viernes, 19 de agosto de 2011

Strike Back, el regreso

Mi relación con las multinaciones de la imagen atraviesa un momento crítico. Me he dado cuenta de que los grandes grupos del cable se rehusan a instruir a sus programadores para que sigan mis recomendaciones.
Au contraire, programan series que yo explicitamente descalifiqué. En las oficinas de Puerto Madero que recorro infructuosamente sostienen que mi inmoderada predilección por las producciones británicas contradice sus manuales de procedimiento. Yo les contesto que no pueden aplicar a América latina criterios de programación pensados para audiencias white trash. Pero ellos, nada.
Por fortuna está ese canal, A&E, mucho más sensato, que ya incorporó a su grilla dos recomendaciones mías: Los Kennedy y la excelente The Killing.
Vaya este ejemplo par que se comprenda la equivocación de las cadenas norteamericanas. Hace bastante yo mandé motos con un dossier sobre Strike Back, serie inglesa cuya primera temporada satisfizo paladares más exigentes. Tan así es, que ahora la serie vuelve, en una segunda temporada, pero esta vez coproducida por CINEMAX. Su anterior protagonista, John Porter (Richard Armitage), muere en el primer capítulo. Otros dos serán los encargados de reemplazarlo (un inglés y un norteamericano, desempeñado por un chongo australiano). Los dos abundan en esas exhibiciones glúteas que son la sazón más preciada de la televisión del tercer milenio.
En cuanto a la trama, se trata nuevamente de la sección 20 de los servicios de inteligencia británicos, luchando contra el terrorismo internacional. La producción norteamericana, además de un par de actores, debe de haber impuesto la necesidad de decir, cada tantas líneas de parlamento, la frase "armas de destrucción masiva" (disputadas por grupos terroristas indios y pakistaníes, pero todo es tan complicado que es difícil saberlo), que quedaron como sobrante de las guerras de Irak e Iran (porque, habiendo sido fabricadas por las potencias occidentales para plantarlas en esos campos de batalla, un fallo en la operación impidió que esa circunstancia se hiciera realidad).
Por supuesto, además de menear graciosamente sus carnes al desnudo, los protagonistas se encargarán (entre tiro y tiro) de investigar esas corruptelas del pasado porque ellos, de una eticidad que combinan con una disposición al asesinato casi compulsiva, sólo se interesan por la verdad y no por los oscuros laberintos de la geopolítica, que conducen ya sabemos a qué excesos y a qué calamidades.
Conzco las excusas que interpondrían los programadores del cable: la reticencia a hacer de los musulmanes la fuente del mal de los guionistas de Strike Back, y la reverberbación de tanto culo chongo. Y bueno, quien ha elegido la vida de country...

2 comentarios:

Juan Manuel Valdés dijo...

No leí aún observaciones sobre "Super 8", la nueva producción de JJ Abrams.

Linkillo: cosas mías dijo...

Pero Juan Manuel!!!! Fijate bien....
Abrazo