blogs más interesantes y, con frecuencia, los más populares, son los llamados "blogs de opinión". Aunque éstos casi siempre contienen elementos personales (una característica del medio es que desdibuja la barrera entre lo privado y lo político), su primera atracción son las opiniones que el blogger tiene acerca de tal o cual asunto, generalmente relacionado con la política. Muchas veces, el blogger es un pensador conocido cuya legitimidad como blogger depende de su reconocimiento anterior. Pero también el blog ha sido un lugar donde las nuevas estrellas de la opinión pueden salir, enfrentar y hasta ganar a los expertos, usando el medio como una entrada a un mundo de opinión que antes los habían excluido no por la invalidez de sus pensamientos, sino por su falta de contactos profesionales.
El blog es una forma naturalmente más libre que el periódico o la revista tradicional. El blogger puede trabajar sin editores y sin miedo de que sus opiniones sean censurados por los jefes de la publicación. Claro que, a cambio, muchas veces trabajan sin ganar plata. Pero eso también va cambiando y, en EEUU, los bloggers de opinión más reconocidos viven de sus blog, ganando dinero tanto de los espacio de propaganda que venden, como de las donaciones que reciben de sus leales lectores.

Los blogs también ejercen influencia sobre los medios masivos. Pueden mantener una noticia en discusión aún cuando los medios quieran abandonarla. También pueden introducir temas de discusión. Y hasta pueden conseguir que los noticieros o funcionarios sean despedidos si violan sus obligaciones con la sociedad. Gracias a su libertad de expresión, su apoyo a la discusión y su carácter fundamentalmente inclusivo, el blog es un medio de comunicación mucho más democrático que los medios tradicionales. Como resultado, logra que la sociedad misma sea más democrática.


Buenos Aires (Seminario de Medios y crítica cultural), 26 de mayo de 2005

Blogolandia

Viaje a China: "Otra cosa que me llamó la atención, fueron los shoppings".

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Société des Amis d'Axieros.

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Albertine disparue.

jueves, 26 de mayo de 2005

Grecia

COMIENZA EL TALLER DE TRAGEDIA DE LA BOUTIQUE DEL LIBRO DE PALERMO VIEJO
Thames 1762/ 48 33 66 37/ boutiquepv@fibertel.com.ar
Jueves 19 de Mayo, 20 hs.

Programa

Pasión, Razón y Mito en la Tragedia Griega. por Leonor Silvestri. elcirculodemesala@yahoo.com.ar

Este curso pretende ofrecer un acercamiento crítico moderno a la tragedia clásica griega que priorice la lectura de los textos sin despreciar el enfoque socio-histórico necesario para no caer en interpretaciones erróneas y anacrónicas. ¿Pero, cuál es la actualidad de la tragedia? Como medio creativo la tragedia griega clásica ha tenido una influencia extraordinaria sobre la cultura Occidental que conocemos y de la cual formamos parte. Su tema principal acerca de la identidad del Hombre (varones y mujeres) tiene en culturas como la nuestra una trascendencia inimaginable. Para eso trabajaremos especialmente sobre los siguientes ejes:

El teatro y la ciudad de Atenas. La tragedia como institución de la vida civil de Atenas del siglo V. El teatro como proceso de la vida civil.

El itinerario de textos que proponemos es el siguiente:

-Edipo Rey de Sófocles: Condicionantes históricos de la tragedia. La batalla final: Edipo vs. Freud.

-Medea de Eurípides: Los múltiples significados de la tragedia. La invención de lo femenino: la mujer como asesina serial. Medea en Roma según Séneca.

-Las Bacantes de Eurípides: Mito y Ritual. Dionisio: disfraz, máscara y travestismo.

-Agamenón de Esquilo: La forma de arte de la democracia: la tragedia política. Poder y género o que pasa cuando aceptas que maten a tu hija.

-Ifigenia en Aulis de Eurípides: Cómo representar lo antiguo. Cuando la tragedia es triste.

-Antígona de Sófocles: El derecho natural y El lugar de la mujer: bajo la tierra y sobre las tablas.

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Eso, no se pregunta. "Así se gozó" (gracias Capitan Intriga)

Sobran palabras

"Ibarra dijo que nunca pensó en renunciar. Advirtió sobre la inestabilidad local" (La Nación). En realidad, Ibarra nunca pensó.

Naked

No sé si esto es un video musical o no (porque no tengo audio en mi computadora), pero el muchacho mueve la boca.

miércoles, 25 de mayo de 2005

¡Muy bien! ¡Así se habla!

"Kirchner pide terminar con los piquetes. Dijo que deben 'desistir' de los cortes de calles, porque si no les quitan derechos a 'otros argentinos que también sufren' " (La Nación)

Brandon

BRANDON GAY LEE IV, Volvió (para quedarse)

Domingo 29 de Mayo, 18hs.

en Boquitas Pintadas - EEUU esq. San Jose

¿Quién dijo que la literatura es aburrida? ¿No te cansaste aún de absurdos encuentros literarios sin sentido?

Leen: Laura Arnes // Gabriela Franco (con la artista Daniela Florentino) // Robinson Oberti // Bárbara Belloc // Daniel Link

Feria de independientes, paskines, regalos, música brandon etc.

Proveedora de Brandon Gay Lee: Leonor Silvestri

Correspondencia

Primer Curso en Género y Teoría Queer, del Centro de Estudios Queer de Bs. As.
Av. Rivadavia 3412. Tel./fax: 4867-0260
Psicólog@s, abogad@s, antropólog@s, filósof@s y activistas comparten con nosotr@s de qué se tratan estos conceptos. El género, la salud mental y su perspectiva desde lo queer.
18/05- Introducción al curso, por la Lic. Marcela Loyarte y María Rachid
08/06- Semiótica de la diferencia sexual, por la Lic. Diana Maffía.
Diana Maffía. Doctora en Filosofía (UBA), docente e investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (UBA) donde dirige con Dora Barrancos el proyecto: "De la gestación de la ciudadanía a la ampliación de derechos. Política, legislación e intervenciones en torno a las mujeres y otros sujetos subalternos". De 1998 a 2003 fue Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires en el área de Derechos Humanos y Equidad de Género. En la actualidad es directora académica del Instituto Hannah Arendt. Publicó los libros Capacitación política para mujeres. Género y cambio social en la Argentina actual en colaboración con Clara Kuschnir (Feminaria Editora), Sexualidades migrantes.Género y transgénero (Feminaria Editora) y Búsquedas de sentido para una nueva política en colaboración con Elisa Carrió (Editorial Paidós).
22/06- Cuentos de hadas: El territorio Femenino, por la Lic. Ada Claudia Cerioni.
06/07- Sexualidad y Resistencia, por la Dra. En Filosofía Esther Díaz.
Doctora en Filosofía (UBA);
Directora de la Maestría en Investigación Científica, Universidad Nacional de Lanús; Gestora de proyectos de investigación a nivel nacional e internacional;
y autora de varios libros, los últimos títulos:
La posciencia;
Buenos Aires, una mirada filosófica (en estos días aparece en París la versión francesa);
Posmodernidad,
La filosofía de Michel Foucautl,
Se encuentra en prensa: El himen como obstáculo epistemológico (Relatos Eróticos)
03/08- Historia teórico-política del concepto de género, por la Dra. Paula Viturro. Abogada por la Universidad de Universidad de Buenos Aires, master en Teorías Críticas del derecho y la democracia en Iberoamérica por la Universidad Internacional de Andalucía y doctoranda del Programa de Derechos Humanos y Desarrollo, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, España. Actualmente es docente e investigadora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires; coordinadora del área ?Tecnologías del género? del Centro Cultural Rector Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires, e integrante del Grupo Feminista Ají de Pollo.
17/08- La política de la diferencia queer: gènero y sexualidades en cuestión, por el Lic. Flavio Rapisardi.
31/08- La perspectiva de Género como develador de relaciones de poder en las estructuras psicoterapeuticas, por el Lic. Jorge Garaventa.
14/09- Género, Igualdad, Diferencia y Postcolonialismo, por la Lic. Josefina Fernández.
28/09- La experiencia trans y el Paradigma de la identidad de género y sexo, por la activista Lohana Berkins.
12/10- Ciclos del Devenir, por la Lic. Ada Claudia Cerioni.
26/10- Protocolos médicos y discriminación en los expedientes judiciales, por la Dra. Paula Viturro.
09/11- Eróticas Imposibles (o no tanto...) , Lic. Mauro Cabral.
23/11- Diversidad, desigualdad y conflictos en Argentina, por la Lic. Silvia Delfino.
Todos los miércoles, a las 20 hs. Debates sobre cada taller, cada 15 días.
Arancel: $30 mensuales.
Se entregarán certificados de asistencia y aprobación.
Para inscripciones y más información: 4867-0260, L. a V. de 16 a 20 hs.

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Y yo que me quedo en casa, lavando ropa...


martes, 24 de mayo de 2005

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Homovizion.

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¡Y yo soy de Montserrat!

Ideas para la ciudad

Devolvamos al lobo lo que es del lobo...

Berni en los blogs

Una polémica que se inició acá, pero que siguió acá y acá.

lunes, 23 de mayo de 2005

Fascismo comunicacional

Por algo se empieza...

¡Muy bien! ¡Así se habla!

¡Esto es pensamiento nacional!: "En ese sentido, la Argentina, Uruguay, Brasil, Venezuela, Chile, están tratando de construir ciertas identidades basadas en soberanías nacionales que no sean avasalladas por el imperio global".

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Tanto va el cántaro a la fuente...

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¡Se te va a pasar el arroz!

domingo, 22 de mayo de 2005

Libros recibidos

Aunque carezco de formación filosófica (o tal vez precisamente por eso), soy un lector voraz (y seguramente "silvestre") de filosofía. Y como no me dedico a la enseñanza filosófica (en ninguna de sus subdisciplinas o períodos), puedo leer textos filosóficos según mi antojo o las necesidades que me plantean los textos que estoy leyendo o escribiendo. Siendo, como soy, un lector incompleto de la filosofía, suelo establecer penosas relaciones de identificación con ciertas posiciones que no podría fundamentar por cuenta propia pero que me gusta repetir, "porque lo dice Foucault" (por ejemplo). Como últimamente me he puesto en la obligación de estudiar algunos aspectos relacionados con los dispositivos de normalización sexual (sin esa obligación autoimpuesta, la verdad es que no me habría embarcado nunca en un proyecto semejante, tan árido y tan sembrado de escollos).
La primera categoría que se me ocurrió que debía poner en entredicho era la mismísima noción de "dialéctica", porque es central en relación con la mera posibilidad de un punto de vista en relación con esa problemática. Fue algo del orden de lo concreto lo que me llevaba, una vez más, al registro de lo abstracto (¿y acaso no es eso la dialéctica?). Una vez, me enteré de que existía un colectivo de lesbianas militantes que había adoptado para sí el simpático nombre "Escupimos sobre Hegel", tomado del célebre manifiesto italiano firmado por Carla Lonzi, Sputiamo su Hegel. Yo,
que siempre fui bastante escéptico en lo que a los movimientos feministas y los estudios de género se refieren, reconozco, sin embargo, que he llevado mi iconoclasia hasta el deseo (y no mucho más allá) de andar escupiendo tumbas ajenas. De inmediato quise, yo también, escupir sobre la tumba de Hegel.
Hablamos de mediados de la década del setenta, cuando la revolución parecía estar al alcance de la mano. Una tarde de aquéllas, yo volvía del colegio en un colectivo que atravesaba Munro, en la zona norte del Gran Buenos Aires. La mitad de quienes estábamos en ese colectivo éramos niños de diferentes edades. En la barrera de la estación, un hombre subió al colectivo con un arma en la mano, apuntó a la sien del atónito chofer y le ordenó que pusiera rumbo a Plaza de Mayo, donde estaba por comenzar un acto de oposición o de apoyo al gobierno (ya no me acuerdo). Tampoco me acuerdo cómo conseguimos Cristina Schultz (una compañera de colegio) y yo escapar del secuestro y nunca tuve el coraje suficiente como para inventar una peripecia heroica de ésas en las que mis amigos son maestros.
Era la década del setenta y a mí me empezaba a interesar la concepción hegeliana de la historia. Después, fue la hecatombe, y había que andar con pies de plomo: escupir tumbas ajenas dejó de ser pertinente y más bien nos dedicamos a buscarlas. Me consagré, pues, a las Bellas Letras (¡lo bien que hice!). Tomé algunos cursos privados durante la dictadura (un poco por insatisfacción teórica, otro poco por snobismo), pero era inútil esperar de la generación anterior a la mía (que había quedado, toda ella, en estado de justificado shock emocional, político, intelectual) demasiadas "iluminaciones". Aprender, se aprendía, pero todo sonaba extremadamente abstracto (un momento de negación dialéctica, podrá pensarse: yo creo que era sólo el espanto). Es lo que llamo mi "infancia estructuralista": el formalismo ruso, Greimas, Roland Barthes, Chomsky, Wittgenstein, Lacan, Frege, las traducciones de poesía latina.
Llegada la democracia, la ciencia semiológica me estaba esperando con los brazos abiertos y a ella me arrojé durante un tiempo: retozamos juntos. Paralelamente, me inscribí en seminarios filosóficos: la obra de Adorno, las formaciones ideológicas en Marx (de quien me declaré admirador incondicional, hasta el día de hoy). Si alguna vez recuperaba mi deseo de escupir sobre la tumba de Hegel mejor era que me pusiera a leer a sus herederos. Así lo hice, hasta que llegué a Foucault quien, como todo el mundo sabe, no sólo plantea una ética completa sino además una concepción de la historia. Todo, aderezado con un rechazo visceral hasta lo cómico a la noción de dialéctica. Los hegelianos pusieron el grito en el cielo y acuñaron un insulto: "posmoderno". Con un grupo de colaboradores y amigos nos dedicamos varios años a estudiar la categoría. Un día nos cansamos y decidimos eliminar el vocablo de nuestro repertorio terminológico y empezamos a crear índices de calificación relacionados con la frecuencia con la que la palabra aparece en el discurso de una determinada persona. Moria Casán (vedette, actriz de comedia, animadora de programas televisivos) estaba en primer término (aunque ella no usaba el término como insulto), mientras duraron los escrutinios que, pronto, nos parecieron aburridos.
Como la injuria "posmoderna" se fundamentaba en una determinada concepción de la historia (dialéctica, antes que materialista), había que empezar a pensar todo de nuevo: el cambio histórico, la noción de historicidad, los modos del pensamiento. Bueno, sí, se trataba todavía de la estela de Foucault (Ewe Kosofsky incluida). Pero durante la década del noventa la gente siguió pensando y el fin de siglo nos encontró embarullados con Giorgio Agamben y Pascal Quignard, esas versiones monacales de la filosofía... que me hicieron sentir un niño de nuevo (pero esta vez milenarista: me gustan los filósofos que no sólo rehacen la filosofía sino también la historia).
¿Aburro? Lo siento. Todo este largo rodeo viene a cuento para explicar mi punto de vista en relación con Los límites de la dialéctica (Madrid, Trotta, 2005, 264 págs., ISBN 84.8164.729.2) de José María Ripalda, uno de los siempre codiciados libros que importa Proeme.
Experto en Historia de la Filosofía, Ripalda incluye
en su bibliografía de ocho páginas una sóla referencia a Foucault , dos a Walter Benjamin, una a Deleuze y, en cambio, nueve a Derrida, tres a Gadamer, tres a Oskar Negt y cuatro a Zizek (discúlpensenos la ausencia de diacríticos: es la computación). Aclaro todo esto para que se entienda que abrí el libro de Ripalda con la más profunda aprensión.
Y, sin embargo, es un libro glorioso, porque defiende precisamente aquello que yo mismo habría querido denostar y lo hace con una inteligencia y una elegancia infrecuentes en los estudios especializados de filosofía. El libro se llama Los límites de la dialéctica, y ésa tal vez sea su mayor astucia porque, si bien es cierto que Ripalda examina esos "límites" con autoridad y lucidez, lo cierto es que lo que pretende es salvar a la categoría de la desgracia y la indiferencia en la que ha caído últimamente. Por eso y para eso, consigue demostrar que fue Hegel el primero en sospechar de ese modo de pensamiento: "Hegel mismo recuerda en su época que 'la dialéctica frecuentemente no va más allá de un sistema subjetivo para columpiar de un lado para otro raciocinios carentes de contenido, cuya vaciedad se encubre con el ingenio que requiere ese modo de razonar'. Pero fueron sus herederos, más o menos legítimos, quienes nos han dejado los peores ejemplos de abusos dialécticos" (pág. 14). Es que, como bien advierte Ripalda, "si se toma en serio el rótulo 'dialéctica' como referencia a un silogismo cuyo término medio es histórico, no derivable de generalidad lógica, hace falta algo más que rigor teórico; hace falta, por decirlo brevemente, la sensibilidad perceptiva hacia lo singular. Y un diálogo de singular a singular es lo que más falta a la dialéctica como su límite externo." (pág. 117). No hace falta insistir demasiado: un método que deriva su eficacia de la "sensibilidad perceptiva" carece del rigor al que la dialéctica aspira.
Pero si Ripalda tiene la valentía de señalar, una y otra vez, los límites de la dialéctica, es precisamente para salvarla, para "poder hablar, sin que de salida ya le hayan robado a uno la posibilidad de decir lo no conforme, lo no previsto, lo que corresponde a otra 'opinión pública' posible", eso que "sigue siendo la tarea teórica que corresponde de algún modo a lo que se llamó revolucionario, proletario, Izquierda" (pág. 12).
En el que tal vez sea el mejor capítulo de un libro todo él excelente (no leí el capítulo final, sobre arte, porque me pareció lo menos importante, lo que yo menos necesitaba), "La paradoja del pluralismo y los movimientos sociales", Ripalda concluye señalando que "La utopía es una forma específica de dialéctica, que abre su contenido más allá de sus límites conceptuales" (pág. 177).
Yo no sé qué pensar sobre la posición de Ripalda y lo más probable es que no pueda nunca acordar con él salvo en el reconocimiento de que si hoy hubiera que reescribir el Manifiesto, el fantasma que habría que poner a recorrer Europa es el Terrorismo.
Pero lo cierto es que sus análisis son deslumbrantes, porque ha tenido la precaución de adoptar el "trámite arcaico y riguroso" de la filología: "Aún así, mi relación con una filología carente ya del sentido que tuvo, cuando representó innovación y lucha, tiene ciertos rasgos irrespetuosos; cultivo las técnicas, pero no el género ni el gesto, y escucho a voces que no se suelen oir en ella" (pág. 18).
Para personas que, como yo, carecen de formación filosófica sistemática y una incapacidad casi metafísica para manipular archivos, el libro de José María Ripalda constituye un raro tesoro: una argumentación prolija y elegante, un repertorio de citas, análisis minuciosos, deseos políticos similares a los míos y un desprecio olímpico a la tradición filosófica con la que simpatizo (lo que bloquea toda identificación narcisista).
Ripalda sabe que la lógica de la dialéctica (aplicada a la historia), aún en su específica forma utópica se parece peligrosamente a las promesas "de una vida mejor en el futuro" que sostuvo siempre la Iglesia (pág. 165). Pero le parece atinado recuperar el "optimismo epocal" en el que Marx apoyaba "su fe en la posibilidad de controlar conscientemente la realidad" (pág. 86). Hoy, cuando pareciera que todo está perdido, "el tema de la dialéctica sigue, porque sigue la molesta capacidad de los-que-no-cuentan para constituirse en sujeto político" (pág. 110). Si ésa es nuestra singularidad histórica, no entiendo por qué "dialéctica sería precisamente detener un momento la historia donde hay singularidad, cortar el flujo del pensamiento allí donde su tensión es máxima" (pág. 111). O lo entiendo de un modo diferente a como lo entiende Ripalda: detengamos todo, y volvámonos griegos.

¡Muy bien! ¡Así se habla!

"Tiene que haber un punto de inflexión. Yo no voy a estar de rodillas para permanecer dos meses más en la Casa de Gobierno. Voy a estar junto al pueblo, por encima de las corporaciones. Diremos todas las cosas que tenemos que decir respetando los pilares fundamentales de nuestra sociedad" (La Nación)

sábado, 21 de mayo de 2005

Blogolandia

Dice Piro que murió un filósofo. De derecha, habría que agregar.

Correspondencia

A los lectores y amigos de ramona:

En este momento tan peculiar para ramona,
invitamos muy especialmente a los artistas y al mundo del arte a apoyarla. Parece evidente que los ataques disparatados no se limitan a una revista de arte o a un colectivo o a una fundación. La intención es tornar sospechoso a todo el arte contemporáneo, a los artistas, coleccionistas, amigos, al mismo tiempo que se busca derramar esa sospecha sobre jueces garantistas de indudable reputación
. Será muy bueno vernos en este encuentro...
Entretanto pueden leer y asombrarse por el rol asumido por medios y periodistas de todas las tendencias.

Todas las notas

¡Cinco años!

21 de Mayo | 20.30 | Auditorio Principal de arteBA | entrada libre
Presentación de ramona 50
"Poéticas Contemporáneas Argentinas (50 X 50)"

> Un encuentro informal cara a cara con sus artistas preferidos

Los esperamos ...


viernes, 20 de mayo de 2005

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Sí, tenemos cultura.

Blogolandia

La heterosexualidad como reflejo.

jueves, 19 de mayo de 2005

Guerra de estrellas

Ya estamos pensando en el guión para Episodio VII: La reina malvada (antes de publicarlo, como es obvio, registraremos sus pormenores en todas las oficinas de propiedad intelectual del mundo). A la vista está que Lucas no tiene la menor idea de cómo desarrollar una historia y se merece nuestra colaboración.
Después de ver Episodio III, varias dudas sobreviven: ¿La "jedez" es innata o adquirida? ¿Se puede manipular genéticamente la "jedez" de los individuos, como en este episodio se insinúa? ¿La decadencia política de Amidala (que fue primero reina, después senadora, y en este episodio apenas un ama de casa que recibe en su pisito fashion, dice "¡qué barbaridad!" en el Senado y "me enteré por TN que atacaron el Templo Jedi" en su recámara) es consecuencia de su incapacidad cerebral o es la maternidad lo que la opaca? ¿Si Tripio fue siempre la maricona simpática, Palpatine viene a ser la loca mala y corruptora? ¿Es el complejo de Edipo lo que lleva a la confusión, en primer término, y al lado oscuro, en última instancia? ¿De qué carajo hablan Darth Sidius y la rubia tarada que es Anakin: del "pánico homosexual"? ¿Por qué los malos son malos? ¿Qué es el Mal? ¿Es la arquitectura fascista previa o posterior al Estado fascista? ¿Así va a ser Ewan McGregor cuando realmente envejezca?

(continuará...)

Berni en las calles


"Los problemas del arte están sometidos a los de la vida,
para servir a los hombres y no para separarnos de ellos".

Antonio Berni

por María Victoria Babot En el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), en el Centro Cultural Borges, en galerías de arte, en el Museo Nacional de Bellas Artes, en el Museo Eduardo Sívori. En la mayoría de los templos sagrados del arte argentino, donde descansa el Arte con mayúscula, está presente, con la presencia fuerte e ineludible que supo imponer, Antonio Berni (1905-1981). Y más precisamente en el año y mes del centenario de su nacimiento, allá un 14 de mayo de principios del XX, las celebraciones se multiplican desde diferentes ámbitos y con diferentes intenciones, desde el homenaje desinteresado, pasando por el tributo oficial, hasta el rédito monetario. Así, museos privados, proyectos gubernamentales y comisiones especiales se precipitan en la preparación de charlas, exposiciones, discursos, catálogos, para que el nombre el pintor resuene, se divulgue, venda y se asocie a este año, 2005. No es para menos, ya que Berni se yergue como icono en la historia de la pintura argentina, como se puede comprobar después de la lectura de su itinerario vital y artístico (ver recuadro aparte).
Este marketing del año Berni, hasta el momento, da sus buenos frutos. Desde el ámbito oficial, el verborrágico y generalmente oscuro lenguaje legislativo dejó asentado el 31 de enero a través del decreto 61/2005 que, "(...) considerando que el día 14 de mayo de 2005 se conmemora el centenario del nacimiento del Maestro de la pintura Antonio BERNI [es] un deber concientizar a la población acerca de la importancia que reviste para el país valorizar su cultura y que se encuentre representada a través de creadores excepcionales que contribuyen a definir nuestra identidad. Que seguramente la figura de Antonio BERNI es ejemplar para estas aspiraciones. (...) Declárase al año 2005 como el 'Año de homenaje a Antonio Berni". El Poder Legislativo dispuso además que toda la papelería oficial utilizada en la administración pública llevara impresa la leyenda "2005 'Año de homenaje a Antonio Berni'".
Desde lo oficial, el homenaje fue más allá sin embargo del simple membrete de las hojas administrativas: la Secretaría de Cultura creó la comisión Centenario Berni, encargada de hacer menos abstractas las loas decretadas por el Legislativo. Así, por ejemplo, una de las actividades de la Secretaría fue la creación de un centro virtual con toda la obra del artista, dividida en temas y etapas y una selección bibliográfica, a cargo de Adriana Lauria y Enrique Llambías.
Desde el ámbito privado, la oferta da para todos los gustos y edades: para chicos, para grandes, para intelectuales y no tanto, hasta para las señoras burguesas que bien supo retratar el pintor. Hay Berni para todo público, menos, tal vez, para aquél tan presente en sus célebres "Desocupados" o "Manifestación". Para los chicos -pero claro, no chicos como Juanito Laguna, el Centro Cultural Borges abrió la exposición "Las infancias que vio Berni" con reproducciones de las obras del pintor, talleres y juegos. En el MALBA, paralelamente, se encuentra todavía abierta la muestra "Berni y sus contemporáneos. Correlatos", con curaduría de Adriana Lauria. La exposición, que dio inicio al año Berni, hace dialogar 50 obras del rosarino con 50 trabajos de colegas como Del Prete, Forner, Spilimbergo, Noé y otros 15 artistas contemporáneos a Berni, en un recorrido por movimientos de la pintura argentina desde 1932 hasta fines de los setenta. Al parecer, no sólo la obra "Chacareros"-eje de disputa entre la Legislatura porteña y el Museo Sívori- estuvo ausente en la muestra: entre tanta paquetería se admiraba pulcramente la fuerza realista de los cuadros, pero la verdadera pobreza de los miles de Juanitos y Ramonas quedó bien afuera.
Entre tantos discursos, vernissages, folios oficiales con su nombre, sonrisas para el flash y bocaditos, un homenaje más simple, singular tal vez, se suma a la partida. El escenario es la propia casa de la esquina de Catamarca y España que vio nacer a Berni en Rosario. La casa fue comprada por un dibujante quien, para recordar al pintor, modeló su cabeza en una escultura y la colocó a la entrada del inmueble, a modo de simple recordatorio para que el peatón, al menos, desvíe su atención y piense: "Aquí vivió el gran pintor".
La industria editorial no podía estar ausente de lo que entreve, seguramente, entre tanto homenaje, como un negocio importante: Temas Grupo Editorial publicó el libro Berni, escritos y papeles privados, textos inéditos recopilados por Betina Lipenholtz y editados por Marcelo Pacheco. A $84 cada ejemplar.
Cursos y conferencias en centros culturales y museos, publicaciones, videos documentales sobre su vida y obra completan el panorama de celebraciones del centenario del pintor a lo largo de 2005.
Tanto homenaje hace pensar. No en el talento indiscutido del gran Berni, sin duda uno de los pintores argentinos más importantes del siglo XX. Su gran figura no está en discusión sino más bien el homenaje que, sobre todo desde el ámbito oficial, suena hueco y vacío, dejando fuera la denuncia social tan presente en el conjunto de la obra pictórica del rosarino. Si se piensa que en la Argentina de hoy 15,3 millones de personas viven en hogares pobres y de esos 5, 7 millones en la indigencia, la paleta realista del pintor adquiere toda su fuerza. No ya en las hojas membretadas del gobierno, que por un lado condecora la protesta social desde lo estético pero que por otro lado la reprime en los hechos mismos. Ni en los pulcros pasillos de los museos. El realismo social de Berni se encarna realmente en los extramuros: en las calles, en los bancos de las plazas, en las fotos de los periódicos. Sí, Berni se respira en la ciudad, en las villas, en los rostros despreocupados de la burguesía argentina, en el cuerpo de cartón y hojalata de los Juanito Laguna que limpian parabrisas o que son cartoneros, en los 1,8 millones de desocupados o en las Ramonas Montiel de las esquinas de Constitución.
Berni para todos sólo es posible en las mismas calles.

***

Antonio Berni, hijo de inmigrantes italianos, ya era un niño prodigio a los 10 años cuando entró como aprendiz en un taller de vitrales y dio sus primeros pasos en el manejo del dibujo. A los catorce presentó su primera exposición y a los 20 fue becado a Europa para continuar allí su formación artística. Se radicó en París, donde conoció de cerca las vanguardias: fauvismo, cubismo y surrealismo, estilo este último que inspiró su obra en la década del 30 y que se refleja en pinturas como "Napoleón III"; "Objetos en el espacio" y "La siesta y su sueño". Frecuentó además el Grupo de París, integrado por artistas argentinos. Fue también en la capital francesa donde empezó a interesarse por la relación entre el arte y la política y el rol del artista como actor social. Se acercó al marxismo, a partir de lo cual asumió el compromiso de reflejar en sus cuadros la realidad social. En la década del 30, a causa del golpe de estado encabezado por el general Uriburu, volvió al país. Ya en la Argentina, dejó la pintura surrealista y comenzó a retratar, en grandes dimensiones, masas de obreros y campesinos. Inició entonces su período de Nuevo Realismo durante el cual adoptó a menudo la técnica del mural para denunciar el hambre, la desocupación y la pobreza de la clase baja. A este período pertenecen los célebres "Desocupados", "Manifestación" y "Chacareros". Técnicamente, se adelantó a lo que otros artistas del país estaban haciendo en ese momento. A principios de los'40 recorrió América del Sur, experiencia plasmada en obras como "Mercado indígena". En los '50 se instaló durante unos meses en el monte de Santiago del Estero. Como resultado de esta experiencia vital surgieron "Los hacheros" y "Migración". En este período sus obras siguieron siendo retratos grupales, pero el intimismo se afianzó por sobre la monumentalidad del muralismo y sus pinturas adquirieron un carácter dramático y expresionista. Lo social, sin embargo, siguió siendo el tema privilegiado de sus obras. También pintó murales en Buenos Aires en el Teatro del Pueblo, la Sociedad Hebraica Argentina y la cúpula de las Galerías Pacífico. En esos años siguió trabajando con temas populares. "Mercado de Jujuy", "Campeones de barrio" y "Orquesta típica" reconstruyen en este sentido escenas características de las diferentes regiones y culturas del país. El expresionismo, que se perfilaba ya en algunos cuadros de los 50, se afianzó en los 60 para desembocar finalmente en una síntesis entre el Pop Art y el realismo social, concretamente en dos personajes creados por el pintor en series discontinuas: Juanito Laguna (un chico de una villa miseria) y Ramona Montiel (una costurera devenida prostituta). Utilizando la técnica del collage, Berni creó estos personajes a partir de trapos, cartones y materiales de desecho. En 1962 le llegó el reconocimiento internacional con la invención de una técnica desconocida plasmada sobre sus series de Juanito y Ramona: el xilocollage relieve, con las que ganó el premio de grabado de la Bienal de Venecia. Un viaje a Nueva York en 1976 dejó como saldo entre otras las pinturas "Aeropuerto" y "Chelsea Hotel", donde denunció una sociedad opulenta y consumista como la estadounidense. Sus últimas obras durante la dictadura militar, como "Magdalena" y "Cristo en el garage", reflejan esos años oscuros. El mismo año de su muerte (en 1981, a los setenta y seis años) pintó un Apocalipsis para un mural de iglesia.

Buenos Aires (Seminario de Medios y crítica cultural), 19 de mayo de 2005

"Otra más en la línea de películas de militancia gay"

Ya estamos armando para la próxima marcha del Orgullo Gay la "Carroza Cozarinsky" en honor a la militancia celosa y sin concesiones de "un reconocido cineasta y escritor" que ha estrenado "una película para valijeros gay". El lema de la carroza será "Alegre gallardía".

Blogolandia

¿Homosexualidad latente? ¿Homofobia? ¿Experiencia?

miércoles, 18 de mayo de 2005

Vallejianas

Uno de los invitados especiales que tuvo la recién clausurada Feria del Libro de Buenos Aires fue el escritor colombiano Fernando Vallejo, quien mediante un ameno e irreverente contrapunteo con el público dio a conocer los aspectos más representativos de su obra y de sus polémicas posiciones.

Por Diego Osorio Fernando Vallejo pasó por Buenos Aires. Estuvo en la Facultad de Filosofía y Letras y también en la Feria del Libro, donde se lo esperaba como a lo que, antes que nada, es: una de las figuras mayores de las letras latinoamericanas. Una vez que comenzaron las preguntas, los que no conocían su obra literaria, sus columnas, sus películas o el documental que protagoniza, rápidamente se sorprendieron por la espontaneidad, la originalidad y la gracia con que responde los interrogantes del público.
Las primeras preguntas estuvieron encaminadas a que Vallejo explicara el supuesto carácter autobiográfico de su obra. Al respecto, Vallejo respondió con cierta ironía, afirmando que el personaje de sus obras "llamado Fernando Vallejo también" es un Yo "creado" para contar los pensamientos y recuerdos de lo que ha sido su vida. En este sentido, y preocupado por cómo se hace una literatura de la conciencia, afirmó que "la tercera persona no es expresiva, se aleja de la realidad y en narraciones de este tipo poco se puede saber de lo que realmente piensan los personajes". El público, un tanto desconcertado por la acidez de las respuestas de Vallejo, rápidamente se percató de la particular filosofía de vida que tiene y que refleja públicamente en su obra.
Más allá de las cuestiones propiamente técnicas sobre sus libros, Vallejo, con tono tierno digno de buen abuelo y con la pintoresca soberbia que lo caracteriza, comenzó a hablar del tema que lo apasiona, que lo volvió escritor y que recorre la mayor parte de su obra, Colombia. La dejó hace mas de 30 años, pero afirma que la quiere a pesar de su locura y que no le hubiera gustado nacer en Suiza, pues según él, "que aburrición, no tendría nada de que escribir". Lo que Vallejo piensa de Colombia queda claro en cada uno de los latigazos de sus frases: "Entre colombiano y colombiano hay que dejar por lo bajito un kilómetro de separación o se matan. Son como las ratas de laboratorio que si se hacinan, primero copulan, después paren y finalmente se despedazan a dentelladas".
El público, cada vez más sorprendido pero a su vez regodeándose con el talante de las respuestas del colombiano, comenzó a interrogarlo sobre otros temas sobre los cuales Vallejo se ha pronunciado públicamente. Le preguntaron si es un hombre religioso. "No solo no soy religioso, sino que soy antirreligioso", respondió. Es uno de los temas que más lo apasionan y se explaya sobre la infamia de la Iglesia, el pontificado del "besapisos de Wojtyla", la impostura de Cristo y el desprecio que siente por quien nunca defendió a los animales como seres vivos igual que el hombre. "Los animales son mi lucha y prácticamente ellos son lo único que vale la pena en este mundo de desalmados", recordó quien, cuando ganó el premio Rómulo Gallegos de literatura por su obra El Desbarrancadero, donó el premio de 100 mil dólares a una perrera de Caracas. Después del dialogo con el publico, Vallejo se quedó firmando libros por más de dos horas en el stand de Alfaguara. Si el público estaba realmente al tanto de su literatura es algo difícil de saber, pero lo que es cierto es que, en la Feria del Libro, hasta las más políticamente incorrectas afirmaciones sirven para vender libros.

Buenos Aires (Seminario de Medios y crítica cultural), 18 de mayo de 2005

Blogolandia

La envidia del pene.

Otra vuelta de tuerca

"Que gays e lésbicas não podem comungar (i.e. participar num acto de canibalismo simbólico promovido pela igreja católica) já sabíamos. O que ficamos agora a saber é que também aos heterossexuais declaradamente simpatizantes da luta contra a homofobia está vetado este sacramento" (renas e veados)

martes, 17 de mayo de 2005

Dos potencias se saludan

Acá, se habla de todo un poco.

El infierno son los otros

Por Verónica Moreno Muchas veces se ha dicho que la identidad no sólo responde a lo que se piensa de uno mismo, sino que también está vinculada con las percepciones que los otros tienen de nosotros. Como una imagen, la segunda película de la realizadora francesa Agnès Jaoui, se propone demostrar esa afirmación.
En concordancia con su anterior película, El gusto de los otros, Jaoui vuelve a indagar sobre la importancia de los mandatos sociales en las conductas individuales; la influencia de la mirada ajena en la apreciación de uno mismo; la relevancia que alcanza el culto a la apariencia en las sociedades contemporáneas y la necesidad de distinción propia de quien quiere superarse. Escrita junto a su marido, el actor Jean-Pierre Bacri, Como una imagen presenta los conflictos e inseguridades de una serie de disímiles personajes pertenecientes al ambiente cultural francés. La protagonista es Lolita (Marilou Berry), una joven disconforme con su aspecto físico y que, a su vez, busca constantemente la aprobación de su padre, un prestigioso escritor que no tiene tiempo para otros asuntos que no sean los suyos (Jean-Pierre Bacri). Ante esta situación, ella intenta ser reconocida mediante la música, aunque no siempre consigue que le presten la atención que está esperando.
Otro personaje fundamental del relato es una profesora de canto (Agnès Jaoui) muy escéptica sobre el talento de la mayoría de sus alumnos. Sin embargo, cuando Lolita le comenta que a su padre le había gustado la última novela del marido de la profesora -un escritor desanimado que no lograba que sus libros fueran elogiados y que, de repente, consigue ingresar en la élite del campo literario (
Laurent Grevill)- su percepción sobre la alumna cambia completamente.
A partir de este momento y mediante un inteligente guión, aclamado por la crítica especializada y merecedor de un premio en la última edición del Festival de Cine de Cannes, los destinos de estos personajes irán fundiéndose en un relato donde las relaciones de poder y la hipocresía que éstas implican son el denominador común de los vínculos que van sucediéndose.
Agnès Jaoui vuelve a deslumbrar al espectador con una impecable dirección de actores en la cual los trabajos de Bacri y de la joven Berry consiguen trasmitir, por medio de sutiles matices, la complejidad de dos individuos que buscan la reafirmación personal a través de la mirada de los otros.

Ficha técnica: Comme une image (Francia, 2004). Dirección: Agnès Jaoui.
Guión: Agnès Jaoui- Jean- Pierre Bacri.
Actores: Marilou Berry; Agnès Jaoui; Jean-Pierre Bacri; Laurent Grevill; Virginie Desarnauts.
Fotografía: Stéphane Fontaine. Música: Philippe Rombi. Montaje: Francois Gedigier.
Duración: 110´.


Buenos Aires (Seminario de Medios y crítica cultural), 17 de mayo de 2005

Diario de un televidente

No sé copiar los vínculos de Trabajos prácticos, que usa un sistema rarísimo de identificación, pero creo que acá hay palos para Juan Carlos Di Natale.

lunes, 16 de mayo de 2005

Blogolandia

Ya comenzó la batalla por los Juegos Olímpicos del 2012 (gracias Moscow in Paris). Argentina, ni figura:

Diario de un televidente

Si me pagás, me río

Las sitcoms adaptadas se han asentado en las pantallas argentinas y más que una moda pasajera parecen constituir ya una tendencia o una dirección: tedio, rutina y chistes repetidos.

Por Luciana Castronuovo Parece que la televisión argentina ha decidido cambiar de rumbo y adoptar para sus futuras realizaciones el formato sitcom, característico de la televisión norteamericana y uno de cuyas características más salientes es que los actores deben ajustarse a lo que marca el guión, sin las improvisaciones o "morcilleos" que fueron el sello de los capocómicos de la televisión argentina de todos los tiempos (Alberto Olmedo, paradigmáticamente).
Varias causas posibles para este giro copernicano: una respuesta a la falta de ideas de la teleivisión argentina (constumbrista hasta la náusea); el cálculo de repetir un producto ya probado; evitar costos adicionales (uso de exteriores, etc.).
Aún cuando las sitcoms locales cumplan prolijamente con la etiqueta "copia-de-producto-importado", se encuentran a distancias abismales de los originales norteamericanos.
Las situaciones cómicas de Casados con hijos o ¿Quién es el jefe? (antes, de La niñera) resultan más bien extrañas, sobre todo porque el espectador no puede sino compararlas con los originales, todo el tiempo: si la risa supone el abandono de uno mismo al humor de otro, la misma tendencia al análisis del guión viene a bloquear la posibilidad de distensión sin la cual la comedia fracasa.
En cuanto a las actuaciones, el lucimiento de los actores es dispar. La peruana Giannella Neyra sale airosa de su rol de mujer independiente que contrata un hombre como empleado para hacer las tareas del hogar y cuidar a su hijo (en ¿Quién es el jefe?). A diferencia de su partenaire, Nicolás Vázquez (quien hasta el momento lo único que se ha logrado es mostrar los resultados de su última temporada en el gimnasio), ella parece haber encontrado la manera de dotar al personaje de naturalidad, a la vez que explota su capacidad histriónica a fines de dar simpatía a diálogos que por si solos no lograrían su cometido. Vázquez aún se halla al parecer incómodo en este nuevo formato y no encuentra el timing adecuado para su actuación.
La otra sitcom, Casados con Hijos copia a una serie que en su versión original mostraba la cotidianeidad de una familia disfuncional y más cerca de la imagen del infierno que de cualquier otra. La versión local se aleja de ese modelo en el cual predominaban el sarcasmo, el patetismo y la crudeza, para mostrar una familia en la cual el sentimiento de perdedores ante la vida está sostenido antes en la condición "argentina" que en la dinámica familiar. Precisamente el apellido de la familia, Argento, muestra los rumbos de la adaptación.
Guillermo Francella, en el papel de Pepe, desarrolla un personaje que le permite realizar su estereotipo de hombre de clase media de barrio, fórmula ya probada con eficacia en múltiples ocasiones. Esta vez, sin embargo se ve obligado a dejar de lado cualquier tipo de improvisación o guiño a la cámara para ceñirse a un libreto, restándoles así un importante atractivo a su ya visto personaje. Florencia Peña y su batería de mohines no logran imprimir en su Moni el mismo carisma que había logrado en La niñera, aún cuando vuelva a demostrar su experiencia en este tipo de formato.
Más allá de las diferencias, ambas sitcoms comparten las adaptaciones penosas (no siempre la realidad norteamericana se deja traducir a la realidad argentina, como se comprenderá) y la falta de agilidad: llegar hasta el final de la emisión es para el espectador una tarea tediosa. El carácter totalmente predecible de los guiones atentan contra la comicidad, en la medida en que el espectador queda atrapado en un juego de originales y malas copias.
Prolijas pero poco audaces, las sitcoms locales sólo hacen reir a los reidores que estallan en carcajadas detrás de cámara cuando el guión así lo indica. Claro que a ellos les pagan por hacerlo.

Buenos Aires (Seminario de Medios y crítica cultural), 16 de mayo de 2005

Mejor así

Después de todo, escribir no tiene nada que ver con estas cosas feas: "nunca más voy a sentir placer mordiendo un adverbio, lamiendo un adjetivo y dejándome coger por una metáfora" (Puto y aparte)

Cerrá la puerta del armario

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domingo, 15 de mayo de 2005

Libros recibidos

Ya está en las librerías el segundo volumen de la colección El libertino erudito dirigida por Diego Tatián para El cuenco de plata. Se trata de Discurso sobre la felicidad (Buenos Aires, 2005, 200 págs., ISBN 987.1228.01.5) de Julien Offray de la Mettrie (1709-1751), médico y filósofo ecléctico que supo combinar elementos del materialismo, el escepticismo, el epicureísmo y el anticlericalismo iluminista en un discurso que, con justicia, Tatián caracteriza como "superficialidad radical". El volumen que ahora nos llega incluye dos textos diferentes: "Anti-Séneca o discurso sobre la felicidad" y "Sistema de Epicuro". El primero propone una analítica de la felicidad (cómo se forma, cuáles son sus fuentes y sus causas, qué la sostiene). Si para Séneca "es feliz quien, en virtud de la razón, no teme ni desea", Offray hará pie en las enseñanzas de Epicuro, tal como se dejan leer en De rerum natura de Lucrecio, para poder sostener aquel principio más allá de las aporías a las que conducía la filosofía platónica. El "Sistema de Epicuro" está constituido por una serie de deliciosos fragmentos sobre la sensualidad, el pensamiento, lo viviente y la muerte, que es el momento verdadero, cuando toda la felicidad se juega de un solo golpe: la vida no sería sino una preparación para la "muerte contenta". Y morir contento, esa felicidad previa al hundimiento definitivo en esa nada que nos llama.

Entrevista

Nuestros contemporáneos, los clásicos

Rubén Szuchmacher es director, actor y maestro de puesta en escena y actuación. Actualmente es director artístico del teatro Elkafka. Desde sus inicios hasta la actualidad ha dirigido, entre otras obras, Sueño de una noche de verano de William Shakespeare; Calígula de Albert Camus; Galileo Galilei de Bertolt Brecht; Decadencia de Steven Berkoff y Las Troyanas de Eurípides. Actualmente trabaja en la puesta en escena de Enrique IV de Pirandello.

Por Melina Burton

¿Cómo es en la actualidad poner en escena un clásico?
-Tomar un clásico tiene muchos problemas porque un clásico carga con todas las lecturas que se han hecho desde que apareció por primera vez hasta la fecha. No tanto porque la obra lo contenga en sí, sino porque la sociedad generó pensamientos acerca de ese objeto. Es notable la cantidad de gente que en su vida tuvo contacto con una tragedia griega y sin embargo tiene un imaginario formado, sin haber visto nunca una.

¿Cómo definiría un clásico?
-Un clásico siempre contiene un problema, que a veces es lo que lo hace interesante como clásico. Por un lado su supervivencia material, cómo llegó eso desde una lejanía en el tiempo hasta el día de hoy. Pero además, un clásico tiene que contener inevitablemente una instancia de contemporaneidad, una instancia de cercanía para que cumpla su condición de clásico. Los argentinos no tenemos clásicos. Borges, por ejemplo, es clásico en algún sentido, pero no escribió teatro y además lo detestaba, así que es un problema, nos privó de eso. Precisamente por eso, con un grupo de actores, hicimos una versión teatral de "La biblioteca de Babel", para ver cómo funcionaba teatralmente ese "clásico" de la literatura, aún contra su voluntad.

¿Es difícil encontrar textos contemporáneos que expresen de la misma forma que un clásico?
-Creo que en este momento lo que tiende a suceder es que hay una gran carencia de textos, sin embargo hay un reflujo hacia el texto. Desde mediados de los '90 volvió a existir el deseo por el texto. Pero los tiempos de escritura son lentos, no son rápidos. El teatro es un arte que tarda mucho en lograr constituirse. Es muy complejo construir nuevos textos que se vuelvan "clásicos".

¿Cuál es el proceso a través del cual elige los textos que dirige?
-No sé, los textos me eligen a mí... Quiero decir: siempre hay una circunstancia por la cual alguien solicita o pide o demanda la realización de tal cosa y yo, cuando me parece que es interesante el desafío, voy y me meto, y eso es lo que me hizo meterme con Lorca, Brecht, Camus, ahora Pirandello, Eurípides, Calderón de la Barca. Hubo determinadas circunstancias que hicieron que yo llegara a esos textos, pero porque a mi me gustan los textos, me gusta mucho leerlos, hacerlos y sobre todo me interesan los problemas que me plantean y me parece que me mantienen vivo como director. Se trata, sin alterar el texto, de llegar a un grado de contemporaneidad que sea eficaz en la relación con el público.

Existe un imaginario respecto a los clásicos que hace que se los considere "difíciles". ¿Cómo vive esta relación entre el público y esas obras?
-Mi experiencia me indica que cuanto más clásico es el texto y más lograda su puesta en relación con la contemporaneidad, más exitoso es. Pasan cosas como que la gente sale diciendo "¡que bárbaro, entendí todo!". Lo importante es lograr que, sin perder su condición artística, el texto se vuelva totalmente comprensible. Por ejemplo, en la versión de Las Troyanas, un caso todavía más complejo porque estaba Sartre (cuya versión utilizamos) de por medio, yo creo que el éxito terrible que tuvo se debió en parte a que la puesta volvió muy comprensible el texto sin volverse didáctica. Además estaba trabajando con actores que entendían lo que estaban diciendo. Hay algo interesante de pensar, y es que hay títulos que el público va a ver independientemente de quién los haga, porque el deseo por el texto es anterior a cualquier versión. Después, puede pasar que la puesta haga que la gente no quiera volver más al teatro. Pero no ha sido mi caso, porque trato de encontrar ese punto de relación con el espectador, de que se involucre. Y trato también de evitar a toda costa caer en el fetichismo del ?acto cultural?. Esa cosa de "oh, oh, oh, que lindo el teatro clásico". Me parece que como director siempre he esquivado esa horrible tentación porque a mí mismo me molesta como espectador. Por eso trato de que en mis espectáculos no pase.

Los textos con los que trabaja tienen, por lo general, una carga política fuerte y una mirada crítica sobre lo social. ¿Le interesa especialmente ese aspecto?
-Sí, yo creo que el teatro en sí es político por naturaleza, independientemente del tema literario de la pieza. El teatro es político porque es el encuentro entre los espectadores y la escena en un mismo tiempo y espacio y eso lo transforma en una entidad política per se. No importa si es una obra pasatista o política, el hecho teatral en sí es un hecho político. Puede haber libros sin lectores o películas sin espectadores, pero el teatro no, sólo se constituye en esa relación. Luego, sucede que hay obras que desde lo temático devienen mucho más políticas. En el caso de Las Troyanas hay un imaginario social y político funcionando, y por eso la obra fue un éxito.

¿Le interesa trabajar a nivel político en la cultura?
-Yo trabajo a nivel político, estoy en la Comisión del pos-Cromañon, que tiene que ver con el tema de las salas, en Secretaria de cultura...Tuve cargos en instituciones públicas, fui director del Rojas, y siempre fui eterno candidato para director del San Martín. Lo que sucede es que ahora mi modo de hacer política está en un teatro que tengo, El kafka. Desde ahí yo estoy haciendo política, desde los teatros independientes. Si alguien me ofreciera ser director del San Martín yo le diría que en este momento está demasiado desgastado el sistema político actual. Y no tengo ganas de sacrificar años de producción, porque eso te mata, te quita tiempo para la creación. Hubo un momento en el que estuve dispuesto, decidido a dedicarme a la gestión, pero algunos sectores tuvieron miedo de que fuera muy vanguardista. ¡Yo, que me la paso haciendo clásicos!

¿En qué está trabajando ahora?
-En Enrique IV de Pirandello. Es un texto muy difícil de leer, pero yo partí de una premisa: Pirandello es un "genio moderno" al cual yo no accedo. Esto es una hipótesis de trabajo que vamos a ver si se verifica. Toca algo en relación con qué es lo verdadero, lo falso (si el rey está loco o no), en una obra del año 1923. Me gusta plantear que Pirandello no es una autor demodé sino que hay algo que no estamos comprendiendo. Pirandello era un grande, pero hay que descubrir por qué era un grande.

Buenos Aires (Seminario de Medios y crítica cultural), 12 de mayo de 2005

sábado, 14 de mayo de 2005

Taller literario

Poesía magnética.

¡Qué fresco!

Ibarra: "Esto es difícil de digerir" (La Nación). Encima que no renuncia, se atreve a rasgarse las vestiduras y confesar su dispepsia.

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Es verdad: lo de García Canclini no se puede entender, desde hace veinte años.

No podía esperarse nada diferente

La revista El amante ha dedicado dos páginas a una de las películas argentinas más notables de los últimos tiempos, Ronda Nocturna de Edgardo Cozarinsky. Una de ellas es un comentario elogioso firmado por Diego Trerotola, con el cual se puede estar de acuerdo o no. Yo, personalmente, no podría leer un "electroshock sexual de virilidad" en una escena más bien fría y en la que se nota sobre todo la falta de entrega de los actores a sus personajes. Sí diría que la escena de las duchas es una de las más alegres secuencias de sexualidad infantil de las que yo tenga memoria. Pero dejemos esto de lado porque sé que con Diego podríamos discutir hasta el hartazgo sobre estas menudencias sin llegar a ponernos de acuerdo salvo en un punto: la película de Cozarinsky es una experiencia notable porque es capaz, como he escrito, de sacar sus mejores virtudes de aparentes defectos, cosa que sólo puede decirse del cine de los grandes. Daré sólo un ejemplo: la historia, por necesidades de guión, debe transcurrir un 2 de noviembre. Por razones que escaparon a la voluntad de su director, no pudo filmarse sino durante un mes de junio particularmente frío. Yo, que estuve en ese rodaje (y que me creo vivillo, cada tanto), tenía una curiosidad enorme por ver cómo iba a verse esa incongruencia climatológica en el film. Pensé que tal vez no se notara tanto. Lo cierto es que se nota: es un 2 de noviembre y hace frío. Ahora bien, como Edgardo Cozarinsky, contra lo que creen esos critizuelos con nombres parecidos a los seudónimos que se usan en las páginas de contactos gays, nunca quiso hacer una película "realista", la incongruencia de la fecha y el frío no hace sino crear una atmósfera de irrealidad que, por razones que no conviene divulgar antes del estreno de la película, sólo pueden favorecerla, porque de eso habla (de la irrealidad, de lo imaginario), entre otras cosas. Yo (que me creo vivillo, cada tanto) recibí el sentido de lo que estaba percibiendo mucho después de haber naufragado en mi propio llanto. De situaciones semejantes, el film de Cozarinsky (que antes que ninguna otra cosa, antes que uno de los mejores escritores argentinos, es, sobre todo, una persona inteligente y sensible) está lleno. Así que partamos de esa base para ver si lo que la película nos dice tiene algún sentido para nosotros o no. Pero no pataleemos como niños analfabetos cuando no entendimos los que nos dicen los maestros.
A la par del rápido elogio de Diego Trerotola, El amante publica una deyección ("análisis" sólo podría funcionar en el sentido más hospitalario del término; "comentario" supondría un sujeto pensante: y éste no parece ser el caso) firmada por Manuel Trancón, quien señala que "Cozarinsky es un gran documentalista", "pero en esta ocasión se le perdió la brújula". No sabíamos que la brújula fuera una herramienta esencial a las labores del documentalismo, ni tampoco que Cozarinsky tuviera predilección por las marinerías. En todo caso, no naufraguemos en esta desdichada metáfora, que no puede augurar nada bueno, porque lo más inconcebible está todavía por llegar. "El primer problema son las actuaciones", enumera Trancón, quien seguramente cree que el Oscar a la mejor actriz protagónica puede estar mejor o peor dado en función de méritos actorales que cualquier persona culta sabe, desde la década del treinta, que en el cine, la verdad, no están, sino en el teatro (basta pensar en los señalamientos de Benjamin, Walter; o, si se prefiere un contexto menos acádemico, Borges, Jorge). No hace falta haber cursado "Crítica I", "Crítica II" y "Teoría y análisis" para saber que los reinos de la actuación (buena o mala) son los escenarios y no los sets. Dicho esto, admitamos que, de acuerdo con las opiniones corrientes, hay actores que "trabajan" bien (como se dice) y actores que no "trabajan" bien. Supongamos, incluso, que admitimos que los actores que Cozarinsky eligió "no trabajan" bien (yo no creo que así sea, pero ni siquiera hace falta detenerse en ese punto). ¿Y con eso qué? ¿Desde cuándo el mérito de una película (se trate de La guerra de las galaxias o de Saló de Pasolini) depende de "las actuaciones"? Cozarinsky sabe que el cine es una experiencia de pensamiento encarnado (lo sabe también respecto de la literatura) y ha reflexionado sobre cómo es esa encarnación del pensamiento que llamamos cine. ¿Es que las personas que miran películas han dejado por completo de leer libros? ¿Ya no se estila más leer los guiones, cuando sus autores (es el caso de Cozarinsky) han tenido la generosidad de hacer públicos esos documentos de trabajo?
Repitiendo palabras del mismísmo Trancón, habría que decir "Pero lo peor no es eso". Ya se sabe que puesto a rebuznar, el burro no se detiene por más zanahoria que le pongan delante. "Ronda nocturna parece filmada por alguien que conoce Argentina sólo por las notas que en los últimos años publicó sobre el país algún diario francés, qué sé yo, digamos Le Monde". Y sí: ¡Él qué sabrá! Yo habría dicho que Cozarnisky, en todo caso, debe de leer Le Figaro, el diario de la aristocracia, o Libé, según el chiste que tenga ganas de hacerle. Porque Edgardo Cozarinsky, basta con hojear diarios y revistas para comprobarlo, tiene casa en Buenos Aires, donde nació y donde pasó la mayor parte de su vida, y conoce Buenos Aires ("sus calles y sus gentes", me veo obligado a decir en el oído del asno para ver si consigo hacerme oir entre rebuzno y rebuzno) mejor que ninguna otra persona de su generación. Alan Pauls, con un humor que no comparto, declaró que Cozarinsky había hecho por Santa Fe y Pueyrredón lo que Borges con Palermo Viejo. Se puede estar de acuerdo o no con un pronunciamiento semejante (que adolece de una simetría tal vez irreparable), pero en todo caso Alan Pauls pudo ver que Cozarinsky estaba haciendo algo con Buenos Aires que había que entender como una operación desusada.
Es muy curioso que todas las palabras de Troncón se le vuelvan en contra. ¡Es la rebelión del lenguaje contra las bestias! No nos queda más remedio que señalar que en su deposición "están todos los lugares comunes posibles de alguien que trata de resumir algo muy complejo en una serie de comentarios superficiales y transformarlos en una nota". ¡Es así, Troncoso, es así! No puede hablarse de la complejidad de la película de Cozarinsky a partir de comentarios superficiales. "El comisario no sólo es malo, además tiene un Mercedes Benz". Trombón debe de pensar que los comisarios argentinos usan regularmente automóviles alemanes de primera marca para sus asuntos y que Cozarinsky, como es un buen documentalista, quiso documentar el hecho. Allá él. ¿No escuchó el diálogo en el cual el amigo de Victor le dice que tiene que escapar del comisario porque está enamorado de él? ¿No fue capaz de darse cuenta de que el comisario es un comisario enamorado y que más allá de la catadura moral del sujeto de lo que se trata en ese momento de la historia es de la violencia de un amor sin retorno posible? "El problema no es que el comisario sea un hijo de puta, sino que sea un hijo de puta tan cuadrado". Yo podría aceptar, para no enredarme en discusiones banales, que todos los comisarios son "hijos de puta". Lo que me parece inaceptable es que una persona que entienda el idioma castellano haya visto que Cozarnisky presentaba al comisario como un "hijo de puta". Es físicamente repulsivo, de acuerdo. Es desagradable y seguramente corrupto, porque usa un Mercedes Benz y una cadenita dorada en la muñeca, pero precisamente el esquematismo de su caracterización alcanzan para comprender, una vez más, que no es "denunciar" la corrupción policial lo que a Cozarinsky le interesa (¿es que Trifecta vio la película, o acaso se la contaron?).
Uno no debería esperar que los críticos cinematográficos hayan leído a Proust. Pero sí debería exigir que si un crítico sabe que el director de una película ha leído a Proust (y muy bien, para más datos), por lo menos se informe. Internet está para eso. Y no para protestar porque "los cartoneros son honestos y campechanos". ¿Es que esperaba, Trombeta, que Cozarinsky los mostrara viles y traidores? ¿En qué mundo extraño y desanimado ha vivido el asno amantísimo todos estos años? Tal vez él se fue unas semanas a Eurodisney, mientras Cozarinsky estaba acá, a la vuelta. "Eso por no hablar de la fiesta de los embajadores", rebuzna Troncote. "No puedo dejar de pensar que Ronda nocturna seria una película mucho más satisfactoria si hubiese sido filmada desde el punto de vista de los embajadores que contratan a los taxi boys". ¡Que deje de pensarlo! ¡Que abandone ya ese único pensamiento, porque siendo como es, un pensamiento, tal vez le haga mal, qué se yo: un accidente cerebro-vascular! ¿Por qué el crítico no puede dejar de pensar eso*? La verdad es que nunca lo sabremos (¡ni nos interesa!). Lo único que podría decirse es que, como todo el mundo sabe, el cambio en el punto de vista modifica el objeto. No sería una película más satisfactoria (¿está bien aplicar las categorías culinarias [Brecht] de satisfacción, digestión, eructo, al universo del Arte?), sería otra película. Y si admitiéramos que el punto de vista de Cozarinsky "no encuentra nada interesante más allá de imponer a priori como víctimas a todos los que no tienen poder", ¿qué podría decirse de alguien, un asno mecánico, para quien ese determinado punto de vista resulta censurable? Tramposo: te molesta que el comisario aparezca como un hijo de puta, te molesta que los cartoneros sean nobles, te molesta que los desposeídos aparezcan victimizados: ¿sos consciente de lo que estás diciendo? ¿No tenés un editor como la gente que te aclare los tantos? ¿Hace cuánto que no te hacés ver? "Se nota que Cozarinsky no se siente nada cómodo con ese mundo". ¿Acaso vos te sentís cómodo con ese mundo, con el mundo? ¿Y acaso Cozarinsky hizo esta película por encargo y con mandato de comodidad?
Cozarinsky fue a buscar algo al mundo. Si lo encontró o no es algo que sólo él podrá decir, pero lo cierto es que nosotros somos testigos de esa busca. Y le agradecemos que nos haya dejado participar del rumbo de sus pensamientos. La película de Cozarinsky no es testimonial, sino fantástica. Habla del amor, y de la muerte. Se llama Ronda nocturna, como un cuadro de Rembrandt, y aspira a esa misma grandeza. Y sus personajes, casi todos ellos, dicen una sola cosa: "Nadar sabe mi llama la agua fría,/ y perder el respeto a ley severa". Vos, Tranquito, te ahogaste.

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[salvo por un insostenible prejuicio homofóbico]