por Daniel Link para Perfil
Iba a escribir sobre hoteles, renta inmobiliaria, o sobre las mujeres
que pelean por el papel de narrador omnisciente a propósito de la
muerte del fiscal, pero me desperté de una siesta y no pude reconocer el
mundo. Los radicales habían resucitado, hablaban en la tele, y se
peleaban como peronistas. Nito Artaza estaba hecho un basilisco. Lo
nacional y popular y la derecha liberal se confundían en remolinos de
hiedra negra, mientras el Sr. Florencio Randazzo se me superponía con el
Sr. Facundo Suárez Lastra.
¿Qué había pasado? Se había roto el equilibrio que alguna vez llamé
macrokirchnerismo, en alusión a las dos fuerzas de derecha que
polarizaron los escenarios electorales de la última década.
Si la semana pasada el Sr. Macri se decía adherente al ideario
peronista, ¿cómo se explica esta alianza con las huestes de Yrigoyen y
Alfonsín (hacía años que no se mencionaba tanto al único estadista de
fuste que alguna vez tuvimos)?
No es que importen mucho los desenvolvimientos de la política
burguesa, que cada día se tornan más oscuros: ¿o acaso Syriza no se
volvió saraza en menos de lo que canta un gallo, acaso Varufakis no está
ya hundido en la ignominia de las promesas incumplidas? Si los griegos,
que inventaron la verdad, se tienen que tragar ese sapo, ¿qué escuerzo
venenoso no habríamos de tener que tragarnos nosotros?
Me interesan, sin embargo, los acertijos y los rompecabezas. Después
de mucho pensar, llegué a una solución. Lo que se viene es Radicalismo Paquete: Marcelo Torcuato de Alvear.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 3 semanas.
1 comentario:
Alvear fue el que llamó a Mosconi. Y era un irigoyenista antipersonalista. Lo más parecido que tuvo retóricamente fue Alfonsín, salvo que su presidencia fue más próspera económicamente y menos conflictiva socialmente. Todo esto a favor de Alfonsín pero también en contra de la asimilación de Alvear con figuras como Sanz. Yo diría un radicalismo sushi, sanz, sansho.
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