lunes, 23 de abril de 2007

Chau, Dipi

Después de un último, irrecuperable stroke, Jorge Di Paola acaba de morir en el hospital en el que estuvo internado las últimas semanas. Vamos a extrañarlo. Vamos a recordarlo. Vamos a tratar de editar la obra que nos legó.
Acá, una entrevista. Acá, un texto suyo sobre la ciencia ficción, y acá abajo, el texto que acompañó su última presentación en Belleza y Felicidad (gracias Kiwi):

Las varitas mágicas de Dipinius

Las varitas mágicas o varas de virtud que se exhiben en Belleza y Felicidad son la expresión material de una investigación sobre el origen y la actualidad del poder iniciadas en la navidad del año 2001.
En la sala se ve la manifestación estética del instrumento de los Magos de Oriente.
Se trata de la versión a la vez conceptual y plástica de un antiguo dispositivo con el que se alteraba la ley de causalidad natural.
También se trata de una lectura Otra del curso de la Humanidad desde los comienzos de la Historia hasta nuestros días.
Esta indagación se reflejará en el libro Magia y Poder, (una versión transracional de la tragedia de la política).
James Frazer, en La rama dorada, analizó el origen de las teocracias y los mitos implicados. Definió dos aspectos de la magia simpática, la magia de contacto —que las varas expresan en su mayoría, aunque algunas son analógicas— y la mimética o analógica.
Las varitas fueron instrumentos de los Magoi, una tribu Meda derrotada por el Emperador Darío 500 años antes de Cristo que sobrevivió en parte al intento de genocidio por parte de los persas gracias a su poder adivinatorio y de interpretación de signos y a sus habilidades desconcertantes. Eran capaces de conocer a través de los sueños y considerados mediadores entre los muertos y los vivos. Fueron el único pueblo que se conoce que no tuvo la interdicción de incesto. Podían
casarse con su madre aunque se les vedaba matar a los perros.
Las varitas o veras varas de Dipinius fueron elaboradas según reglas secretas muy estrictas. Son una derivada contemporánea de las ramas de tamarindo con que se auxiliaban los magoi al celebrar sus ceremonias frente al fuego y de cara al Este mirando el punto exacto de aparición
del sol al amanecer, según cuenta el profeta Ezequiel.
Se dice que el primer deber del mago es sostener el Mundo. Operar a favor de que las cosas y los hombres sobrevivan.
Cinco siglos después de la persecución iniciada por Darío dieron oro, incienso y mirra a un niño que nació donde terminaba la trayectoria de una estrella anómala en los cielos.

Jorge Di Paola

No hay comentarios.: