Carta a los argentinos
por Hermes Binner
Todos estamos bajo la misma Bandera Celeste y Blanca, pero no todos vemos los colores de Belgrano, ni su prédica ni su ejemplo.
Estoy recorriendo el país. No es la primera vez que emprendo este viaje. Pero es un viaje distinto, ya que nunca lo había hecho impulsando un proyecto nacional de cambio, no en cualquier sentido sino en un sentido progresista. Cuántas posibilidades, qué enorme riqueza, qué ilimitadas condiciones naturales, qué variedad de paisajes y de recursos tiene nuestro país. Reconozco sus regiones como un hijo del interior. Todos sabemos de su enorme multiplicidad, sus luchas, su resistencia. ¿Hemos asumido plenamente lo que nos dicen y enseñan los hombres, mujeres, niños, jóvenes de este país, la sabiduría de nuestros queridos viejos, la capacidad de crear, construir un destino, y hacer patria que tenemos los argentinos?
Tenemos que encontrar soluciones duraderas, buscar juntos cambios profundos. A veces pienso que eso debe ser el Poder, una oportunidad inigualable de escuchar, repetirlo, convocar a la participación y así construir un cambio que quiera decir, al fin, una vida mejor, más belleza, menos soledad, transformando la espera en esperanza para todos.
En un mundo en crisis, con 7 mil millones de habitantes, que crece y reclama cada día más alimentos y recursos naturales, más tecnología, más capacidades humanas y que necesita amplios espacios de producción en equilibrio con la naturaleza, la Argentina tiene ante sus hijos la inigualable oportunidad de saltar hacia adelante. De desarrollarse y no sólo de crecer.
En todo. En su economía, pero mucho más en la calidad de vida de su gente; en su justicia social como cimiento de un nuevo proyecto nacional; ese proyecto con visión de futuro que tanto nos hace falta para no vivir en el vaivén de las crisis, de los avances parciales y de los retrocesos y sobre todo injustos porque siempre golpea a los más débiles.
En medio de tantas posibilidades, tenemos millones de nuestros compatriotas viviendo mal, muy mal; sin un trabajo estable y decente, sin viviendas adecuadas, con una atención deficiente de su salud y una educación que no corresponde a nuestra historia y menos a nuestro futuro.
Durante todos estos años se aplicó un modelo que, si en algún momento pudo servir para salir de la emergencia, se agotó totalmente. Un modelo que se nos impone de forma integral e intocable. Como todos los modelos que han llevado al fracaso a las naciones. Es un esquema cerrado, en la economía, en la sociedad, en la política, en el manejo del poder, en las relaciones con las provincias, con las comunidades.
No tenemos tiempo de quejarnos, debemos cambiar. Podemos cambiar. Lo que necesitamos es nacionalizar el gobierno en el marco de un proyecto de Nación que nos incluya a todos.
Hoy, nacionalizar el gobierno es construir políticas nacionales con un fuerte respaldo de la sociedad civil, de las empresas, de la cultura. Terminar con la personalización y la partidización del gobierno y del poder, como lo hicimos en Santa Fe. No perdamos tiempo.
Nacionalizar el gobierno para que todas las provincias y todos los sectores participen de un proyecto común y compartido.
Nacionalizar el gobierno es terminar con el país en blanco y negro, de argentinos contra argentinos, del campo contra la ciudad, de choques constantes y construir juntos el país en celeste y blanco.
Para nacionalizar el gobierno, proponemos encarar la construcción de políticas nacionales en 10 sectores. Pero estamos abiertos a los aportes más amplios.
1. SEGURIDAD
2. EDUCACIÓN
3. SALUD
4. INFRAESTRUCTURA Y ENERGIA
5. POLÍTICA EXTERIOR
6. IMPULSO A LA PRODUCCIÓN Y EL TRABAJO
7. TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN
8. POLÍTICAS SOCIALES
9. FEDERALISMO
10. INDEPENDENCIA PLENA DEL PODER JUDICIAL Y TRANSPARENCIA
Para esto hace falta un gobierno de diálogo pero también con la autoridad moral, con la honestidad y la transparencia para gobernar, construir y negociar. Dialogar y buscar acuerdos no disminuye la responsabilidad de los gobernantes en adoptar decisiones trascendentes, la complementa, le da equilibrio. Que es lo que le falta a la Argentina desde hace tiempo: equilibrio.
No perdamos esta oportunidad extraordinaria de construir juntos un país más próspero y más libre para todos los argentinos.
En medio de una campaña electoral con abundancia de mensajes, cada uno de nosotros pensará en sus padres, en sus hijos y en sus nietos, en su propia vida, y votará con alegría sabiendo que para nosotros los ciudadanos son los que hacen el cambio. No sólo a la hora de votar, sino cada día, en cada abrazo, en cada lucha, en cada logro y cuando estos actos cotidianos son colectivos, todo es posible. La Nación no es la suma de sus partes. Es la energía arrolladora de los argentinos protagonizando su historia.
Prometo ser fiel a esta idea de participación. Todos, como Belgrano, somos hijos de la misma patria."
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
1 comentario:
De chica entendía que el águila guerrera se elevaba "a su lunala": ¿sería "lunala" el nombre de la cueva donde vivía el águila? ¿por qué era del color del cielo?.
No había muchas certezas sobre qué quería decir esa canción.
Y Binner que invoca los poderes del senitmiento nacional.
Oh, juguemos con Gloria Morir (¿será una nena que se llama así, no tiene muchos amigos y por eso nos piden que juguemos con ella?)
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